Por Manuel Humberto Restrepo Domínguez:
La Colombia Humana ganó en las principales ciudades del país
como Bogotá, lo que no le pone fácil la tarea al nuevo presidente que se negó a
debatir y confrontar, que no ha ocupado cargos y que no fue su talante, ni su
discurso, ni su programa, ni su capacidad, si no sus apoyos y la fuerza de su
creador Uribe quien lo hizo presidente. Sus fieles seguidores en campaña
mostraron epítetos, adjetivaron, estigmatizaron y ofrecieron no hacer trizas la
paz si no al país entero y cobrar venganza. Ojala el presidente ganó sin
convencer, no caiga en la tentación de
convertir al palacio de gobierno en un campo de espionaje, persecución o
control de maquinarias y sistemas de corrupción.
Le queda el desafió separarse de la maldad que pueda
entrañar su cercanía y deuda con el presidente eterno como llamo a Uribe y
hacer un gobierno sin olvidar que gracias a la paz en curso ha crecido la
esperanza y permitido las elecciones más pacificas de la historia reciente y le
queda desprenderse del afán de las elites por reconcentrar sus esfuerzos para
alentar la polarización y machacar sobre el odio y en cambio tendrá que ordenar
de inmediato el cese del fraking y la entrega de la riqueza nacional a las
trasnacionales. Le queda revertir a la salud en un derecho y darle gratuidad a
la educación y lograr que el que la haga la pague empezando por tocar el oscuro
listado de sus apoyos.
Llega un presidente con poca independencia y capacidad de
maniobra, hecho a la medida del régimen de la seguridad democrática y del todo
vale, apoyado por todos los poderes
ejecutivo, legislativo, judicial, órganos de control, partidos políticos
tradicionales liberales y conservadores y sus variantes, que hicieron un mismo
equipo sin escrúpulos para ganar la presidencia gracias a la puesta en
ejecución del mismo pacto de elites de siempre. Los medios de comunicación
mostraron que son la herramienta principal del mismo poder que representa el
elegido y le comunicaron al resto del país que la imparcialidad y la
objetividad habían llegado a su final y algunos periodistas superaron la
vulgaridad. La falta de compromiso de los medios con la verdad fue vergonzoso,
retrasmitió falsedades, repicó sobre los mitos y engaños que salían
paulatinamente de la campaña del ganador y que nunca fueron controvertidos,
explicados o tratados con la mínima reflexión.
El presidente llega arropado de malas compañías,
polarizadores de oficio, camaleones de la política, medios de comunicación
vergonzantes, voces angustiosas de la política tradicional derrotada y
pusilánime, veteranos del clientelismo ya vencidos en otras batallas,
parapolíticos y convictos, responsables de escándalos y lo peor del depósito de
corrupción nacional. El nuevo presidente tendrá que sacudirse y cobrar estatura
moral y responsabilidad ética para alcanzar la posición inteligente del
estadista que ya ganó pero difícilmente podrá legitimarse. Duque tendrá que
preparase para gobernar gobernando y saber enfrentar en democracia y sin
autoritarismos, los retos que le plantea la inteligencia del mundo, a la que no
podrán matar ni intimidar otra vez, y responder con efectividad a los retos que
le plantea defensa de la soberanía y la riqueza del país de la voracidad de sus
financiadores de campaña, que resulta contrario a sus propósitos.
La deficitaria democracia, fue apropiada por la otra
Colombia, la que desconfía del nuevo gobernante, no le guarda obediencia y
estará dispuesta a confrontarla todo el tiempo, porque las dos agendas no
coinciden. La Colombia Humana voto a voto por primera vez sumo 8 millones y
cerca de un millón el votó en blanco, de los que sin grandeza se negaron a
contribuir en la lucha para salir del vació. Ocho millones de electores son bastante,
una inmensa mayoría, diversa, plural, libre, decidida, honesta, conformada por inconformes,
empobrecidos, ocupantes de distintos territorios del olvido, sectores medios y
populares, atraídos por la dinámica de trabajo inspirada en las abejas que trabajan
para sumar, sin interés propio, sin cálculo de ganancia, con amor y afecto, que
se sobrepusieron los temores infundados sembrados con cizaña del equipo
ganador, hizo crecer entre la ignorancia y el resentimiento las siniestras
farsas del castro chavismo, el ateísmo y la ideología de género y los fantasmas
de terror que ellos mismos inspiran.
Ocho millones de gentes comprometidas con la búsqueda del
cambio y la transformación del país y otro millón de votantes en blanco, son
una cifra ganadora, inmensa, con más potencia creadora y con mayor legitimidad
que los diez millones que obtuvo el ganador, que no representan la identidad,
las demandas, ni las necesidades de los excluidos y los resistentes, que hacen
la nueva realidad política electoral del país. Ganaron los más de 7000
intelectuales del mundo, cineastas, académicos, artistas, movimientos sociales,
victimas, estudiantes, trabajadores, campesinos, mujeres, indígenas, afro,
lgtb, ambientalistas, animalistas, militantes políticos, que dieron cada uno y
en colectivo lo mejor de sí, sin ahorrarse nada, ni pedir nada a cambio, para
alcanzar una victoria que orgullece con la inmensa cifra de ocho millones de
personas, de votantes.
Los 8 millones de la Colombia Humana, son una fuerza
imparable que asume el compromiso inmediato de defender lo que nunca había
ocurrido en los doscientos años de vida republicana y los 27 de la Constitución
Colombiana de 1991: Juntar a tanta gente en el común denominador, de que la
vida, y que la paz y la dignidad son más, que las clientelas políticas unidas.
Para los ganadores ganar solo será un motivo insípido de celebración y la hora
para hacer las cuentas del poder. Para la Colombia Humana, ganar lo ganado es
motivo de alegría y las asimetrías e inequidades de campaña en cambio de rabia
producen aprendizajes y despiertan la imparable necesidad de avanzar, organizar
y prepararse para confrontar con altura, con imaginación, con orgullo y en
movilización permanente en la calle y en las redes al próximo gobierno de la
mano y dirigencia de Petro, Ángela María, Claudia, Antanas y muchos hombres y
mujeres más para los que la vida es sagrada, la ética su brújula y su lucha
incansable su mejor ejemplo.
mrestrepo33@hotmail.com
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