miércoles, 31 de mayo de 2017

La Corrupción en el campo revolucionario; la viga en el ojo propio

Por Alberto Monteguado

En pleno “período especial” que sumaba terribles privaciones a las ya  infligidas a Cuba por el criminal bloqueo yanqui, Fidel Castro reflexionaba sobre el hecho de que muchos revolucionarios dispuestos a dar  la vida por la causa socialista, sin embargo caían en la tentación  de aprovecharse personalmente  de tal o cual situación ventajosa, aun cuando  su gesto derivara en privación para otro compatriota.



 Para las clases privilegiadas a las que no les conviene ningún sistema  donde  prevalezcan la igualdad, la solidaridad y la justicia, todo fracaso en ese camino es atribuido a la “naturaleza humana”; una defecto de fábrica que por cierto solo merece castigo cuando se manifiesta en “el otro” (sobre todo si es pobre) pero que se vuelve invisible cuando es  la viga en el ojo propio.

Como Gramci, el Che fustigaba a la burocracia porque al igual que el teórico marxista italiano, la veía como un freno del socialismo; una “tercera clase”, conservadora por  naturaleza y terreno propicio para la corrupción. Ambos subrayaron que su efecto más  perverso iba más allá que  su capacidad de chantajear al ciudadano desde  cualquier campo de la administración pública y mantenerlo como lucrativo rehén, sino que radicaba, como ya se dijo, en su corrosivo efecto sobre  la ética y los valores; sobre  la ideología.

Para  quienes en el Aula Magna de la UCV  escuchamos a Tomás Borge explicando la  derrota electoral del Sandinismo ante Violeta Chamorro -candidata  de Carlos Andrés Pérez - resultó una chocante revelación ,que una de sus causas se atribuyera a la ostentación- ante un pueblo al borde de la miseria, de automóviles de lujo y todo tipo de privilegios con que  la revolución triunfante recompensaba a muchos de sus combatientes , ahora  devenidos en  funcionarios del Estado.

Cuando hoy  oímos  que poseer un Hummer o lucir impúdicamente corbatas con un precio  equivalente a varios salarios mínimos, es una meta válida  y deseable en el socialismo bolivariano; cuando un burócrata  de cachucha roja maltrata a sus subalternos; cuando desde un ministerio “del poder popular”, un funcionario actúa como  gestor a comisión de agencias publicitarias golpistas ; cuando cooperativas se transforman en   fachada para contratar con el Estado, tercerizando el trabajo a precios de explotación ; o  cuando alimentos  subsidiados de Mercal aparecen en restaurantes de lujo, estamos ante la metástasis de la cuarta república .

Más grave aun cuando la enfermedad se manifiesta en el campo desde donde precisamente deben promoverse los valores revolucionarios, como en el caso del Cuartel San Carlos, memoria viva de luchas anti imperiales,  destruido y saqueado a manos del mismo instituto al cual se le confió su preservación.  
  
Estamos muy mal cuando desde el Ministerio de la “revolución cultural” se permite la utilización del Museo de Bellas Artes a la Exxon,  para la realización de un evento cultural “privado”, donde  se impide el acceso de ciudadanos  que quieren manifestar su desacuerdo , entre los cuales estaba Claudio Cedeño , declarado  “Patrimonio Cultural Viviente”, por la Alcaldía Metropolitana . (Como nota al margen; no mucho tiempo después, el maestro Cedeño, debido al humillante tratamiento de la burocracia “cultural”, terminó renunciando al semanario “Todos Adentro” del CONAC, donde  publicaba sus caricaturas.)

Todo cuanto conduzca a la desilusión y la desesperanza es aliado “objetivo” del enemigo imperial que “ parece destinado por la providencia para plagar a la América de miserias en nombre de la libertad".  “Moral y Luces” es la respuesta de Bolívar; “Sean los Orientales tan ilustrados como valientes” agrega  en el extremo sur, Artigas, el  prócer uruguayo.

Porque (y es una verdad de perogrullo ) un combatiente  desmoralizado está condenado  a la derrota . El imperio español lo aprendió en estas tierras, los ingleses en la India, los yanquis en Cuba, Vietnam, y ahora y en Iraq con  una guerra peleada por “Off Sourcings” de un ejército podrido hasta la médula. (Por cierto; lo primero que hicieron los devoradores de hot dogs, fue bombardear  la biblioteca de Bagdad ,memoria de una sofisticada cultura milenaria )

En Venezuela, Bush y Aznar se apretaron los dedos con la puerta cuando los golpistas del “Carmonato”, peleándose a cuchillo por cuotas de poder y la piñata correspondiente, transformaron en una ópera bufa lo que parecía una victoria segura. Pero ¡ojo! Si por un lado los yanquis debieron llevar de vuelta sus aviones y submarinos, y abortar el golpe a fin de no “quemar más “cuadros”, de este lado quedaron no pocos  de sus “sembrados”.

La corrupción, sobre todo en su manifestación ideológica, también está sembrada y hoy por hoy, en parte debido a la impunidad, es  el más eficaz aliado del  enemigo imperial que busca destruirnos desde adentro, debilitando nuestro fervor combativo. (Leer “A la búsqueda de los Votos Perdidos” de Luis Britto.).

Solo el  pueblo, ahora más “sabido” y por lo tanto convertido en más  eficaz guardián de “su” revolución , puede , junto a su líder ,salvar al pueblo, derrotando los vicios heredados de siglos de siembra de la corrupta ideología de la dominación.


monteagudo28@gmail.com

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