Debido a la felonía de un impostor
El alcalde neoliberal de Guayaquil, Jaime Nebot, (izq)
celebra los acuerdos con su nuevo "socio" político, el mandatario
ecuatoriano Lenin Moreno Garcés.
Un exmandatario colombiano estrechamente vinculado a
Ecuador, con su ironía característica, señalaba en alguna oportunidad que la
política en el mundo se divide en dos: la política como tal y la política
ecuatoriana por su singularidad, complejidad, lo pintoresco y ductilidad de sus
protagonistas. Pues bien, la actitud despreciable y ruin que ha asumido el
presidente Lenin Moreno Garcés desde que asumió el poder en el Palacio de
Carondelet el pasado 24 de mayo no solo confirma ese comentario sino que llama
a escándalo porque no es más que la felonía, el desprecio y la ingratitud con
un proyecto político progresista y emancipador sustentado en el movimiento
Alianza País que durante la última década logró sacar a este país andino de la
ruina moral y económica, liberándolo de la mafiosa y criminal partidocracia
derechista ecuatoriana que lo sumió en esa profunda crisis, gracias al talante,
energía y total entrega de su líder, Rafael Correa Delgado
.
Si hay algo sorprendente en este Lenin Moreno que, en mala
hora lleva de nombre el seudónimo de ese genio excepcional de la política de
inicios del siglo XX, Vladimir Ilich Ulianov, que tanto odia la supuesta
"democracia liberal" de occidente y sus partidos de derecha, es su
capacidad expedita de traicionar un proyecto político que lo hizo Presidente de
la República. Tan solo a dos días de que fuera elegido, el 4 de abril de 2017,
inició conversaciones con el propósito de buscar una inexplicable alianza
política con un personaje no solo de ingrata recordación para los ecuatorianos
sino alguien que caracteriza lo más prosaico y ruin de lo que es el ejercicio
público, como es el excéntrico expresidente Abdalá Bucaram Ortiz, hasta hace
poco exiliado en Panamá, por sus delitos más que comprobados en desarrollo de
los seis meses que durante 1997 mal gobernó el Ecuador.
Ni siquiera guardó las apariencias sino que, con la disculpa
de poner en práctica un hipócrita "diálogo nacional", el nuevo
mandatario de manera artera y rápida entró en tratativas con los líderes de la
derecha ecuatoriana, caracterizada por su conducta mafiosa y su visión
neoliberal que durante 28 años, en el lapso comprendido entre 1979 y 2007,
sumió a esa nación en una de las peores crisis sociales, económicas e
institucionales que registre su historia, como consecuencia de haber aplicado una
criminal fórmula de acumulación por desposesión, para usar la frase del
geógrafo inglés David Harvey, que consistió, entre otros desafueros, en la
convertibilidad por parte del gobierno de Osvaldo Hurtado Larrea (1981-1984) de
la deuda privada de dólares a sucres (cuando el país contaba aún con soberanía
monetaria) para favorecer a determinados grupos y familias de la decadente
oligarquía del país, lo que significó una pérdida de aproximadamente 3 mil
millones de dólares para el Estado; y un feriado bancario decretado por el
presidente Jamil Mahuad (1998-2000) con el propósito de devolverles los favores
de aportes económicos a su campaña a los especuladores financieros que lo
apoyaron, el cual significó la desaparición de 8000 millones de dólares que
fueron sustraídos de las cuentas de los ahorradores, en una operación gansteril
que debió de asumir el erario.
Cabe anotar, además, que durante los gobiernos de la
denominada partidocracia de derecha, el Estado ecuatoriano fue desmantelado, la
mayor parte de sus activos públicos fueron privatizados; la inversión en un
sector tan importante como la educación se redujo del 30% al 12%, el servicio
de la deuda se incrementó del 16% a más del 40%, y perdió su autonomía
monetaria al adoptar el dólar como su moneda oficial.
Al asumir Rafael Correa la Presidencia el 15 de enero de
2007 se juega la vida y su prestigio en refundar el Ecuador que los mafiosos
partidos de derecha liderados por mandatarios que avergüenzan la historia de
ese país como Osvaldo Hurtado, León Febres Cordero, Sixto Durán-Ballén, Abdalá
Bucaram, Fabián Alarcón, Jamil Mahuad, Gustavo Noboa, Lucio Gutiérrez y Alfredo
Palacio, dejaron en la ruina total, lo que originó que en la primera década del
2000 haya emigrado más de 2 millones de ecuatorianos.
