Por: Tony López R.:
Desde la ciudad de Cúcuta, departamento de Santander del
Norte, Colombia, en el puente fronterizo con Venezuela, el Secretario General de la OEA, el uruguayo
Luis Almagro, en un improvisado discurso dirigido a unas decenas de
transeúntes de origen venezolanos y
colombianos, se dedicó a “acusar al presidente Nicolás Maduro de
violar los derechos humanos,
provocar una crisis humanitaria y de presidir una dictadura. Y ante la imposibilidad por la vía diplomática de solucionar la crisis venezolana, considera
que la opción de una intervención militar humanitaria en Venezuela no está
descartada”.
Estas provocadoras y
graves amenazas, las hacen más complicadas porque Almagro estuvo acompañado por
el canciller colombiano, no sé si Almagro hizo estos planteamientos
deliberadamente para comprometer al
gobierno colombiano, o sí las máximas instancias gubernamentales colombianas
apoyan una intervención militar en Venezuela, de no ser así, lo esperado es
que haga público un comunicado tomando distancia de los planteamientos
intervencionistas del Secretario General
de la OEA. No hay que olvidar que: El
que calla, otorga.
Recordemos pasadas historias
de la criminal política intervencionista de Estados Unidos en América
Latina utilizando a la OEA, política que
debe tenerse en cuenta, porque un
pronunciamiento como el que hizo Almagro
está sustentado en una importante información que él posee sobre los planes guerreristas
y que deben ser denunciados por todas
las fuerzas democráticas, progresistas y revolucionarias de América
Latina, porque una intervención
militar en Venezuela, no solo ocasionará
miles de muertos en ese país andino,
sino que las acciones bélicas pueden trasladarse a los países vecinos que
se presten a esta demencial aventura de
Estados Unidos y del Secretario General de la OEA y de los gobiernos que lo
secunden.
Los ejemplos de
invasiones militares yanquis más conocidos de estos últimos 60 años; Cuba,
abril de 1961, derrota militar de Estados Unidos y sus mercenarios en Playa
Girón; Intervención militar en República Dominicana 1965 derrocamiento del
presidente Juan Bosch; Septiembre de 1973 derrocamiento del gobierno
democrático de Salvador Allende, dirigido desde Washington y usando a los
generales traidores del ejército chileno, encabezado por el asesino general
Augusto Pinochet; 1981 a 1985 la intervención militar desde Honduras contra el
Gobierno Sandinista, con el financiamiento de Estados Unidos y apoyo logístico
conocido como Iran-Contra; intervención en 1982 en Granada bajo el pretexto de
que era un amenaza para la paz; Apoyo de EE.UU, Chile y Colombia a Inglaterra contra Argentina en
su guerra por recuperar las Malvinas; La criminal intervención en Panamá en 1989 con el
objetivo de detener al general Manuel Antonio Noriega y llevarlo a Estados
Unidos, que ocasionó miles de muertos. En 2009 golpe de Estado en Honduras
contra el gobierno, legítimamente elegido, del líder liberal Manuel Zelaya,
también organizado y dirigido desde Washington y su embajada en Tegucigalpa, causando decenas
de muertos. Ahora los criminales y siniestros planes se dirigen a Venezuela y
Nicaragua en lo inmediato.
Respecto a Venezuela debe tomarse en cuenta la temeraria y
deliberada decisión del presidente Barak Obama al considerar a ese país como
una amenaza a la Seguridad Nacional de los Estados Unidos y decretar una Acción
Ejecutiva en su contra, decisión que permite actuar militarmente y a discreción del Presidente sin necesidad de consultar al Congreso.
Esa inexplicable Acción Ejecutiva, heredada de Obama, es utilizada
hoy por el presidente Donald Trump, quien ha sido directo al declarar públicamente que
Estados Unidos está evaluando intervenir
militarmente en Venezuela. Por lo pronto
la Comisión de Inteligencia del senado estadounidense conoció y aprobó
el pasado 15 de febrero del año en curso el llamado Plan Maestro, presentado por el Almirante Kurd W Tidd, Jefe
del Comando Sur, cuyo objetivo es
preparar las condiciones para ejecutar dicho plan, que por demás venia
ejecutándose desde años anteriores.
