martes, 18 de septiembre de 2018

Los gringos pretenderán usar la 74 Asamblea General de la ONU

Por Juan Martorano:

Para legitimar la intervención militar de tipo “humanitaria” contra Venezuela.
Para el momento en que escribo estas líneas, será 18 de septiembre de 2018, fecha prevista de acuerdo al cronograma y calendario de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para el inicio de la 74 Asamblea General de esta organización, donde se debatirán los grandes temas que pueden definir el destino de la humanidad.

Evidentemente, la República Bolivariana de Venezuela, su supuesta crisis humanitaria pretenderá ser uno de los temas a ser tratados en tan importante foro internacional. El Primer Mandatario Nacional, Nicolás Maduro, acaba de llegar de una exitosa e importantísima visita de Estado a la República Popular China, donde además de reforzar los lazos de amistad y de alianza estratégica, se firmaron importantes convenios energéticos , tecnológicos, educativos y de diversos ordenes que no se pueden perder de vista.
Esto sin contar el estrechamiento de la alianza estratégica y de mutua confianza entre ambos países, sobre todo en la construcción de una economía que rompa le hegemonía y el patrón del dólar, donde ambas naciones ocupan una vanguardia y constituyen un precedente importante y que los Estados Unidos ven como una amenaza, al igual que la experiencia de Rusia.

Es en ese sentido, que nuevamente la administración Trump, acompañada de los gobiernos de los países del denominado Grupo de Lima (gobiernos que, por cierto, muchos de ellos, o están de salida, o están haciendo “aguas” producto de las erupciones de los volcanes sociales producto de la implementación de medidas neoliberales que ya los pueblos comienzan a protestar y a rebelarse) pretenderán incluir el tema de la agenda. Los conglomerados mediáticos a nivel internacional despliegan toda clase de operaciones psicológicas en el contexto de establecer la percepción que de estas reuniones en Naciones Unidas, se producirá algún tipo de resolución que otorgue el aval jurídico para legitimar una acción armada en contra de la Patria de Bolívar y Chávez.

Es evidente, que ante los planes conspirativos y de atentar en contra de la integridad física del Jefe de Estado venezolano, Nicolás Maduro, éste decida no asistir a la sede de Naciones Unidas. Recientemente el representante de Estados Unidos ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Carlos Trujillo, profirió cualquier clase de amenazas en contra de la majestad y decoro del jefe del Ejecutivo Nacional. No obstante, seguramente nuestra delegación que nos representará ante tan importante foro internacional será de muy altísimo nivel, decantándome en lo personal por la actual Vicepresidenta Ejecutiva de la República Bolivariana de Venezuela, Delcy Eloína Rodríguez Gómez o nuestro actual Ministro del Poder Popular para las Relaciones Exteriores, Jorge Arreaza Montserrat.

Es evidente que el Gobierno Nacional, en medio de la actual coyuntura no exenta de contradicciones, de amenazas y asechanzas, ha venido, o por lo menos intenta retomar la ofensiva e iniciativas políticas, y Estados Unidos debe “truncar” esto para conservar el control de lo que ellos consideran su “patio trasero” en el contexto del dominio del espectro global.
Y es ahí en donde en reuniones previas a la celebración de esta Asamblea General de las Naciones Unidas, celebraron una reunión informal con una semana de anticipación, en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, tratando de aplicar la denominada formula “Arria” o Di- Arrea- juzguen ustedes- la cual consiste en reuniones de gobiernos de países integrantes con agentes externos del Consejo. En este caso, esos agentes fueron Julio Borges, Mercedes De Freitas, Tamara Sujú, Carlos Vecchio, David Smolansky, Antonio Ledezma y otros actores políticos vinculados con grupos y sectores de la oposición venezolana.

Importante, más allá del sarcasmo, que el denominado “método Arria” fue implementado por éste señor en el momento en que se desempeño como presidente del Consejo de Seguridad de la ONU en 1990, durante su pasantía como diplomático venezolano ante el referido organismo internacional, y que sirvió para legitimar la intervención por parte de Estados Unidos y países de la OTAN en la denominada Guerra de los Balcanes que contribuyó al derrocamiento y posterior desmembramiento de la Yugoslavia que construyó el mariscal Tito, y en ese momento dirigida por Slodoban Milosevic, por no plegarse a los intereses hegemónicos de Estados Unidos. Cualquier intento por parecerse a la realidad venezolana no es mera coincidencia.
Asimismo, Luis Almagro, Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), visitó recientemente Colombia, donde sostuvo reuniones con el canciller de ese país, Carlos Holmes Trujillo y el presidente de ese país, Iván Duque, posteriormente visitó Cúcuta, para dar declaraciones donde es partidario y justifica una intervención militar contra Venezuela, para “salir del régimen de Maduro”.

Un par de días después de la “visita” de Almagro a Cúcuta, el gobierno colombiano denunció una “violación territorial” por parte de dos efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), en una isla del río Orinoco al sureste del país. De acuerdo al comunicado emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores del país neogranadino, los hechos habrían ocurrido en la isla Maipures 3, que pertenece a Colombia desde 1931. La administración Duque indica que esta sería la segunda incursión  por parte de oficiales venezolanos desde su asunción el pasado 07AGOS2018, la anterior, habría sido a mediados del mes de agosto en el departamento Norte de Santander, en la que supuestos helicópteros militares, identificados con siglas de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y unos 30 efectivos armados, habrían desembarcado en el sector rural de Tibú. Es evidente que tales acciones y declaraciones obedecen a un plan para la generación de un incidente fronterizo (falso- positivo) en el corredor colombo- venezolano, con la finalidad de generar las condiciones para una intervención militar foránea sobre Venezuela.

No olvidemos que desde el mes de junio del presente año, los denominados “cascos blancos” de Argentina se encuentran apostados en Maicao, fronterizo con Zulia (entidad federal que en estos momentos posee unas problemáticas terribles en materia de servicios públicos como agua y electricidad, que son los más críticos en estos momentos) y Cúcuta, fronterizo con el estado Táchira. Siempre las oleadas conspirativas en contra del gobierno bolivariano encabezado en esta etapa por el presidente Maduro, han iniciado por las referidas entidades federales, además de que serían los primeros estados y las primeras “líneas de fuego” en caso de una eventual invasión gringa.

Evidentemente que luego de tres fechas emblemáticas a mi parecer: 20 de mayo de 2018, con el triunfo electoral del chavismo en las elecciones presidenciales y legislativas, el 4 de agosto de 2018, con el magnicidio en grado de frustración en contra del presidente Maduro y las cabezas de las ramas del Poder Público Nacional, y el 20 de agosto con la implementación del Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica, se han obtenido victorias tempranas y marcan puntos de inflexión que, mientras haya imperialismo y éste consolide posiciones en el mundo, las asechanzas, peligros y amenazas a nuestro Gobierno y a nuestra Revolución no cesarán.

Por ello, debemos estar muy atentos, y no perder de vista lo que se discutirá y sobre todo los discursos de los Jefes de Estado y de Gobierno que estarán en esta 74 Asamblea General de Naciones Unidas. De donde menos pensemos, puede saltar la serpiente.
¡Bolívar y Chávez viven! ¡Y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!

j_martorano@hotmail.com

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