Por Jesús Arenas (Venezuela)
No se confundan por el título. Es solo una estrategia
comunicacional. Lo que realmente deseo expresarles es una preocupación
constante de todos los habitantes de este ruidoso pero inevitable hogar
planetario.
Las temáticas perecen fundidas por los roces permanentes.
Ello parece desprenderse de la movilidad continua con que se agita la información
global. Pero siempre existe un colchón para un breve reposo. Mejor sería decir,
repaso. Es cada día más difícil sostener un tema específico, dado que al cerrar
la página del libro o revista, el discurso da un vuelco de noventa grados hacia
nuevas interpretaciones y concepciones. Pero para la verdad deben sobrar los
lapsos.
Pues bien, entrando en materia: requerimos insistir sobre los aspectos
esenciales del desfasado capitalismo y del aspirado socialismo como vertiente
necesaria para salir del atolladero. La confrontación debe persistir desde las
páginas, los discursos y a través de los medios comunicacionales que existen y
que surjan en el tiempo.
Las nuevas generaciones están envejeciendo muy de prisa. Por
eso urge de expositores que le permitan satisfacer sus consultas y lograr
ubicar sus propias realidades. Hemos leído abundante literatura fantástica
sobre el futuro cósmico de nuestra conciencia y enterados de las posibilidades
de sobrevivencia de las venideras civilizaciones. Pero nadie nos prepara para
la resistencia económica. ¿Con quienes o cuales sistemas vamos a intercambiar
productos si este capitalismo atroz sostiene la teoría de la destrucción? Nos
preparan para desangrarnos pero mantienen oculta la agenda del salvarnos o
recuperarnos. Esa es la idea de la prosecución del ocultamiento como medio de
dominio.
Pero, ¿cuál es la metodología para sobrevivir ante las
futuras consecuencias económicas? ¿Piensan acaso las “ilustres familias” dueñas
del planeta, que mutaremos en pajaritos, por lo que no requerimos preocuparnos
por la subsistencia de la economía? ¿Es una nueva versión de la economía o
simplemente su desaparición? Todos ellos piensan, cómo sostener los valores de
cambio, pero ¿en qué rubros se van a utilizar esos dólares o euros si el mercado
alimentario sufre día a día mengua por las acciones destructivas del humano?
Recordemos a manera de ilustración, los existentes valores del capitalismo: a)
relaciones de producción basadas en el mercado, sujeto a leyes específicas,
instauradas “ex profeso” para la maximización del beneficio orientado a una
clase social privilegiada; b) sistema político, que le prepara la cama, para
mantener el dominio cupular, disfrazado en una supuesta representación social y
c) cultura maquillada para el control del sistema político conservador con el
objetivo de transfigurar cerebros y perpetuar su hegemonía
Por otra parte, el socialismo presenta un modo de producción
diferente, basado, principalmente, en el humanismo global y el Bien Común (en
mayúscula) a fin de alcanzar una mejor y más equitativa forma de vivir (Esto no
encaja en la mente de los acostumbrados de siempre a considerarse exclusivos)
en la democracia participativa y directa, sin intermediaciones, y en la entrega
del poder al pueblo. Suena utópico, en verdad. Pero es la mejor oferta. Y si
sabemos que somos simples hologramas, ¿cuál es la razón para no soñar en lo
hermoso? Jesús era un soñador pero su realidad profética es innegable. Ahora
bien, la urgencia de un socialismo nuevo es solo la punta del iceberg (para
caer en citas comunes)
Ante la llegada de un socialismo innovador, necesitamos
crear culturas nuevas. A cada codo su soporte. Con paradigmas diferentes que
nos aleje de la dependencia, del sometimiento y de las nefastas alienaciones.
Un tejido social hecho con fibras sostenidas por vibraciones fuertes para que
sobrevivan tres siglos, por lo menos. Estos pensamientos e ideas en proceso
lento pero indescartables, causan, resquemores inevitables dentro de las
razones amarradas a lo intrasformable; oposición que desesperada y sin salida,
ocurre a la destrucción, bajo el slogan: Si nada nos une que nada sobreviva,
(remedo poético con el perdón de Neruda).
El juego de los mercados y de las bolsas paralelas,
aferradas a unas finanzas agiotistas
paralizadas en su ambición, es aun el norte de la economía capitalista y
burguesa. Los trastornos económicos incitados o no, le mantienen sedientos y ya
vendrán por agua al pozo. Necesitan a gritos la guerra como único medio que les
queda para sostener los ideales destructivos invocados y exigidos por esa
caterva de insectos que bajo las sombras los dominan. Ellos saben a quienes nos
referimos porque están en la jugada. Aún debemos mencionar como baluarte, dado
que nada nuevo al respecto se ha aportado, nuestros valores de libertad,
autosuficiencia, solidaridad, independencia y conciencia crítica.
Para cerrar cátedra; no es posible desde el punto de vista
de la naturaleza, exigir limones sin plantar el limonero. Job nos predicó la
paciencia. Ya volverán “las alamedas” (Allende) y “aún tenemos un sueño”
(Luther King) son palabras alentadoras
que materializadas nos permitirán crear filosofías nuevas para testas nuevas.
Aunque parezca increíble, el capitalismo siente envidia del socialismo. Le
repugna tener un hermano diferente, el hermano bueno que tanto odio le causa.
Pero en su interioridad sabe, que sus predicadores han fallado y que sus
taquicardias aumentan bajo el riesgo de su futura desaparición. La razón lógica
de Platón los acosa y los aplastará antes del final de los tiempos. Amèn.
fundapoder@hotmail.com
0 comentarios:
Publicar un comentario