viernes, 11 de mayo de 2018

En Nicaragua no habrá ninguna Maidán


Por Ernesto Wong Maestre: 
La comunidad internacional al conocer la información escrita y en imágenes sobre Nicaragua ofrecida entre el 17 y el 22 de abril recién pasado, le debió asaltar muchas dudas y preocupaciones por lo que estaba conociendo. A la parte que lee, ve y escucha las mega corporaciones transnacionales de noticias le asaltan las clásicas ideas opuestas a las revoluciones sociales, mientras que a la otra parte, atenta a los medios de comunicación alternativos, ajenos a los fake news de las primeras y partidarios de la información veraz y verídica acerca de lo que sucede y de lo que se esconde o enmascara, le vienen a la mente lo ocurrido en abril de 2002 o en los primeros seis meses del 2017 en Venezuela, o incluso lo que le ocurrió en 2014 al presidente ucraniano Víctor Yanukovich cuando desde la violencia generada en una sola plaza de la capital, la Maidán, se armó todo un golpe de Estado llevado a cabo con la puntualidad de un otrora reloj suizo por una ínfima población pero infiltrada de grupos criminales, nazistas algunos de ellos, que usando estrategias de comandos asesinos, sometieron la voluntad de todos los poderes del Estado a los intereses de los sectores más guerreristas de EEUU.


En Nicaragua, después de la semana de sucesos violentos en Managua y otras ciudades del país, iniciados por grupúsculos de encapuchados para alentar protestas de la población minoritaria de oposición pero violenta, los saqueos vandálicos y crímenes, evidentemente dirigidos desde el exterior para afectar la imagen del gobierno sandinista y sus políticas, el Presidente Daniel Ortega anunció la decisión de anular la Resolución mediante la cual se aprobaban reformas al sistema de pensiones de seguridad social, llamó al diálogo nacional para extraer otras posibles medidas y convocó a forma una Comisión de la Verdad que esclarezca los asesinatos ocurridos.

Los grupúsculos violentos continúan con asaltos y robos contra pequeños e indefensos negocios. Es la característica de los mercenarios que buscan crear atmósferas de desestabilización para apoyar la matriz mediática imperial del Estado Fallido al igual que hicieron en Ucrania o Libia pero a diferencia de esos escenarios donde a  las fuerzas imperialistas se les permitió ingenuamente que esas crearan condiciones y actuaran impúnemente, en Nicaragua como ocurrió en Venezuela, cada día más esas estructuras políticas fascistas se irán aislando y reduciendo sus bases ante una mayoría popular que siempre apoyará el proceso revolucionario sandinista que por desarrollarse en un país sin suficientes recursos para acelerar las transformaciones, su gobierno ha debido desarrollar geoestratégicas con un ritmo sostenible y con mucha flexibilidad ante los históricos adversarios criollos.

Resulta interesante recordar en qué consistieron las reformas a los aportes a la seguridad social, donde la carga significativa fue al sector privado, así como en qué contexto social y político se anunciaron, los significados y sentidos de las acciones de violencia llevadas a cabo  y las principales muestras de apoyo realizadas por la Central de Trabajadores de Nicaragua, y otras instituciones, el mismo día 16 de abril, también cuando se conmemoraba un aniversario más de la declaración del carácter socialista de la Revolución Cubana (16 de abril de 1961) y la salida por puerto nicaraguense, con la aprobación del entonces dictador Anastasio Somoza, de las embarcaciones de mercenarios dirigidos por la contrarrevolución exiliada en Miami que invadieron Cuba por Playa Girón en ese año,  mientras que en lo interno coincidió con el mayor control del voraz incendio  -algo también preocupante que se está repitiendo en países víctimas de la política exterior de EEUU-   de la mayor reserva de la biosfera nicaragüense. Para leer esa información compilada puede accederse al blog http://felicidadvirtuosa.blogspot.com

Resulta sintomático que las iniciales protestas inducidas por un grupo violento ocasionaron la primera muerte de un joven y a partir de este innegable hecho se desencadenaron, el día 17 de abril, otros hechos violentos, y ya para el 19 de abril, coincidiendo precisamente también con la elección del nuevo Presidente cubano Miguel Díaz-Canel, las campañas mediáticas imperiales exageraron los acontecimientos de Nicaragua, impulsaron más las protestas violentas y provocaron más muertes para lograr que toda la opinión pública mundial volcara sus ojos sobre los hechos sangrientos en la patria de Sandino y quedará menos relevante el ascenso de una nueva generación de revolucionarios a dirigir los destinos de Cuba, un miembro como Nicaragua de la ALBA-TCP. Ante la situación interna, Ortega optó por no viajar a Cuba para reunirse con Diaz-Canel, Maduro y Evo Morales, algo que debió satisfacer a los organizadores de las operaciones encubiertas contra la revolución sandinista. Pudiera parecer un relacionamiento “traído por los pelos” pero en los últimos años las operaciones encubiertas dirigidas desde EE.UU para contrarrestar el avance de los procesos revolucionarios se vienen realizando intensamente en esas tres dimensiones ya reconocidas ampliamente por los analistas internacionales: primera, la violenta donde actúan los mercenarios encapuchados o los sicarios y cuando hay fácil opción intervencionista los marines yanquis; segunda, la financiera dirigida desde las entidades capitalistas de préstamos, inversiones, especulación, ahorro y calificación de riesgos; y tercera, la mediática en la que se mueven canales de TV, grupos de producción filmica, operadoras de redes globales, emisoras de radio, entre otras instituciones. No es casual para nada que el actual Secretario de Estado de EE.UU y exjefe de la CIA, Mike Pompeo,  sea ante todo un empresario con grandes inversiones, incluidas las que realiza en la producción de films dirigidos a manipular las mentes de la juventud “antiautoritaria” a nivel global y a escamotear las verdades y las tendencias históricas de la humanidad ansiosa por la paz y el cuidado de la naturaleza. 

