Por Ernesto Wong Maestre
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela es
la primera y única carta magna que se aprobó en la historia de Venezuela
mediante el sufragio universal. Ello ocurrió al finalizar el siglo XX por lo
que está próximo a cumplir dos décadas. Ese gran acuerdo nacional y
pluricultural fue el resultado de la interacción de las diversas voluntades
políticas de los hombres y mujeres constituyentistas en representación de
movimientos sociales y políticos, instituciones estatales y asociaciones
civiles, organizaciones gremiales y empresas de todos los tamaños y tipos, en
plena interacción con el Presidente Hugo Chávez Frías quien desencadenó, junto
a la mayoría de la sociedad, el proceso más genuinamente democrático que se
haya conocido, y sobre una base cultural venezolana. Ello permitió consensuar
las divergencias para establecer las normas constitucionales que permitieran
comenzar a cambiar todo lo que debía y podía ser cambiado, ya en el siglo XXI,
para así dar lugar a iniciar –tal y como ocurrió- el complejo periodo de
tránsito del capitalismo al socialismo, por el cual estamos bregando en medio
de varios procesos de contradicciones antagónicas, no antagónicas y otras en
etapas de convertirse en una u otra.
Hoy el pueblo está más preparado ideológicamente
Hace veinte años atrás, la Constitución que se logró aprobar
expresó, por un lado, el sentir mayoritario de unas generaciones que solo
habían conocido (padecido unos y beneficiados otros) la praxis capitalista
hegemónica y también, gran parte de ellas, se sentía identificada con ese
novedoso discurso articulado con muchas vivencias y muchos conocimientos de
Chávez. Por otro lado, esa aprobación mostró la otra parte de la sociedad con
visión capitalista que votó en contra.
Precisamente esa praxis capitalista y el potencial y poder
que ella entraña, ejercido sobre los actores políticos allí representados
condicionó el nivel del alcance social de esa Constitución, la más avanzada de
América Latina en el marco de la democracia representativa. Es menester recordar que bajo el paradigma
socialista de la genuina democracia o poder del pueblo, la actual Constitución
de Cuba, surgida en 1976 con la aprobación del 97,7% de los electores en
referéndum nacional, y modificada por el
pueblo en dos ocasiones (1992 y 2002), constituye un efectivo instrumento
popular de emancipación, independencia y autodeterminación del pueblo cubano
que construyó y aprobó democráticamente desde 1976 y por la vía revolucionaria
popular desde abril de 1961: el socialismo como sistema socioeconómico y
político. Tanto una como otra son
expresiones del nivel de la conciencia social alcanzada en el cual y sobre el
que actúan innumerables elementos de la realidad objetiva, subjetiva e
intersubjetiva.
Después de transcurrir diecisiete años de intensa praxis
constitucionalista bolivariana, donde la más sencilla acción gubernamental y
estatal, o incluso acción académica del sistema educativo venezolano u
operaciones de carácter económico, financiero o militar, están soportadas por
las bases jurídicas constitucionales, resulta evidente el elevado nivel
alcanzado en la conciencia jurídica, política y social de las grandes mayorías
del pueblo en comparación con la existente en 1999. De ello no debe quedar duda
alguna.
Hoy el pueblo está más preparado ideológicamente que
significa ser más consciente de la gran obra construida y de la que debe
construirse, de la justeza del sistema jurídico y de sus escollos, y de la
democracia participativa y protagónica que defendemos y de sus limitaciones.
Esa es una buena condición para preparar nuevas normas constitucionales que
potencien más a Venezuela y su proyecto de vida en el mundo.
Las decisiones las construirá el Pueblo mediante el estudio
profundo
Por tales razones, hoy se presenta ante esas grandes mayorías
de la población, el reto de tener el necesario
"sentido del momento histórico" y comprensión de la batalla
actual entre dos fuerzas de naturaleza antagónica (bloque histórico-bloque
explotador), para interpretar cabalmente el nivel alcanzado por la conciencia
popular -a veces imperceptible para el imaginario no reflexivo- y así poder hacer la primera Constitución
chavista del siglo XXI porque el pensamiento y deseos de Chávez fueron
dirigidos hacia eso, a preparar al pueblo para que en cada momento necesario se
hiciese en el campo jurídico –ante todo- lo que pudiese hacerse ante
determinada correlación de esas fuerzas en conflicto. Y por ello él siempre
hablaba de la "masa crítica" necesaria para cada salto cualitativo de
la Revolución.
Si no lo damos con la magnitud que hubiera deseado Chávez es
por todos estos obstáculos objetivos, subjetivos e intersubjetivos al
conocimiento que estableció y sigue tratando de fijar el neoliberalismo como
pensamiento y acción consciente o inconsciente en todos los ámbitos de la vida.
Pero el salto -con mayor o menor magnitud-
se dará, gústele o no al imperio, a la burguesía, a sus leales
ignorantes o a sus “tontos útiles”. Las decisiones para formar la ANC las
construirá el pueblo mediante el proceso de estudio colectivo para poder
comprender cada lineamiento, cada biografía de las personas propuestas, cada
planteamiento de cada candidato o candidata y el momento histórico que se vive
para poder tener sentido de él.
¿Qué hacer en esta fase?
Los lineamientos para el debate constitucionalista
originario sugeridos por el camarada Nicolás Maduro, Presidente de esta hermosa
y valiente Venezuela, deben ser desglosados en dimensiones y elementos a
debatir, vinculados y relacionados muy estrechamente, con la propia identidad de
la venezolanidad, a cada sector social y a cada espacio geográfico en que se
elegirán los Constituyentes que formarán la Asamblea Nacional Constituyente de
manera que quienes mejor defiendan las propuestas concretas y sigan la
dirección político-social-económica del legado del Comandante Supremo y Eterno,
Hugo Chávez, y las instrucciones del camarada Nicolás, sean los que deben
elegirse en cada sector o espacio donde se realizarán las elecciones de los
constituyentes.
Tal y como reconocía el gran Chávez, estamos en la plena Vía
al Socialismo, y el camino de convocar al pueblo para que defina sus jalones de libertad, su alcance de
independencia y su plena soberanía, y se auto determine política, social y
económicamente, es el camino correcto, y el dúo Líder-Pueblo, su principal
defensor.
wongmaestre@gmail.com
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