Cambio del patrón dólar en el mercado petrolero
pugnando el reordenamiento mundial.
Ciertamente para este siglo, el mundo por su propia naturaleza obliga un cambio en sus patrones económicos, políticos y financieros. Un
cambio necesario para romper las estructuras existente y crear el nuevo orden, a esto nos
aproximamos.
Todos los actores internacionales pudieran ser participes de
dicho cambio, las ciencias económicas en este ámbito dan firmeza, ya que aplica
su estudio en los movimientos económicos
que realiza un país con el resto del mundo, ya sean de índole
comerciales donde el mercado es un factor determinante o financiero que
articula a través de la banca y la moneda (divisa) protagonizando la dinámica
de ese intercambio a nivel global.
Luego de la Segunda
Guerra mundial se da inicio a estas
operaciones bajo una modalidad impulsada
por EE.UU. a través de instituciones supranacionales, creada bajo la potestad
de haber triunfado en la guerra, siendo para el control económico-financiero
mundial (Banco Mundial 1944), y (Fondo Monetario Internacional 1945), ambos
bajos los acuerdos de “Bretton Woods”.
Ya el petróleo había permitido la colocación del mayor
número de hombres y maquinarias en el combate (combustible) durante la guerra,
ahora despertaba otro interés, permitir la circulación de grandes cantidades de
divisa (dólar) a nivel mundial; todos los países del mundo debían recurrir a
esta moneda para abastecerse del recurso para su desarrollo industrial,
tecnológico, científico y militar, desde esos tiempos, hasta hoy, el petróleo sigue siendo “el factor de
desarrollo civilizatorio del mundo”(Raúl Sohu)
El dólar se apodera del mercado monetario mundial y el
petróleo se posiciona como respaldo por la fluidez que obliga la adquisición
del mismo (dólar y petróleo se casan). Surge la dinámica de las empresas
petroleras norteamericanas por el dominio del mercado mundial, ExxonMobil,
Standard Oíl, Texaco, entre otras. El Banco de la Reserva Federal de EE.UU en
ese periodo pos guerra, imprimió grandes cantidades de dinero (dólares) generando deuda con los
mecanismos de préstamos, toda las divisas y el oro de los países retornaba a
las bóvedas de esta institución.
Luego de siete décadas (1945-1917), la realidad global
obliga un reordenamiento en las relaciones de fuerzas con fundamentos
económicos, pero también en lo político y militar, surgiendo una resistencia y con ella la
presunción de dar continuidad al dominio por parte de los EE.UU, quienes
sustentan un sistema hegemónico económico distorsionado, generando un
desequilibrio que repercute en la sociedad mundial; los intereses geopolíticos,
los bloqueos y sanciones cuales sean su modalidad, los golpes de Estados, las intervenciones, las guerras y las
tensiones políticas, han generado
calamidades y un desplazamiento humano a gran escala, despoblación de territorios que se
encontraban sólidamente constituidos en Estado-Naciones.
Por citar las consecuencias de esto se podrían nombrar los
siguientes: Afganistán, Pakistán, Corea del Norte, Japón, Israel, Palestina,
Rusia, Ucrania, Turquía, Irak, Libia,
Siria, Qatar, Yemen, Sudan del Sur, Chad, Burundi, Egipto, Nigeria, Camerún,
Níger, Hondura, Brasil, Paraguay, México, Colombia, y Venezuela que presentan
grades perturbaciones políticas, económicas y sociales producto de la
resistencia del “sistema mundo” a un nuevo orden. Visto desde una medición
global, el mundo está agonizando, esta
perturbado.
La tercera guerra mundial está en proceso, solo que dio su
inicio en lo económico y lo comunicacional, el poderío militar solo se asoma, muy peligroso para el
ecosistema humano por el poderío nuclear existente; Rusia, Irán, Core del
Norte, junto al silencio de China e India dan lecturas en esta materia, ensayos
militares en todos los continentes y océanos, pudiendo considerarse menores
pero de gran significación, alianzas
estratégicas como el tratado de cooperación OTAN-Colombia y la posible
resistencia cívico-militar que presentaría
Venezuela ante alguna agresión,
poniendo en riesgo la paz en todo el continente americano.
Todos estos aspectos están vinculados al reordenamiento
mundial, donde lo económico plantea el cambio del dólar como triangulación
comercial para el mercado petrolero; ciertamente “una jugada magistral”
China, lideresa la avanzada con la “Ruta
de la seda” integrando 64 países desde Beijín hasta Barcelona y con una
triangulación comercial fundamentada en la moneda virtual conocida como el
“Bitcoin” acompañado del yuan y posicionando el Banco de Asia como la
institución reguladora a la cual 50 países
ya se han adherido incluso quienes están fuera da la mencionada
ruta, como son los casos de Alemania y
Venezuela; China es líder en “Producto
Interno bruto” con un crecimiento
continuo de 7% anual y segundo consumidor de petróleo del mundo, ahora firma tratados comerciales con Canadá,
quintuplicando el volumen en yuan,
creando el primer mercado con esta moneda en Norte América. Para antes
del 2030 se estima que a esta ruta comercial se sumen países de la Organización
de Cooperación de Shanghái (OCS), Asociación de Naciones del Suroeste Asiático
(ASEAN) y los BRICS, sin descartar el Centro y Sur América con la construcción
del canal de Nicaragua siendo hasta ahora la inversión más ambiciosa por parte
de China en el continente americano.
Seguidamente, India, ocupa el tercer lugar como país consumidor de petróleo, junto a China plantean
las negociaciones para cancelar en este mercado en yuan y rupia; Rusia, aparte del protagonismo bélico
demostrado en Siria, es el primer país
productor de gas del mundo y fija la posibilidad de comercializar su producto
en rubro y en yuan convertibles en oro; Irán se suma ocupando la quinta
posición mundial como país productor de petróleo, Kazajistán y Azerbaiyán, los
de mayor producción en los países que integran la OCS, Qatar con el ingreso per capital más alto del
mundo, y Venezuela con las mayores reservas probadas de petróleo se coloca
sobre el tablero para sumarse a la estrategia para el cambio global, con coraje
y para flexibilizar las sanciones aplicadas;
seguros de la jugada son 7 (apocalíptico), el escenario está planteado,
cada actor analiza su jugada (geoeconómica y geoestratégica), el rey presiente
el jaque y afina desmedidamente los mecanismos de ataque y defensa, el destino global es incierto, solo es de
esperar las siguientes jugadas, según mi
apreciación en tres décadas se pudiera dar el “mate” desde el punto de vista
económico, resurgiendo el nuevo orden
mundial.
Carlosellis1@gmail.com
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