Por Manuel Humberto Restrepo Domínguez
En el norte, guiado por el G-7, presentado como el occidente
defensor de la filosofía, la política y los derechos, los titulares de todos
los periódicos hablan de atentados, señalan hipótesis y concluyen en lo mismo: ¡terrorismo¡.
Un estruendo, el brillo de un cuchillo o una ráfaga lo cambia todo. En los
imaginarios da vuelta la idea de hombres jóvenes con mochilas de explosivos que
harán explotar en cualquier lugar y momento entre la multitud, en calles,
plazas, metros, iglesias, estadios o parques. La imagen se completa con otros
hombres jóvenes robustos acorazados con visores nocturnos, fusiles de asalto,
capuchas y cascos, preparados para matar después que ocurran las explosiones.
Son las imágenes que reproducen el monopolio inexpugnable
del homogéneo, ideologizado e interconectado sistema de manipulación mediática
que controla la distribución del horror. Es la asimetría de la guerra guiada de
un lado por financistas globales, que imponen el ejercicios del poder, desde
adentro y afuera de las estructuras de cada estado y del otro por grupos
clandestinos fragmentados en comandos individuales o pequeñas formaciones al
acecho, de los que se sabe peco, y a los que después de la explosión se les
construye una historia, un origen, un entorno, unas motivaciones. Los dos
tienen en común la práctica de hechos terroristas. Los primeros motivados por
la acumulación ilimitada de capital y el control político y los segundos en
parte por lo mismo, pero además con justificación en la indolencia de los
poderes que someten, excluyen, discriminan y aborrecen a otros o por odios e
impotencias contra el colonialismo y el despojo de los humillados.
Los medios, no explican la tragedia, tampoco informan, su
papel es estrictamente formativo en otro tipo de conciencia, sin ética, sin
responsabilidad por la verdad, su interés es vender una noticia, extender el
espectáculo del morbo y conquistar mentes acríticas que consuman lo
producido. Anuncian sin reparo que todo
lo que produzca alguna zozobra es terrorismo, allí meten acciones de
resistencia, sabotaje, protesta social, disturbios, reacciones cívicas,
movimientos de liberación nacional o lucha contra el colonialismo, todos
protegidas por los sistemas universal y regional de derechos humanos, pero
también con garantías dentro del DIH. El terrorismo es la mejor excusa que los
estados usan para hacer terrorismo y esconder la barbarie de sus máquinas de
guerra.
Occidente enseña a partir del 9/11, que no hay derechos para
los terroristas y que toda persona, estado o nación, que no acate las reglas
del capital y del consenso del G-7 puede ser terrorista. Para mejorar la puesta
en escena se creó el Índice de Amenaza Global (Intercenterdatabase) que
caracteriza a 56 grupos terroristas. Por asociación simple se enseña a través
de medios y gobernantes que todo lo que provoque desorden a su orden global del
capital y del poder, va al mismo saco de la extensa, ilimitada y difusa
categoría de terrorismo y con más exactitud al islamismo o yihadismo. Al Qaeda,
Al Shabaad, Talibán, Frente Nusra, Hezbola, SDF, Huthis, TTP, AQAP,
almoravides, ansar dime (defensores de la fe), boko haram, frente de liberacion
africana, movimiento de unicidad de áfrica occidental, Hamas, son puestos en
similares condiciones y parentescos con el Estado Islámico definido como el más
peligroso y por silogismo presentados como la interpretación violenta del islam
o la expresión del islam no modernizado. Es el posicionamiento de la tesis de
que para occidente su enemigo es el oriente; para estados unidos el mundo
latino y; para todo estado ilegitimo su pueblo.
A toda costa tratan de ser negadas las causas que pueden
provocar hechos de terror, que son múltiples, por despojo, odio, impotencia, un
plan expreso, inclusive por error.
Ignorar, borrar, negar, que hay un antes y un después es el propósito y
en eso los medios no dejan espacio para titubear, cierran el ciclo y enfocan
sus lentes y sus lenguas solo en las consecuencias, se conduce a mirar lo
ocurrido y hablar del después, sin historia, sin pasado, dejan claro que solo
existe un después de los hechos y convocan con sevicia y por repetición a que
cada quien (regla nazi) entre a hacer parte por cuenta propia del plan de
persecución y exterminio de los responsables y el objetivo común se logra
cuando cada uno en individual se sienta parte directa a la hora de aplicar una
justicia inexistente.