La campaña de los medios sembrando la matriz de opinión a través de la CNN, CBS y los más importantes medios en
Estados Unidos y la prensa de derecha en
nuestra zona, comentando que en Venezuela reinaba y reina el caos,
que se había establecido una dictadura, en ese escenario aplican sanciones económicas y financieras por parte de Estados Unidos y la Unión
Europea, inician acusaciones contra
dirigentes del gobierno y militares señalándolos con vínculos con el narcotráfico, lavado de activo y retiro de
las visas. A través de la oposición
ultraderechista venezolana con logística
gringa se organizan hechos criminales y vandálicos como las
guarimbas del pasado año 2017, entre otras acciones. Ahora mediante la OEA y el
llamado Grupo de Lima, organizan, pagan
y estimulan la inmigración de manera desordenada para sentar la imagen de la
crisis humanitaria, la última reunión de este grupo conspirativo se desarrolló
el pasado 4 de septiembre en Ecuador,
este es el último paso del Plan Maestro.
Desde el 2016 vienen
trabajando para ejecutar dicha
“intervención humanitaria” y uno de los principales operadores políticos o
agente del gobierno de los Estados Unidos Luis Almagro, desde su cargo como Secretario General de la
OEA, ha venido utilizando a esta cipaya organización, para aplicar a Venezuela
la Carta Democrática, pero todos sus intentos han sido fallidos y han fracasado, porque no hay consenso en el
Consejo Permanente de la OEA algunos
países miembros no consideran que en Venezuela se esté presentando un escenario tan crítico como plantea el señor
Almagro y sus gobiernos aliados, algunos de los cuales tienen cuenta que rendir en derechos humanos,
violaciones al derecho internacional
humanitario, desapariciones, torturas y miles de crímenes que se cometen impunemente.
Es curioso que mientras Almagro amenaza a Venezuela desde
territorio colombiano por violar los derechos humanos y provocar una crisis
humanitaria, no condena ni tan siquiera menciona la grave crisis humanitaria y
la permanente violación de los derechos humanos en Colombia, o acaso
no conoce que hoy en Colombia han sido asesinados por bandas paramilitares más
de 500 líderes sociales, comunitarios, afrodecendientes, indígenas, y más de 70
ex guerrilleros que se acogieron a los acuerdos de paz, firmados por el
Gobierno y la guerrilla, todo bajo el
amparo y auspicio de sectores políticos y agentes del Estado.
Y que en los 30 días que lleva instalado el gobierno del
presidente Iván Duque se han producido 34 asesinatos de líderes comunitarios y
sociales, sobre eso Almagro tampoco ha dicho
una palabra.
Desconoce el Secretario General de la OEA que en el
“Departamento de la Guajira, murieron por desnutrición y hambre más de 4000 mil
niños y cerca de un millón de niños son explotados laboralmente y 48 son
torturados y agredidos sexualmente cada día. En el 2017 fueron asesinados 687
niños y 200 mujeres. Hay 3 asesinatos
cada dos horas y la impunidad de las
élites de poder es notoria.”
La Corte Penal Internacional está pendiente que la Fiscalía
de la República entregue la información a la cual se ha negado el Fiscal General Néstor Humberto Martínez, y que compromete a altos jefes militares
en los crímenes cometidos contra más de
3000 jóvenes a quienes detenían en zonas
rurales y barrios periféricos de Bogotá, como el caso de Soacha, los vestían
con uniformes y brazaletes de guerrilleros y los asesinaban a sangre fría y los
presentaban como bajas en combates con la guerrilla que nunca existieron. Estos
asesinatos eran causas y efectos por la política del presidente Álvaro Uribe
Vélez que premiaba monetariamente a los
oficiales y clases por cada guerrillero
dado de baja. Cuando se destapó el
escándalo por esos crímenes en los comunicados militares se les bautizó
con el apelativo de “falsos-positivos”, obviamente una fórmula gramatical más benigna que aceptar
que fueron víctimas inocentes de los crímenes que en nombre de la política de Seguridad
Democrática ejecutaban los militares.
