Por Carlos E. Lippo
El pasado miércoles 31 de mayo la Venezuela revolucionaria
obtuvo sendos triunfos diplomáticos en el seno de los dos más importantes foros
internacionales en los que tenemos la mala fortuna de compartir con los
representantes del imperio: la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la
Organización de Estados Americanos (OEA). Para mayor desgracia del imperio
ambas derrotas le han sido propinadas en su propio territorio, en cada una de
sus dos capitales: la comercial (Nueva York), en el primer caso, y la política
(Washington), en el caso de la OEA, lo que hace poco probable que las noticias
asociadas a estos hechos hayan podido ser totalmente ocultadas a los ojos de
sus ciudadanos.
En el seno de la ONU nuestra representación permanente fue
honrada con la designación para presidir la “Cuarta Comisión de Misiones de
Paz, Descolonización y Palestina”, una designación que habitualmente se hace
por consenso, pero que en esta oportunidad la representación del imperio, en
expresión de la verdadera obsesión fatal que tienen en contra de nuestra
patria, forzó a que fuese hecha por votación, confiada en que su capacidad de
torcerle el brazo a quienes se oponen a sus designios podría evitarla, o en
todo caso nos haría quedar como un país aislado o con pocos amigos en la escena
mundial. El resultado de la votación fue catastrófico para el imperio ya que
Venezuela recibió el 95,6 % de los votos, lo que demuestra que en esta
oportunidad no lo acompañaron ni siquiera los 13 países cipayos que tenía
“amarrados” en la OEA para condenarnos un poco más tarde en ese mismo día.Pero para
que nuestra victoria fuese aún más clamorosa, en la misma oportunidad fuimos
designados para desempeñar la Vicepresidencia del 72° período de sesiones de la
Asamblea General, próximo a iniciarse.
La derrota que le hemos propinado en la reunión de consulta
de los cancilleres de la OEA tuvo que ser más vergonzosa aún, por habérsela
propinado en lo que siempre ha sido su “ministerio de colonias” y lo que es más
impactante, estando ausentes de ese foro por haber renunciado a la membresía de
esa organización desde finales del mes de abril del presente año, tan pronto
fue convocada la citada reunión de consulta en contra de nuestra voluntad.
Quienes tuvimos ocasión de ver al menos en parte el
desarrollo de esta reunión, en mi caso gracias a una transmisión en vivo
difundida por el escualidísimo portal“noticierodigital.com”, lo que demuestra
las desmesuradas expectativas que tenía la contra en relación a sus resultados,
pudimos comprobar que se trató de una extremadamente desordenada reunión,
interrumpida muchísimas veces a causa de fallas de orden técnico, según la
información dada por quien la presidía. Considero que dichas fallas, realmente
inusitadas en el país más tecnológico del planeta, deberían hacer temer por su
cargo al conserje Almagro.
Ignoramos cual fue la causa de tales fallas en una reunión a
la que el imperio asignaba tanta importancia que designó para que lo
representara a un verdadero“peso pesado” de su diplomacia, el inefable Thomas
Shannon, tantas veces designado por Obama para reunirse con el Presidente
Maduro, en busca de puntos coincidentes para “mejorar” las relaciones
diplomáticas entre nuestros países. Lo que nos queda claro es que debió ser una
reunión sumamente patética y desilusionadora a los ojos de la contra, como
queda evidenciado por las larguísimas caras de Edgardo de Castro, quien fungía
de moderador de la transmisión y del
presentador venezolano-mayamero, David (RCTV) Pérez Hansen, quien
finalizada ésta entrevistó a unos frustrados embajadores de Méjico y Paraguay.
Entrando de lleno en el desarrollo de la reunión es
necesario apuntar que el imperio fue incapaz de conseguir para su propuesta de
resolución contra Venezuela, una resolución falaz, irrespetuosa, altamente
injerencista y violadora de los más elementales principios universales de la
diplomacia, más que un solo voto adicional a los 13 que ya tenía: Canadá,
Méjico, Guatemala, Honduras, Costa Rica, Panamá, Colombia, Perú, Chile,
Paraguay, Argentina, Uruguay y Brasil; tratándose como los lectores habrán de
suponer del voto de Guyana, cuya animadversión por el país por el tema de la
reclamación del Esequibo le llevó a desmarcarse de la propuesta conjunta de sus
hermanos de la Comunidad del Caribe (CARICOM).
