Por Sergio Rodríguez Gelfenstein:
Tal vez como nunca antes en la historia, el sistema
occidental de democracia representativa está atravesando un período de fuertes
turbulencias, y no sólo en términos económicos lo cual es recurrente desde
2008, también en el plano político. Los recientes acontecimientos en Italia (donde la
inestabilidad política es normal desde el fin de la segunda guerra mundial) y
sobre todo en España, dan cuenta de manifestaciones particulares del ejercicio
de la democracia, que sin ser ilegales, ya que se inscriben en los marcos
constitucionales establecidos en cada uno de esos países, son ilegítimos e
inmorales toda vez que en ambos casos, se cambian gobiernos al margen de la
decisión y opinión popular, ¿no nos dijeron durante siglos que la democracia
era el gobierno del pueblo y que la soberanía residía en ese mismo pueblo? Pues
en Italia y España, la “salida” a las crisis políticas se ha realizado como
acuerdos de élites que responden más a una lógica matemática que a una
democrática.
En el caso de Italia, una vez más se votó y eligió a un
gobierno, esta vez de ultra derecha, sólo que el mismo se orienta a señalar que
la pertenencia del país a la alianza europea y consiguientemente al euro son
los causantes de la crisis que se vive, por lo que proponen la salida de las
dos instancias, lo cual significaría un duro golpe a la integración europea,
considerando que estamos ante la tercera economía más grande de la Unión
Europea (UE) (ya sin contar a Gran Bretaña). El establishment escrutó el
peligro y rechazó al ministro de economía propuesto quien seguramente apostaría
por seguir el camino de los súbditos de la reina Isabel, saliendo de la UE y
abandonando el euro como moneda única, marcando en este caso una pauta muy
difícil para la región de cara al futuro, sobre todo en tiempos en que están
siendo maltratados y humillados de forma vehemente por su aliado y hermano
mayor Estados Unidos. La respuesta del sistema fue “elegir” un primer ministro
“a dedo” en una práctica muy alejada de la democracia de la que se dicen
exponentes, el nominado fue Carlo Cottarelli, ex funcionario de alto nivel del
FMI, elegido por un voto: el del presidente. Sin embargo, la maniobra fracasó,
las élites se volvieron a poner de acuerdo y la ultra derecha ha sido
nuevamente llamada a formar gobierno.
En España, el ejercicio de la democracia se ha circunscrito
al cálculo numérico desde que se dio a conocer el fallo judicial respecto del
mayor escándalo de corrupción en la historia de ese país: la ideología, los
valores y los principios pasaron a un segundo plano durante estos días. Aunque
tal hecho es conocido desde hace muchos años por la opinión pública, la ultra
derecha franquista se ha sostenido en el poder por la fuerza del engaño y la
mentira, las insanas alianzas de cúpulas partidarias (incluso con los que hoy
los han defenestrado), la banca y los medios de comunicación ha permitido
construir un “insigne” entramado de democracia, solo sostenido con la amenaza,
el chantaje y la represión.
La acusación por corrupción contra el PP como partido y
varias decenas de sus líderes en individual, develan una trama putrefacta que
incluye hasta ahora a Luis Bárcenas ex tesorero de ese partido y su esposa,
además la ex ministra de salud y ex vice secretaria general de esa organización
Ana Mato, entre otros. En un hecho probablemente sin antecedentes en la
historia de España y del mundo, el juez ha condenado al partido Popular por beneficiarse
de una trama corrupta. En pocas palabras, estamos hablando de un partido de
delincuentes, una organización creada para hacer trampas a fin de adueñarse del
poder y perpetuar el ideal franquista de persecución, ilegalidad y muerte, a
favor del gran capital. Pero, lo más curioso no ha sido esto, sino el hecho de
que durante décadas este grupo mafioso se ha ufanado de transmitir el ideal
democrático en Europa y sobre todo en América Latina.
Curioso también resulta que tras el fallo del juez español
acusando al PP y a sus dirigentes, su otrora socio de correrías, el Partido
Socialista Obrero Español (PSOE) se apresuró a presentar una moción de censura
del gobierno, la cual condujo a que Mariano Rajoy, fuera destituido como
presidente de España y Pedro Sánchez, secretario general del PSOE accediera a
la más alta magistratura del gobierno español. El PSOE sabía que por solo por
vía podía llegar al poder, considerando que las urnas electorales no le daban
para hacerlo. Esta vez, hubo más votantes si se compara con Italia: 350, de los
cuales 180 votaron por la destitución del franquista. Pero al igual que en
Italia, el pueblo estuvo ajeno a la decisión. Repito, todo se ha desarrollado
en el marco de la legalidad, no es cuestionable desde ese punto de vista, sin
embargo, resulta novedoso que países que pretenden dar lecciones de democracia
en el mundo produzcan decisiones tan trascendentales al margen de la voluntad
popular que debió haber sido llamada a manifestarse para elegir sus altas
autoridades. ¿Por qué estos sistemas indirectos son legítimos y no lo es el de
Cuba? Me podrán decir que el sistema cubano es unipartidista, pero ¿para qué se
necesita un sistema de múltiples partidos, si la mayoría actúa como el PP,
aunque no los hayan descubierto todavía? El PSOE y Pedro Sánchez han llegado al
gobierno sin que haya habido elecciones y tras haber perdido dos comicios
consecutivos. Uno pensaba que el colmo había sido Trump que ganó sacando menos
votos, pero la “democracia” siempre enseña algo nuevo.
