Por Rolando Prudencio Briancon:
No voy a referirme al fallo que la Corte Internacional de
Justicia dictó el día lunes en La Haya en contra de Bolivia; sino al intento
fallido del magnicidio contra el presidente Nicolás Maduro Si bien es evidente
que después del fallo en el juicio en La Haya en el que el Estado boliviano
demandó que Chile cumpla sus múltiples compromisos de efectivizar una salida soberana
al mar que se ROBO, el Estado chileno ha quedado impune; hoy ha vuelto a quedar
impune, después que a dos meses (4 de agosto) del magnicidio en grado de
frustración contra el presidente, y en el que se ha visto envuelta la
diplomacia chilena; también ha quedado en la impunidad, sin que hasta el día de
hoy no haya dado una respuesta valedera para creer en su inocencia.
Es más, a quien quiere paradójicamente llevarlo ante la
Corte Penal Internacional; es nada menos que es a quien ha sido la víctima del
magnicidio en grado de frustración, como es el presidente Nicolás Maduro. O
sea, el mundo patéticamente: ¡patas arriba!
Así es como ésa misma diplomacia que acaba de salir
triunfadora en La Haya vociferando su victoria, hoy mantiene la boca bien
cerrada sobre las acusaciones de Henryberth Emanuel Rivas Vivas, alias “El
Morfeo”, ejecutor del atentado fallido contra Maduro, quien después que
ejecutara el mismo, tenía planificado salir de Venezuela bajo la furtiva
protección de funcionarios de nada menos
la legación diplomática chilena, tal como ha confesado ante autoridades
judiciales venezolanas.
Ha sido “El Morfeo”, quien ha dado los detalles no sólo del
magnicida operativo frustrado; sino del Plan de Fuga que tenía preparado una
vez ejecutado el mismo. Una confesión que ha sido muy tímidamente divulgada por
los medios de comunicación, quien según su propio relato, contaba con la
colaboración de los personeros de la embajada chilena en Venezuela, después de
esconderse en Lagunillas.
Obviamente, como ambos operativos -el magnicidio, como el
Pan de Fuga- se frustraron, ¿qué le tocó a la diplomacia chilena? Negar; tal
como se ha negado en el caso de la demanda boliviana sobre la obligación de
otorgar una salida al mar, o en el caso del magnicidio frustrado; y que han
advertido agresivamente -la mejor defensa es el ataque- que es una acusación
“infundada”, pidiendo se retire las calumniosas acusaciones. Es más, ha
demandado al gobierno venezolano “actuar con responsabilidad y cordura”.
Vale decir que la diplomacia chilena no ha hecho más que
negar sus delitos, como lo han hecho en el caso de Bolivia, con el robo y
asalto de sus territorios hace ya más de 130 años, como también ahora, en éste
magnicidio en grado de frustración contra el presidente Maduro, en el que ha
participado encubriendo para que escape el “Morfeo”.
Esa es la razón por la que Chile es el Caín de la
integración latinoamericana que anda agrediendo a sus hermanos
latinoamericanos; como ayer a Bolivia -la hija predilecta del libertador
Bolívar- y hoy contra Venezuela; la más solidaria de todas.
Pd. No debemos la actitud desleal y felona contra la
Argentina, cuando se prestó a ser la alcahueta del agresor inglés.
prudenprusiano@gmail.com
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