En esta oportunidad como en muchas oportunidades anteriores
en el pasado reciente, el imperio ha chocado con la dignidad de un grupo de
naciones hermanas, agrupadas en el Alba-TCP, el CARICOM y/o Petrocaribe, que a
pesar de las diferencias que pudiesen tener fueron capaces de nuclearse detrás
de una habilísima propuesta alterna auspiciada por el CARICOM, que dejando de
lado los argumentos injerencistas de la propuesta del imperio, hacía hincapié
en la necesidad de promover un diálogo constructivo en Venezuela.
Dado que ninguna de las dos propuestas alcanzó la mayoría estatutaria
requerida (23 votos) para convertirse en una Resolución del organismo, se
acordó diferir el tema, que será tratado nuevamente en la próxima Asamblea
General de la organización a celebrarse entre el 19 y el 21 de junio en Cancún,
Méjico; una reunión a la cual asistirá nuestra canciller para reiterar nuestra
posición libre y soberana así como para abundar en las causas que han
determinado nuestra separación de ese organismo multinacional. A la luz de este
resultado, ¿qué dudas podrían existir en relación al extraordinario acierto que
ha sido, es y será la política del comandante Chávez hacia esas naciones
vecinas con las que compartimos nuestro hermoso mar Caribe?
Tengo la firme opinión de que este par de victorias de
nuestra diplomacia, logradas en organismos multinacionales en los cuales el
imperio impone frecuentemente su arbitraria y atrabiliaria voluntad representan
un paso importante en la tarea más que factible de neutralizar la pretendida
invasión imperial, ya que si no han podido lograr el apoyo de la mayoría de los
países latinoamericanos para condenarnos ni siquiera en el papel, ¿cómo carajos
es que pudieran aspirar a promover una intervención militar basada en una
fuerza militar conjunta integrada por ellas? Tendrían entonces que intentar
invadirnos solos, para lo cual les faltan testículos, o apoyados en “El Israel
de la América del Sur”.
Considero además que tales triunfos deberían servirnos de
acicate para intentar promover acciones de apoyo a nuestra causa y/o de rechazo
a las acciones injerencistas del imperio, en organizaciones multiestales en los
cuales éste no tiene presencia directa, tales como la CELAC, el MNOAL cuya
presidencia pro témpore estamos ejerciendo y el G77+China, así como en el seno
de las diferentes organizaciones sociales amigas.
Para terminar, haciendo uso del argot futbolístico implícito
en el título de estas notas, debo decir que en el juego del 31 de mayo contra
el imperio y sus aliados, el resultado fue realmente Venezuela 5 goles – El
Imperio 0 goles, si tomamos en cuenta que también derrotamos a los terroristas
de la contra, que frenéticamente trataron de provocar a las autoridades para
conseguir un muerto mientras se celebraba la reunión, así como a la canalla
mediática internacional que al parecer habría ampliado su plantel sólo para
lograr plasmar en fotografías o videos el infausto hecho o al menos poder
generar otro falso positivo con ese motivo.
Seguro que se estarán preguntando por el 5° gol; ese lo
metimos con la ayuda de los europarlamentarios Javier Couso y Marina Albión,
que con impecables discursos ampliamente difundidos por nuestros medios,
desenmascararon al terrorista vendepatria Julio Borges, que impúdicamente
acudía al parlamento europeo para solicitar el apoyo a una intervención de
nuestra patria por parte de las fuerzas del imperio y sus aliados.
¡La intervención militar del imperio es neutralizable!
¡Prohibido fallarle a la Patria, prohibido fallarle a la
Revolución… prohibido fallarle a Chávez, carajo!
¡El presente es de lucha, el futuro nos pertenece!
¡Venceremos!
celippor@gmail.com
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