Ese sistema ilegítimo es el que permite que de este lado del
Atlántico, exista la democracia de Sebastián Piñera, el estafador del Banco de
Talca; la de Peña Nieto, de 103 candidatos asesinados durante el actual proceso
electoral, 48 periodistas ultimados durante bajo mandato del PRI y el partido
Verde, además de las 25 mil desapariciones habidas en los últimos seis años de
gobierno, cifra muy superior a la que produjo el mismo Pinochet y cercana a la
que desató la dictadura argentina de Videla, Massera, Viola y Galtieri; la
democracia de Colombia con un sistema electoral en el que los votos son
elaborados en fotocopiadora por los mismos “electores”, donde ha han sido
asesinados centenares de dirigentes sociales y de derechos humanos, y miles de
niños wayúu muertos por desnutrición por la negligencia del Estado, mientras su
presidente está preocupado por incorporar a su país a la OTAN, la peor máquina
de guerra y muerte del mundo; la de Temer, actuando desde la ilegalidad (esta
si claramente al margen de la ley) para privatizar el país y entregarlo al
capital extranjero, para lo cual no ha escatima el uso de la represión y un
aparato institucional podrido y corrupto, la de Kuczynski, que convocó una
cumbre para debatir sobre corrupción, sin que pudiera participar tras su caída
precisamente por esa razón.
Los acontecimientos recientes obligan a preguntarse qué tipo
de democracia se pretende construir, ¿es realmente el gobierno del pueblo? o
¿es solo un instrumento usado para acceder al poder y utilizarlo para
favorecerse a sí mismo y a las grandes empresas que financian las campañas?
Esta pudrición también ha tenido efectos planetarios.
A nivel global se está manifestando una crisis moral entre
las élites que controlan el poder. Las actuaciones internacionales del presidente
Trump han desbordado los habituales y hasta si se quiere comprensibles ataques
a Rusia y China, Irán y Corea del Norte, Cuba y Venezuela, países
caracterizados por no seguir los dictados imperiales. En este ámbito, lo
novedoso es el desprecio que ha mostrado Trump por sus aliados y amigos:
Europa, Canadá y México, aplicando sanciones que según el coro de quejas
“afectan y distorsionan el comercio internacional de mercancías”. Lo dicen
países que están aplicando sanciones económicas contra Venezuela y otras
naciones: Europa participa gustosamente de medidas restrictivas del comercio
con Rusia y contra Corea del Norte y está amenazando a China. Hago una pregunta
elemental: ¿por qué lo que le hacen a ellos es ilegal, cuando ellos mismos se
lo están haciendo a otros países?
La Secretaría de Economía de México ha dicho que tales
medidas no “son adecuadas ni justificadas”, suponiendo que Estados Unidos ha
justificado alguna vez la implementación de medidas punitivas contra quien sea.
En este caso, la lealtad perruna de México no ha sido óbice para que se haya
convertido en blanco “adecuado y justificado” del “America first”. Pero, mucho
más allá ha ido Canadá, en el colmo de la desvergüenza, el primer ministro
Justin Trudeau ha recordado que Canadá ha seguido a Estados Unidos en todas sus
aventuras imperiales desde la segunda guerra mundial, por lo que no comprende
que se le pague de esta forma.
Por su parte, Alemania ha advertido que al “América primero”
se le responderá con “Europa unida”, a lo que el usuario de twitter 24Charliejoe
ha agregado “Pero igual se bajan los pantalones”. El presidente francés por su
parte se ha caracterizado los aranceles establecidos por Estados Unidos contra
Europa como “ilegales”. La primera ministra británica ha proclamado que “la UE
y el reino Unido deberían estar permanentemente exentos de aranceles” y dijo
que estaba “profundamente decepcionada”. Pero, por otro lado, ante la crisis
desatada por Trump y conscientes del papel subordinado que han estado jugando
en el conflicto que Estados Unidos ha planteado contra Rusia, el presidente de
la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker se ha apresurado a llamar al “cese de
los ataques anti rusos” y a hacer un esfuerzo para “reconectar con Rusia”.
Estas declaraciones han “coincidido” no solo con las furibundas acciones
económicas de Trump contra Europa, también con la llegada al poder de la
alianza de derecha en Italia que a mediados del mes de mayo había hecho saber
su opinión favorable al levantamiento de sanciones contra Rusia lo que pudiera
comenzar a hacerse efectivo en el corto plazo, pudiendo tener un efecto dominó
en la Unión Europea y un debilitamiento de las medidas ordenadas por Estados
Unidos a Europa contra el gigante euroasiático.
Como se dijo al comienzo, el escenario internacional pasa
por turbulencias propias de la crisis de un sistema democrático que no es capaz
de controlar los afanes imperialistas que conducen a la sobre acumulación y la
obtención de ganancias a cualquier precio, incluyendo la guerra y la
devastación del planeta, poniendo incluso en peligro la estabilidad del propio
sistema capitalista que se dice proveedor de mejoras en las condiciones de vida
de la ciudadanía. Las evidencias nos señalan que la realidad es otra: una
democracia en crisis, una economía paralizada, que Estados Unidos pretende
seguir sosteniendo con más guerra, más sanciones, más amenazas, solo que ahora
no es sólo contra los enemigos, los amigos también cayeron en sus garras.
sergioro07@hotmail.com
Es triste,pero es real.¿Que podemos esperar en el futuro?Siempre hay que tener esperanza;dicenEl "sistema"es muy habil y capaz en sus raterias,ahora estan embarcando s en terminar con todo a traves de los sistemas "educativos las redes los celulares el entrenimientoalienante ,etc.Que quedara en esas pobres cabecitas,ojala me equivoque .La condicion humana es la que hay que tener en cuenta,cada vez mas.
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