Por Rubén Ramos:
Hace rato que los enemigos de la humanidad (la alianza sionista
euro-estadounidense-israelí-saudí) vienen haciendo uso de la física de
partículas para acelerar la destrucción del "mal" representado por
las razas y las religiones que deben desaparecer para asegurar el suprema cismo
blanco (a pesar de su prostitución tras sus múltiples bastardajes).
De modo que seguir pensando que lo de Haití en 2010, o lo de
Japón el 2011, o lo de México, Huston, Puerto Rico, recientemente y ahora lo de
la frontera Irak-Irán se tratan de fenómenos naturales es hacerle el juego a quienes
han encontrado la fórmula ideal para sus genocidios sin el costo político que
les significa sus guerras por todos lados.
No dejarán de hacerlas pues eso significaría un hueco en el
“pantano” de donde, precisamente, salió el fenómeno Trump, a pesar de su
retórica.
Tampoco dejarán de matar con sus guerras bacteriológicas
pues esa es otra de las industrias que asegura el exterminio de quienes según
la doctrina judeocristiana no tenemos cerebro. Matar haciendo uso de terremotos
o de tsunamis o de huracanes no sólo asegura desaparecer gente, sino destruir
la infraestructura física y los hábitat naturales de hombres, animales y
plantas.
Para los psicópatas del “pantano” sionista ya no es
suficiente destruir. Hay que exterminar. Si las guerras producen terror, éste
es mayor tratándose de terremotos u
otras catástrofes. Pero no sólo esto. No son obra humana sino de Dios. Ahora es
este el mayor asesino que viene a castigarnos por los nuestros innumerables
errores.
¡El fin del mundo se acerca. Prepárate! Gritan los
adláteres. La mafia sionista ha encontrado, finalmente, gracias a la física y
la nanotecnología, divinizar sus genocidios.
445 muertos y 7.000 heridos
ruby_7872@yahoo.es
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