En ningún momento el Secretario General de la OEA Luis
Almagro ha condenado, o desarrollado una acción política, frente a estas graves
violaciones a los Derechos Humanos y a la crisis Humanitaria en Colombia, y
mucho menos ha pedido aplicar la Carta Democrática contra Colombia si tomamos
en cuenta los siguientes datos: “El desplazamiento forzado persiste y presenta
una tendencia al aumento. Colombia sigue siendo el país con más víctimas de
desplazamiento forzado en el mundo, el 63% en la pobreza y el 33 % en la
extrema pobreza, solamente entre el 2002 y el
2010, durante el gobierno de Uribe Vélez, casi 4 millones de colombianos
emigraron del país, de ellos cerca de 3 millones 500 mil a Venezuela. Y unos 2
millones en los gobiernos de Pastrana y Juan Manuel Santos, también migraron al
país vecino, en total unos 5 millones”
“Entre 2013 y 2016 al menos 2.820 personas murieron fuera de
combate a causa de la violencia sociopolítica. En los 1.128 casos en que se
conoce el presunto autor, el 69,93% se atribuye al Estado y a las guerrillas el
29,87%.” “Las ejecuciones
extrajudiciales continúan. En 2015 se documentaron 65 casos cometidos por
miembros de las FF.AA”. (1)
Y qué decir de la
violación de los derechos humanos y la
crisis humanitaria en Honduras, el asesinato de Berta Cáceres aún sin
esclarecer y la complicidad de Almagro en el fraude electoral, que le dio la
presidencia a Orlando Hernández, a pesar que
los testigos de la OEA en dichas
elecciones declararon que
existieron serias irregularidades y la sospecha de fraude. Tampoco Almagro ha
denunciado las serias violaciones a los derechos humanos en México y la crisis
humanitaria, donde miles de inocentes mexicanos han sido víctima del crimen
organizado, agentes del Estado, la corrupción y el quiebre de la seguridad
ciudadana.
Luis Almagro no puede estar actuando como Secretario General
de la OEA, porque se supone que esta
desprestigiada organización, no debe
promover la guerra, sino la paz y la convivencia entre las naciones de la
región. Pero como esta organización está subordinada al gobierno de Estados Unidos, se aprecia que el señor
Almagro, que debía cumplir con el deber de evitar la guerra en este
hemisferio, lo que hace es promoverlas y
comportarse como un verdadero agente o
mercenario al servicio del imperialismo yanqui, que no le importa quien gobierna o que sucede en Venezuela, si
se viola o no los derechos humanos, porque nunca a Estados Unidos le ha
importado nuestros pueblos, en este caso
le interesa apropiarse de los ricos
yacimientos petroleros y los enormes recursos mineros, como sucedió en Irak,
Libia, Afganistán, al costo de más de un millón y medio de vidas inocentes.
No le asiste ninguna moral al señor Luis Almagro para seguir
al frente de la OEA, debía renunciar por su infeliz papel, la historia dará
cuenta de su desacreditada actuación, porque una intervención militar en
Venezuela encenderiá la región, porque
traspasará las fronteras y los pueblos se alzarán contra gobiernos tan débiles
como el de Brasil, Argentina, Chile, Perú, entre otros.
El escenario político suramericano no está para juegos de
guerra. Es por ese motivo que el Grupo de Lima, que a instancia de Luis
Almagro, se creó en Perú, antes de la celebración de la Cumbre de las
América, con el objetivo de promover una
condena a Venezuela y facilitar el respaldo político y diplomático para una
intervención militar “humanitaria” tampoco
fue posible. Hoy 16 de septiembre este Grupo de Lima ha sacado una
declaración donde manifiesta que los
países que lo integran, están en
desacuerdo con las declaraciones del Secretario General de la OEA y en contra
de cualquier intervención militar y humanitaria en Venezuela.
Igualmente los países que forman el ALBA-TCP hicieron una
contundente condena a las declaraciones del Secretario General de la OEA, a su
llamado a intervenir militarmente en Venezuela. Este absoluto rechazo, incluso
de algunos de sus aliados, deja muy mal parado a Luis Almagro que se ha
convertido en un defensor de la guerra y la violencia, una política
incompatible con las funciones que realiza. Almagro, él ha fracasado en todas
sus actividades y acciones desde la Secretaria General de la OEA, si tuviera
dignidad renunciaría, él, ya es conocido por el pueblo venezolano, como el Señor de la Guerra.
Información recibida de www.500organizacioneshablan.org
jorgarcia726@gmail.com
Almagro no merece ni el perdón del Creador...!!
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