La peor jugada político-comunicacional de la semana
Uno de los elementos que debe cultivar un político, y más si
éste se define como revolucionario es la credibilidad y hablarle con la verdad
al pueblo. Pienso que éste es el principal legado que nos dejo el Comandante
Chávez durante el tiempo que convivió y compartió con nosotros. Sin duda, lo
que vive Venezuela es una guerra, y nadie puede negarlo, y que las medidas que
se deben adoptar no son sencillas y nada fáciles. Pero, no es menos cierto
también que el pueblo humilde, y sobre todo los sectores más vulnerables la
estén pasando muy mal.
Y en el marco de esta guerra, o como por lo menos yo la
entiendo, es que viene “plomo de allá para acá”, pero falta “el plomo de acá
para allá”, porque en la percepción de la gente de nuestro pueblo no se siente
siquiera nuestros mecanismos de defensa, ni que respondamos a las agresiones de
las que estamos siendo objeto.
Y como decidimos hacer una revolución y mantenernos todavía
bajo la égida de elecciones regidas bajo la legalidad burguesa, pues eso
pudiera constituirse en un indicador de cómo el pueblo pudiera castigar “sin
palo y sin mandador”. Ruego a dios equivocarme en estas aseveraciones.
Hace diez, quince años dejamos atrás una época de grandes
transformaciones en nuestros países que nos habían acercado a lo que pudiéramos
entender como un Estado Social que garantizaba derechos y un conjunto de
beneficios, pero desde el año 2014 y 2015 se ha visto como una especie de
retroceso.
Nuevamente, desde el Alto Mando Político y militar de nuestra
Revolución, pareciera que le hace falta una mayor conexión con nuestro pueblo.
Tener una conexión amorosa con éste, acompañarle más, tener empatía por los
problemas y sus necesidades, para que pueda comprender lo que éste está
sufriendo y pasando.
Desde mi punto de vista, peor que no adoptar las necesarias
medidas económicas, o medidas en contra de la guerra económica más bien, es
jugar con las expectativas y necesidades de nuestro pueblo. Y si perdemos la
credibilidad y la confianza de éste, el proceso revolucionario estará herido en
el corazón.
Ya lo decíamos, cuando escribimos el artículo citando a
nuestro amigo sociólogo y revolucionario Carlos Domínguez. Sobre medidas y
anuncios que se hacen y luego se olvidan. Es buena la retórica antiimperialista
y anti cipayo contra los enemigos históricos de nuestro proceso revolucionario,
pero tampoco podemos olvidar que somos gobierno y que estamos obligados a dar
respuestas, como sea, a las necesidades de nuestra gente.
Sin duda hay mucha gente resteada, que se suma a las
campañas, que da su aporte y cuota de sacrificio por este proceso
revolucionario y por sostener el Gobierno que nos garantiza derechos y el
Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia. Pero, ¿Cómo continuar
pidiendo a un pueblo que se sacrifique y se inmole cuando éste debe
confrontarse con la lucha de su cotidianidad y no puede garantizarse el acceso
a los más elementales derechos que garanticen su supervivencia?
Chávez fue un gran antiimperialista, combatiente y
revolucionario, y es por ello que los temas de la gestión pública, la
eficiencia y la eficacia gubernamental nunca dejo de abordarlos, y de hacer las
críticas que se debían hacer. ¿Es sólo responsabilidad única y exclusiva del
imperio y de los cipayos de la Mesa de la Unidad Democrática los graves
problemas que está afrontando nuestro país?
¿Por qué no se contienen las acciones de guerra económica?
¿Cómo es eso de que en los hospitales hay más de un 70% de desabastecimiento de
los medicamentos y que solamente se hacen operaciones de menor envergadura,
porque las operaciones de mediana y mayor complejidad donde pudiera estar
comprometida la vida del paciente no se están haciendo? ¿Sabrá el gobierno del
Presidente Maduro y el Ministro del Poder Popular para la Salud de esta situación?
¿Habrá sectores dentro del gobierno que pudieran estarse beneficiando de esta
situación de caos? ¿Qué se planteen, en acuerdo con la derecha y el fascismo
abiertamente declarados, la entrega del gobierno y la Revolución?
Y estos elementos, por solo dar una muestra, son los que
contribuyen a la desmovilización, despolitización y desmoralización de la
gente.
Ojalá nos apuremos y reaccionemos a tiempo. El pueblo el
pasado 30 de julio tal vez nos dio una última oportunidad, y Dios quiera que no
se sienta defraudado.
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos
legaron siguen!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
¡Hasta la Victoria Siempre!
j_martorano@hotmail.com
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