Por Manuel Humberto Restrepo Domínguez:
Post verdad, ¿que
puede haber después de la verdad?. Decir una cosa para ocultar otra, acudir a
emociones, pasiones y manipular la realidad para promover confusiones, engaños y hacer primar
dobles raseros con evidente carencia de ética y de escrúpulos. En seis anuncios
un ejemplo.
1. “Estoy con ustedes pero exalto a los que están contra
ustedes”. El presidente Santos exaltó con condecoraciones al ESMAD, que es el
cuerpo antidisturbios usado para romper la protesta social de la que se dice
que es respetada. Ocurrió en el mismo momento que era señalado de causar más de
30 heridos y de arremeter con exceso de fuerza (contraria a las leyes) y
avanzar con tácticas de guerra contra los indígenas del país que adelantaban
una minga, es decir, una protesta civil que reclama del gobierno dar
cumplimiento a “más de 1000 acuerdos firmados con ellos” sistemáticamente
incumplidos. Adicionaban a su justo reclamo lo que el país exige sin
dilaciones: que se cumplan los acuerdos de paz pactados para acabar la guerra,
que en términos de la verdad le valió el premio nobel al presidente en cuyo
nombre es escuchado en el mundo.
2. “Yo condeno lo de allí, pero oculto mi condena”. El
presidente Santos desde Canadá, condenó con tono de juez universal las
elecciones regionales realizadas en Venezuela que legitiman al gobierno
socialista. Su mensaje siembra dudas del proceso electoral, al tiempo que en Colombia
resultan contundentes las pruebas de corrupción electoral, inclusive en la
campaña que lo llevó a él mismo a la presidencia con dineros de la empresa
transnacional de corrupción odebrect y mientras su jefe de campaña se alista
para irse a la cárcel. Situación igual ocurre con la campaña del candidato de
Uribe, lo que pone de manifiesto una verdad de trama electoral anómala o
ilegal, que cerró la puerta del tercero en disputa que en ese momento
representaba una opción independiente.
3. “Nosotros lo hicimos pero les hacemos creer que otros lo
hicieron”. El partido Centro Democrático, claramente no es de centro si no de
extrema derecha, persiguen y odian, pero hacer creer que son perseguidos y
odiados. Su líder actúa como fiurer, para sus seguidores encarna la voz de dios
y del pueblo y votarán por quien él diga para salvarse del comunismo y de los
ateos. Dan la impresión de que tienen un postulado ideológico de que sus
adversarios y contradictores deben ser exterminados y con este objetivo
justifican sus actuaciones. La verdad es que actúan como si fueran un ejército
de especialistas con un sistema que educa para ser uribista que da como
resultado este tipo de ser humano dispuesto a desempeñar hasta el final el
papel asignado, la misión delegada, como lo muestran las conductas y
comportamientos en el congreso, en entrevistas y en exposiciones públicas.
4. “Reclamar como bandera lo contrario a lo que hicieron”.
En Bucaramanga cada uno de los aspirantes a ser el elegido candidato por el
Líder del Centro Democrático, cumplió su misión, dijo exactamente lo contrario
al desastre que ellos provocaron de manera consciente y sistemática. Uno llamó
a luchar contra la corrupción, la verdad es que sus antecesores están en la
cárcel o subjudice por corrupción y más delitos como: Andrés Felipe Arias
Ministro y candidato que distribuyó los recursos del campesinado entre
políticos y terratenientes y con él hay una docena más en la cárcel o prófugos.
Otro aspirante anuncio que luchará por rescatar el sistema de salud y corregirlo,
la verdad es que la ley 100 de autoría de Álvaro Uribe entregó la salud publica
al sistema privado y abrió la puerta para que paramilitares como Jorge 40 la
convirtieran en negocio y controlaran la vida, la muerte y los votos de la
gente por la vía criminal de la motosierra o la desatención a la enfermedad.
5. “Estamos de acuerdo con el acuerdo pero no lo aceptamos”.
Las cuentas contra la paz son claras: Centro Democrático, Cambio Radical,
Cristianos en transformación de la mística en política (misión carismática, C4,
mira, funcionarios como Rodrigo Rivera comisionado de paz, Senadora liberal
Viviane Morales y otros), Patria Nueva de militares (encabezados por el General
Mendieta), Partido Conservador (A. Pastrana), Opción Ciudadana; componen el grueso
del bloque de partidos y movimientos que desde el punto cero de la derecha
hasta la extrema derecha convergen en decir que aceptan el acuerdo de paz pero
hacen lo contrario. Todos en coro o por separado dicen que sí pero no. A
efectos de campaña cada uno va por su carril electoral con algo en común:
sembrar dudas y repartir miedos.
Confluyen en que sí conquistan la presidencia la paz será
hecha trizas según unos, mutilada por otros y revisada por los moderados. Al sí
pero no, parecen sumarse cargos de estado (fiscal, procurador, min defensa)
cuya obligación constitucional es cumplir los acuerdos y respetar los
instrumentos pactados y sus funciones como la JEP. La verdad es que con
términos de manipulación tratan de mantener activo el espíritu de guerra y
avanzar en la configuración de algún enemigo interno latente, para justificar su
propósito y mantener a merced del poder económico y político la vida social, su
objetivo es poner peros para impedir que la paz se construya y los acuerdos se
implementen.
6. “Saben que la paz ya está negociada, pero confunden para
dilatarla”. Los anteriores que dicen estar de acuerdo con la paz firmada pero
que no la aceptan, hacen parte de la estructura política del estado, desde la
acción política o como funcionarios y saben por sus conocimientos, experiencias
y funciones que el acuerdo de paz es un mandato ya entroncado en la medula del
estado y que su implementación es de obligatorio cumplimiento en virtud de la
consagración de la paz como deber y derecho constitucional. La verdad es que a
base de presunciones que suplantan pruebas y en el marco de una democracia
precaria y cuestionada por la corrupción, una minoría de dirigentes y
funcionarios desde la cima del estado (a la que han llegado inclusive con
maniobras o la fuerza conquistadora de sus empresas) siembran dudas, crean
confusión e impiden retomar el camino original de la democracia que va de abajo
hacia arriba.
Podría inferirse por
ejemplo que la procuraduría por misión y funciones es para funcionarios,
servidores públicos y particulares con funciones públicas y no podría
inhabilitar ciudadanos por faltas o delitos cometidos en virtud del
levantamiento en armas, que los hizo enemigos del estado y que nunca tuvieron
la condición de funcionarios públicos. Llama la atención o levanta sospecha que
su actuación institucional sea para producir intimidación. Igual situación
ocurre con la fiscalía cuando trata de desconocer el marco de la solución al
conflicto armado centrado en el delito político aceptado por el estado,
suscrito en los acuerdos y, respaldo internacional, atendiendo que la actuación
del rebelde en las leyes de Colombia recibe un tratamiento diferencial
preferente respecto a los delitos comunes y no genera inhabilidades para el
ejercicio de cargos públicos. la verdad es que pretender poner inhabilidades
para el ejercicio político y social por rebelión confunde, como igual ocurre al
tratar de meter la complejidad de la paz en mensajes de 40 caracteres y un me
gusta.
P.D. “Injerencia aquí no pero allí sí”, en casos como la
democracia con autodeterminación para ellos e injerencia contra la autodeterminación
para otros selectivamente escogidos, como reclama Rajoy, predica Santos y
ratifican la UE y la OEA representan una burla a la verdad, un contrasentido
ético.
mrestrepo33@hotmail.com
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