Por Rolando Prudencio Briancon:
En momentos como los que acaban de acaecer en Venezuela con
el magnicidio frustrado contra el
presidente Nicolás Maduro; cuán pertinentes vienen a ser las palabras del
comandante Hugo Chávez, cuando dijo: "Ellos son Santander, que mandaron a
matar a Bolívar”; precisamente cuando las oligarquías bogotanas, vieron como
una contagian te amenaza los cambios políticos que venía viviendo Venezuela a
la cabeza del Comandante Eterno, y que podía extenderse hacia Colombia, y que
ponían en riesgo sus intereses bastardos en Colombia.
Y es que para comprender la infamia que históricamente ha
estado presente en pérfidos personajes, como Francisco de Paula Santander y
Juan Manuel Santos, es que debemos entender, que cegados por su servilismo
hacia los poderes imperiales -ayer a España y hoy a los EE.UU.; y de quien el
libertador Bolívar decía: parecen predestinados por la providencia a sembrar de
luto y miseria nuestra América- de concluye que están dispuestos a cumplir a
cabalidad el papel de Caínes.
Fue una publicación, con autorización de las editoriales
Foca-Investigación, de España, y la Fundación editorial El Perro y la Rana, de
Venezuela, que se divulgó un fragmento del libro “Historia del Terrorismo de
Estado en Colombia”, realizado por el periodista y escritor colombiano
residente en Francia, Hernando Calvo Ospina, quien concluyó que: “Santander vio
en el asesinato de Simón Bolívar la sola posibilidad de desmembrar a la Gran
Colombia (conformada por Venezuela, Ecuador, Colombia). Dentro las
investigaciones realizadas por él, concluye que Santander fue condenado a
muerte por esa imperdonable deslealtad, contra el libertador, pero fue el mismo
Bolívar quien conmutó la pena por el destierro por su genética generosidad.
Después del fallido intento de magnicidio contra el
presidente Maduro, las lecciones del pasado nos llevan a concluir, como lo hizo
el propio presidente Maduro, que es la mano de Manuel Santos quien está detrás
del magnicidio fallido contra él; tal como implícitamente se infiere de las
últimas declaraciones de Santos, quien presionado por los alfiles de Trump
(Pence y Pompeo), que no dejaron de conspirar a contrarreloj contra el
presidente Maduro, y en la que el magnicidio fue la última carta que quedó por
jugárselas.
El presidente Maduro viene matando canallas, con su firme
decisión de defender Venezuela al costo que sea, y por ello no han podido: ni
Obama, ni Trump con su estúpido decreto que declara a “Venezuela una amenaza”,
ni con el golpismo de las Guarimbas, ni con las sanciones económicas, ni el
embargo petrolero, ni desconociendo la Constituyente, ni la elección del mismo
Maduro, ni como ahora con este magnicidio fallido, que lleva la infame impronta
de Santos, pero que como Santander, que no pudo con Bolívar, con Maduro tampoco
lo hará.
Así que frente a la impotente e histérica ira de Santos,
quien ya está de salida, y para desgracia suya; la Revolución Bolivariana, que
vino para quedarse, cada vez sale más fortalecida, como ahora después de éste
malogrado magnicidio, pues lo que no te mata te hace más fuerte.
prudenprusiano@gmail.com
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