Las sospechas sobre la acción del actual gobierno estadounidense en estos hechos de Nicaragua, influido por los grupos contrarrevolucionarios y financistas en Centroamérica, nucleados en la Florida, y que están actuando intensamente en el campo de la semiótica y el ciberespacio, en función de sus objetivos desestabilizadores, son sospechas bien justificadas si se tiene en cuenta lo que antes ocurrió en Venezuela, Ucrania, Libia, Siria, Irak o Afganistán, para orientar el análisis estratégico y las medidas que deben  tomar los gobiernos del ALBA-TCP con anticipación a fechas relevantes para cada proceso y para la aplicación de las políticas y anuncios de proyectos también relevantes. Nunca debe olvidarse, mientras exista el imperialismo, en un mundo globalizado que lo que ocurre en Nicaragua o en torno a ella, afecta, desde varias perspectivas, tanto a Venezuela como a Cuba, Bolivia, El Salvador, entre otros países donde hay fuerzas emancipadoras enfrascadas en consolidar sus independencias. Incluso, en Rusia y China que han desarrollado junto a esos gobiernos populares proyectos que apuntan a la consolidación de las independencias, algo a lo que se han opuesto siempre los gobiernos de turno de la Casa Blanca. 

Las intenciones de los autores intelectuales y garantes logísticos de las operaciones violentas en las ocho ciudades nicaragüenses están enmarcadas en la desestabilización del sistema político sandinista, en elevar el nivel del bloqueo con que EEUU trata de chantajear a Ortega, en la batalla de símbolos que los grupos ultraconservadores ejecutan contra todo aquello que cause significado a favor de las transformaciones sociales, en la guerra comercial que el gobierno de Donald Trump emprende contra China, en la estrategia de contención tridimensional contra Rusia y en la política exterior anti venezolana del gobierno de EEUU dirigida a socavar las bases de sustento económico y comercial de Caracas toda vez que Nicaragua es un proveedor seguro de alimentos en el esquema de trueque establecido entre ambos gobiernos o en el que se va formando en torno al criptoactivo Petro.

Después de casi treinta años de haber cesado la violencia armada en Nicaragua, y de los últimos tres lustros del gobierno sandinista de Ortega, este actor central del Sujeto Histórico emancipador nicaragüense posee un amplio arsenal de opciones, algunas de las cuales ya apreciamos desde el pasado domingo 22 cuando el Presidente nicaragüense anunció la casación de la “polémica” Resolución y abrió un proceso de diálogo social que conducirá seguramente a un consenso respecto a la política y normas de pensiones y el fortalecimiento del INSS, encargado de la aplicación de esa política social. De lo que se trata es de estudiar integralmente las políticas públicas en sus tiempos y sus espacios, sus contextos, sus obstáculos, sus historias, los actores tanto internos como externos que toman parte, así como los procesos en que están inmersas. En este caso, en el proceso de apoyo creciente al sandinismo que hace menos de dos años logró una votación superior al 70% en las elecciones presidenciales.

Lo acontecido en Nicaragua, tanto por lo llevado a cabo por la población violenta como por las nobles medidas propuestas por el Gobierno sandinista y derogadas después, y por el tratamiento político dado por el Presidente Daniel Ortega a la sociedad, en la coyuntura actual, convencido de que la amplia seguridad social alcanzada por la sociedad en revolución no se reduce a la pensión de vejez, hace pensar que en Nicaragua no habrá ninguna Maidán, y si EE.UU se atreve a invadir sí habrá otro Girón.

Podrán seguir los intentos desestabilizadores imperiales, y seguramente seguirán mientras el imperialismo no implosione, pero la Revolución Sandinista saldrá una vez más vencedora, en alianza estrecha con los gobiernos de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP), con Rusia, China, Irán y otros decididos por la cooperación y el intercambio de beneficio mutuo.   

wongmaestre@gmail.com

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