Timboctu, una buena imagen del horror sin barreras
El film Timboctu de 2014, presenta un sencillo pero
enriquecedor panorama de lo que ocurre política y humanamente en cualquier
lugar, cuando de lo que se trata es de imponer la asimetría de guerra basada en
hechos de terror. Timboctu puede ser cualquier lugar del planeta, seleccionado
previamente por los planificadores del experimento brutal contra seres humanos
reales, empobrecidos y humillados. Timboctu pone de manifiesto un alegato
contra la arbitrariedad, los falseados tribunales de guerra que imputan,
juzgan, condenan y castigan con penas de barbarie. La pequeña ciudad real,
hecha de barro en el año 1100 y declarada patrimonio de la humanidad en 1986
por la Unesco, tiene la biblioteca de Andalussi que contiene más de 300
manuscritos y documentos del islam y guarda la memoria de haber sido capital
espiritual e intelectual, centro de propagación del islam y fundadora de la
universidad de Sankore (data del año 1300 y fue reedificada en 1581) que tuvo
más de 25000 estudiantes en teología, ley islámica y literatura. La región
cerca al rio Níger en Mali, quiere decir que es un lugar muy lejos, a la entrada
del Sahara, a donde confluyen migrantes de áfrica occidental, los nómades
bereberes y los árabes del norte, que coincide en el proverbio de que el oro viene del sur, la sal
del norte y el dinero del país del hombre blanco.
La narración estéticamente impecable, muestra como de
repente se ven invadidos por soldados que se reclaman libertadores cuando en
verdad son los guardianes del horror que
practican en nombre de la justicia. Prohíben la risa, el baile, la música, fumar
y el futbol, aunque ellos fuman y hablan
de futbol y de Zidane, que une a unas victimas -reclutadas para ser ahora
victimarias- a mercenarios y criminales de oficio adiestrados como perros de
presa, sin conciencia, ni sentido de humanidad. En medio del horror resiste la
dignidad y en especial son las mujeres las que cantan lo prohibido, se resisten
a atender las desquiciadas ordenes de los armados que en su inseguridad no
logran sostener siquiera la mirada y los jóvenes se ríen, cantan y desobedecen
jugando al futbol sin balón.
Nada justifica el terror de los terroristas, ni el horror
que crece a diario con interminables filas de desterrados que huyen caminando a
donde sea, o naufraga mar adentro, o saltan los muros de infamia, en busca de
salvar sus vidas vaciadas de esperanzas. Los terroristas acosan por mandato de
leyes genocidas y usan sus armas inteligentes y bombas de racimo que disparan
desde aviones fantasma, infestan de drones asesinos y virus, que en tierra
refuerzan los cada vez más sofisticados fusiles ak-47, M-16, ametralladoras
M240, PK, KBZ95, todo es puesto a prueba por encima de las leyes de la guerra y
de la paz y trasmitido en directo. Los terroristas, de estado o de grupos,
producen, venden y usan armas para sostener la vigencia del terrorismo porque
el sistema necesita referentes universales y principios que justifiquen el
horror. Los pobres entre tanto huyen de los lugares donde la riqueza abunda y
es conquistada a base de terror. Son poblaciones, comunidades, grupos
históricos sometidos y discriminados que para las débiles cortes de justicia
son apenas montones de expedientes. El sistema de poder tiene tomados los
conceptos, las prácticas sociales y las comunicaciones y ha invertido su valor,
son otra arma letal de la guerra asimétrica que promueven los despojadores. De
ambos lados del terror la nueva dinámica augura más terrorismo y sofisticado
horror. En las causas habrá que buscar las respuestas y encontrar a los
responsables de lo que ocurre.
P:D. I. El
Expresidente Martinelli de Panamá, benefactor de parte de la delincuencia
colombiana (directora del DAS, otros) corresponsable de similares delitos, fue
puesto preso y encadenado presentado a juicio en Miami, por haber espiado a más
de 200 personas. Los espiados por el régimen Uribe, entre opositores,
magistrados, periodistas, congresistas, superan esa cifra, pero además hubo
asesinados sistemáticamente ¿Habrá replica de lo mismo para el régimen Uribe,
cuando....? II. Las Farc hacían parte de la lista de 56 grupos terroristas, ya
no estarán más ahí, ahora su proyecto rebelde es desarmado y el estado queda
sin excusa para mantener la máquina de guerra y los hechos de terror.
mrestrepo33@hotmail.com
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