Por Jesús A. Rondón,
En la víspera del 1º de mayo el Presidente Maduro anuncio la
convocatoria a una Asamblea Constituyente, que en este primer momento apellidó
Comunal. Desde ese momento los diversos factores políticos y la sociedad
venezolana están analizando esta propuesta, de la cual todavía no se develan
todos los detalles. De manera que solo es posible una primera aproximación en
este momento a la respuesta de la interrogante formulada.
En primera instancia es necesario afirmar que la misma la
convocatoria a una Asamblea Constituyente es constitucionalmente valida, pues
la misma es una iniciativa de quien ejerce la responsabilidad de presidente o
presidenta de la República Bolivariana de acuerdo con lo establecido en el
artículo 348 de nuestra Carta Magna; de manera que discutir un posible
cuestionamiento jurídico es necio. Y más necio aún discutir sobre supuestos,
como de qué manera Chávez hubiese formulado la propuesta constituyente hoy.
El Presidente Maduro al impulsar la Asamblea Nacional
Constituyente, toma la iniciativa política y coloca a la oposición en un
terreno de juego nivelado, en el sentido que está, lo que hasta ahora ha declarado es que “se
debe salir de este gobierno”, sin proponer un proyecto de país; y con ese argumento
se ha cohesionado y movilizado hasta el punto de la asumir como vía no aceptada
formalmente por todos los factores, la insurrección armada, tal como lo denuncio el Presidente Maduro y
otros voceros del Gobierno Bolivariano como Vladimir Padrino López.
La oposición ha fundamentado su propaganda dentro y fuera de
Venezuela, en el hecho que estamos en una profunda crisis y que la única manera
es salir del Gobierno Bolivariano y en consecuencia colocarle un epitafio a la
Revolución Bolivariana. Maduro con esta convocatoria reconoce tácitamente la
crisis, que no tiene la correlación de fuerzas para hacer retroceder más a la
oposición en el terreno político y amplía la base de actores que pueden formar
parte de la resolución de la crisis venezolana.
En Venezuela los mecanismos de conciliación de élites se
quebraron con Chávez y con Maduro la mayoría de los puentes se han roto incluso
antes de comenzarlos (solo basta evaluar la historia del “dialogo” en el último
año). Considero que la Asamblea Nacional Constituyente es otra oportunidad que
tiene el pueblo venezolano para discutir, revisar y mejorar nuestro “contrato
social” (como lo denomino Juan Jacobo Rousseau). Es decir, la Constitución que
es la base de la República. Una
oportunidad que se aspira trascienda de alguna manera de los actores políticos
que han representado los factores de poder en pugna. Como consecuencia de ello
para los liderazgos de la oposición va a hacer inevitable declarar expresamente
sus propuestas y develar a que intereses de clase responden.
El Presidente Maduro anuncio que los sectores organizados de
la sociedad venezolana tendrán un papel
estelar en esta iniciativa, a la fecha no hay mayores detalles, pero esta
situación desfavorece a la oposición y a su discurso/práctica de la democracia
liberal (que no supera la representación y exacerba la individuación) y
beneficia al Chavismo que a pesar de la cooptación y burocratización de las
organizaciones que gravitan alrededor de
él, posee una fortaleza basada en una identidad común y niveles de coordinación
aceptables para esta coyuntura que permite la discusión, acuerdos y
movilización.
Hoy todas las organizaciones, gremios, asociaciones,
colectivos, organizaciones sociales, sindicatos, debemos proponernos tener
representación en la Asamblea Nacional Constituyente, superando la burocracia
partidista para aportar a un debate social que marcará el futuro. Si no es posible contar con representación, se debe generar espacios
de debates para hacer propuestas y promoverlas. Y en esto último hay
experiencia, pues en el proceso constituyente de 1.998 se demostró gran
fortaleza.
Los factores que gravitan en el marco de la Revolución
Bolivariana han tomado la iniciativa en el campo político y la oposición tiene
pocas alternativas, tristemente una ellas es la violencia, “terrorismo” o como
más recientemente se ha denominado insurrección armada. Ahora bien, en el campo
económico la oposición está avanzando y la Asamblea Nacional Constituyente no
es a mi juicio una fórmula para que el chavismo avance a corto plazo, así como
es el campo cultural y comunicacional, para esto son otras las estrategias. No
develadas por ahora…
Sociólogo. @jxrondon
jesusalbertorondon@gmail.com
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