miércoles, 18 de enero de 2017

El carácter de la crisis: nuestras tareas

Por Jorge Aniceto Molinari.

Primero es imposible analizar en profundidad nada desde el punto de vista político, sin analizar el carácter de la crisis actual del modo de producción que predomina en la humanidad.
Demás está decir que todo modo de producción también nace, se desarrolla y muere.- ¿Cual es entonces hoy la etapa actual del modo de producción capitalista?


La vida ha confirmado a Lenin no a Kausky, “el imperialismo fase superior del capitalismo” muestra como en su desarrollo la economía de los capitalistas iba a hacer que su estado mayor gerencial pasara de los Estados (donde estuvo radicado inicialmente) a los conglomerados empresariales multinacionales que a su vez iban a mantener entre si la pelea por la tasa de ganancia (si no fuera así ya no sería capitalismo). Esto es lo que sucede hoy en el mundo. La teoría del superimpererialismo no tiene base sustentable, y hoy “todos” los Estados hacen del endeudamiento su política “normal”. Conclusión: ya no hay Estados soberanos, y aquellos que en bravas batallas, trataron de mantenerla, están cada vez más supeditados a las exigencias del mercado mundial y a las consecuencias de su desarrollo.

Para ello se prepararon a la salida de la segunda guerra mundial los popes de Mont Pellerin, entre los que estaba ”nuestro” Dr. Ramón Díaz (fallecido en la fecha). El neoliberalismo es la expresión de una necesidad del modo de producción capitalista para esta etapa de su desarrollo. Claro sus impulsores pensaron en él como el sistema con el cual llegar a la eternidad: el fin de la historia.

Esta realidad hace de que ningún Estado pueda vivir al margen de ella y su política en el caso de los gobiernos que se sustentan en movimientos progresistas sea el de defender conquistas populares en un proceso que no ha pasado del gobierno de la crisis, aprovechando “coyunturas” favorables.

El problema es que la etapa de administración de la crisis a nivel de la dirección de los Estados ya ha pasado y hoy la nueva etapa se caracteriza no ya por ello, sino por gerenciar los “desequilibrios”.

En esta realidad, ¿qué significa hacer una política “más a la izquierda”? porque acordemos que administrar meramente los desequilibrios, como antes administrar el capitalismo, no pudo ser una meta placentera en nuestros objetivos políticos, aún cuando tengamos que convivir y actuar con ello.- Y hacerlo una usina permanente de desencantos, frustraciones y reproches de las múltiples fracciones en que se divide la izquierda en el mundo.
 Eso es lo que insinuó Mujica en la ONU (setiembre del 2013), -el carácter de la crisis y su posibles soluciones- y luego el vacío. De él y de quienes en el plano político partidario lo acompañan.

¿A qué voy con esto? A que hoy ningún propósito político que pretenda tener algún alcance puede circunscribirse a posibilidades nacionales, se necesita de un programa que aborde la realidad traumática tal cual es y busque unirse con lo mejor de la humanidad.  Esa es la explicación del requerimiento permanente que se hace en el mundo por la presencia de Mujica, y a la vez la orfandad que en el plano nacional se manifiesta por sus errores de gestión al no dimensionar  en concordancia con lo insinuado en la ONU, lo local con lo general. Más allá de las buenas intenciones de querer generar fuentes de trabajo. EL tema siempre candente en las sociedades actuales.

¿Que insinuó Mujica en la ONU? primero la necesidad de la PAZ, concepto imprescindible que nos llega indeleble del accionar de los bolcheviques en el 17, -recordemos que la socialdemocracia europea en su gran mayoría respaldó los gastos de la guerra- y ello supone IMPONERLA con la unidad en primer lugar de los trabajadores del mundo.