Correa durante los diez años de su exitosa administración
que denominó Revolución Ciudadana generó no solo una nueva arquitectura
institucional mediante un proceso constituyente sino que cambió la matriz
productiva, multiplicó la inversión pública, redujo históricamente los niveles
de pobreza, desarrolló planes de vialidad que convierten al Ecuador en uno de
los mejores países de América Latina en infraestructura física, dignificó el
trabajo, elevó significativamente la calidad de la educación y de atención en
salud, modernizó el Estado, construyó hidroeléctricas y ejecutó varios
proyectos multipropósito. En definitiva, elevó la vida de los ecuatorianos como
nunca antes se había visto. Pero sobre todo, logró modificar la correlación de
fuerzas y por ello la furia y el odio que desató en sus opositores, tanto de
derecha como de la seudo izquierda sustentada con recursos tanto de Washington
como de Europa.
Restauración conservadora en Alianza con los más corruptos
Durante los últimos dos años se ha venido presentando un
cambio de signo político en América Latina para lo cual ha movido sus hilos,
como ha sido tradicional en la política de este hemisferio, el poder hegemónico
de Washington. Paulatinamente los gobiernos denominados progresistas han sido
derrotados vía elecciones como el caso argentino o mediante golpes
parlamentarios como sucedió en Brasil con la presidenta Dilma Rousseff. Si bien
Ecuador es un país pequeño sin mayor peso en la geopolítica de la región,
cuenta con recursos naturales, principalmente energéticos, que lo hacen
atractivo para el expolio del capital especulativo transnacional y el imperio
no iba a dejar que el gobierno de Moreno Garcés siguiera siendo una piedra en
el zapato para sus intereses y continuara además haciendo parte del eje Venezuela-Bolivia.
El hecho de que Moreno Garcés sea un político de bajo
perfil, carente de liderazgo, sin consistencia política alguna y sin una sólida
formación académica, que lo sacó del anonimato Rafael Correa para hacerlo su
vicepresidente durante sus primeros seis años de gobierno, posibilitó que
Washington y sus lacayos de la derecha en Ecuador, lo hayan cooptado
rápidamente.
Lo único rescatable de Moreno que le ha permitido tener
figuración pública es su condición de discapacidad, y como tal haber liderado
desde la Vicepresidencia la exitosa Misión Solidaria Manuela Espejo que logró
atender a millares de ecuatorianos con alguna limitación física gracias a la
realización de una investigación social y clínica para hacerles seguimiento y
registrarlos georreferencialmente y de esta manera, además, asignarles un bono
económico.
La Misión Manuela Espejo, que el entonces presidente Correa
le encomendó a Moreno para que ejecute desde la Vicepresidencia, fue una
iniciativa promovida por el comandante Hugo Chávez, quien la había creado como
una de las tantas Misiones venezolanas. Su nombre original fue "Misión
José Gregorio Hernández". El bono también fue creación del presidente
Chávez y Moreno le dio la denominación de "Joaquín Gallegos Lara".
Al carecer de consistencia política y de ética, adolecer de
principios, visión estratégica y demostrar debilidad de carácter, la derecha le
lanzó algunos cantos de sirena y Moreno se ha creído el cuento según el cual él
tiene las condiciones políticas y el liderazgo para "unir" a la
sociedad ecuatoriana, reducir ostensiblemente la polarización, y hacer un
gobierno con todos. Como si la política no fuera un campo de batalla en el que
se disputan intereses.
Este Tartufo de la mezquina política ecuatoriana que engañó
a Correa, a Alianza País y por supuesto a su electorado, está abonando el
terreno para la restauración conservadora en el país andino concretando
acuerdos secretos y haciendo alianzas con lo más corrupto de los partidos de la
ultraderecha, mediante la entrega de sectores estratégicos como la Corporación
Nacional de Electricidad (CNEL) a la inescrupulosa familia Bucaram y Aduanas al
Partido Social Cristiano del cuestionado alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot,
como cuotas burocráticas y reparto de botín.
octavaestrella@yahoo.es
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