Los otros aspectos son el de abordar las llaves para imponer la muerte en paz de la predominancia del modo de producción capitalista.- Esas llaves son la moneda y los impuestos que en las etapas actuales del desarrollo del modo de producción capitalista constituyen los instrumentos de sujeción económica que es necesario derogar, transformándolos.-

El tema de la moneda en la izquierda es tabú y particularmente porque la izquierda europea (la misma que en su mayoría apoyó la primavera árabe), clama contra el Euro pero no puede salir de él y no atina a plantear que debe ya existir una sola medida de moneda universal, que posibilite que se defienda el trabajo de la gente no en un determinado país sino en todo el mundo.

El oportunismo hace que cada uno defienda el trabajo en su país contra los trabajadores del resto del mundo, como ahora también lo dice Trump (del dicho al hecho hay un buen trecho).

La otra llave son los impuestos. En nuestro Uruguay el 60 % del presupuesto general de la nación son los impuestos al consumo. (Los ejemplos abundan en todo el mundo).  Que más lo pagan los que menos tienen.- Claro la explicación del equipo económico que tiene que ver con todo lo que analizamos antes, hace que no se le puedan aplicar impuestos al capital pues ello sería un obstáculo para las inversiones “tan necesarias para nuestros trabajadores en competencia con trabajadores de otras zonas del planeta”.

Por eso las justas reivindicaciones de los trabajadores del Estado, al no denunciar o al menos explicar el problema impositivo hacen el juego a una política profundamente reaccionaria. Ahora como no se puede cambiar el sistema impositivo de un país separado del mundo, de eso no se habla, y asistimos a múltiples eventos internacionales sin hablar de la necesidad de que en el mundo se derogue el actual sistema impositivo que imponen los organismos financieros internacionales por un sistema basado en la circulación del dinero danto muerte a los paraísos fiscales y haciendo que ninguna transacción se válida si no está registrada donde la sociedad determine.

En el Uruguay los avances en este sentido son notorios, aunque en la izquierda no se comenten, y si preocupen a  sectores que se mueven en el mundo de la especulación financiera.-

Esto determinará recursos que hoy imperiosamente necesita la humanidad, para la educación, para la salud, para la vivienda, para la seguridad y previsión social, para la convivencia humana con el desarrollo de puestos de trabajo, que hoy están sometidos a la lógica de la rentabilidad capitalista o a los menguados presupuestos estatales (medidos en relación a las crecientes necesidades) normalmente desviados a alimentar los recursos burocráticos de la maquinaria político partidaria.

 ¿Cómo hará la humanidad para administrar sin la exigencia de la rentabilidad capitalista y sin la presión burocrática del Estado? Es todo un desafío que plantea la posibilidad cierta de la muerte en paz de la predominancia del modo de producción capitalista (que no significa la desaparición del capitalismo que como los modos de producción anteriores sobrevivirá a la muerte de su predominancia), y la construcción por fuera del aparato burocrático del Estado de una nueva realidad económica que nos atrevemos a definir como socialista.-

De no poder hacerse esto, riesgo que hoy existe, estamos ante la posibilidad de una tremenda tragedia, que es la extensión aún más de la guerra y el uso de armas cada vez más destructivas: la barbarie a modo de suicidio, que inexorable nos involucra a todos, como hoy está sucediendo en importantes regiones del planeta.

Me veo en la obligación de hacer estas precisiones que para mí son fundamentales para procurar ayudar a refundar la izquierda que hoy necesitamos, que retome el enorme bagaje de conocimientos que nos legaron Marx, Engels, Lenin...entre los más destacados.-

Este año además por conmemorarse los 100 años de la revolución rusa, es propicio en el mundo para indagar y bucear en los elementos políticos, sociales, económicos, de esos hechos, que mostraron a la humanidad la posibilidad de cambios profundos y posibles, de acuerdo con nuestros sueños de una sociedad mejor. Y no sin los sinsabores que significa toda transformación revolucionaria de la realidad.

He tratado de simplificar al máximo mi pensamiento para ayudar al debate, o por lo menos al reinicio del mismo. Ya tendremos oportunidad de desarrollar cada uno de los aspectos con infinidad de ejemplos y situaciones que parecen intrincadas, pero que es nuestra obligación presentar con la simplicidad del desarrollo teórico, eso gris que parece la teoría.

sipagola@adinet.com.uy


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