martes, 20 de septiembre de 2016

El Después de Dilma….

Por Jorge Aniceto Molinari
Hace un tiempo cuando la Presidente de Brasil nombró al frente del Ministerio de Economía a un economista considerado neoliberal, hubo desde la izquierda una especie de llamado de atención a que el gobierno estaba cediendo a la presión de las fuerzas empresariales.

Nosotros señalamos, entonces, desde la humildad de nuestros conocimientos que Brasil, nunca había salido y no podía salir solo como país de esa presión.-

El problema es saber en qué marco y de qué manera se ejerce esa presión.
El mundo empresarial no cambia sus prácticas porque haya un gobierno u otro, si las cambia en función de cómo conquistar mercados, espacio, para su actividad.-

El problema, en nuestro conocimiento, es que no tenemos un dominio claro de cuál es la dimensión y vinculación de ese sistema empresarial, con el gobierno que en dura pugna ejercen del mundo los complejos empresariales multinacionales, pero nos consta que ese sistema en menor o mayor grado en cada país tiene una vinculación predominante, a todas las otras incluida la política.

Aquí una primera precisión: el sistema político brasileño, tal vez y sin tal vez, de los más corruptos de los aparatos políticos de nuestra América, no tuvo la iniciativa política de la destitución de Dilma, sino que este respondió directamente a la presión de los agentes económicos que se sienten cada vez más ahogados por la crisis mundial. Eso explica porque antes ese sistema le respondió Lula y a Dilma y ahora no. No cambió el sistema político, era corrupto antes y es corrupto ahora, es el resultado de lo que el sistema capitalista real ha ido creando en el mundo.

¿Pudieron haberlo cambiado Dilma, Lula, pero también Mujica, Astori, ahora Vázquez, como antes Cristina, Muduro…..etc…..? Nuestra respuesta es no y no porque no se puedan hacer cosas importantes para la gente como ha ocurrido con los llamados gobiernos progresistas.

Mujica lo dijo en la ONU –¿se habrá olvidado de sus propias palabras de setiembre del 2013?- salvo que ahora en lugar de la respuesta a la crisis mundial abordando un programa universal, nos maneja un mundo de buenos y malos y de la capacidad para maniobrar, cuando los sistemas políticos de derecha, de izquierda, de centro siguen a la espera de que la crisis irreversible que vive la predominancia del modo de producción capitalista pase.

En el caso de Argentina y Venezuela, se ve con mayor claridad cómo le manejan el valor de la moneda para crear condiciones para imponer gobiernos que respondan más directamente  a las necesidades del sistema. En estos países se ve más claramente la contradicción entre el manejo de la moneda y su vinculación con los sectores empresariales ligados más directamente a estos gobiernos.

En el Uruguay por ejemplo, actores políticos, politólogos, empresarios vieron en el cambio de gobierno en la Argentina como un respiro para que se retomara el crecimiento económico, ahora esto mismo lo toman con mucha más precaución en el caso de Brasil, porque los datos de la realidad en la persistencia de la crisis mundial son cada vez más alarmantes, empiezan a sentir que los datos de la  realidad no se pueden revertir atacando el nivel de vida de la gente, que fue en su momento el motor del triunfo de todas estas corrientes calificadas despectivamente por nuestros burguesitos como “populistas”, aunque lo van a seguir intentando, como ocurre hoy con Macri.-

En otra etapa de la historia, la intervención de la corrientes militares adoctrinadas en la Escuela de las Américas, completaba el circuito con la represión, ahora esto por lo que vemos a simple vista ya no es posible (*). Con lo que se pueden hacer acciones como la que lleva adelante el aparato político en Brasil, pero a la larga no tienen porvenir democrático, solo puede ser la mayoría necesaria en el senado actual, algo parecido ocurriría en Argentina ante un proceso electoral que ocurriera hoy.
La derecha empresarial puede como en el caso de Venezuela, manejar la moneda y los grandes errores y horrores en la conducción económica para desestabilizar gobiernos, pero su incapacidad para gobernar deviene de la propia crisis como está ocurriendo ahora en la Argentina.

El problema es que para salir de la  crisis se necesitan acciones políticas; la derecha solo atina a extender la guerra, con el riesgo que ello significa para la humanidad; la izquierda se reseca en los estatismos –siempre necesarios coyunturalmente- o en la espera de su turno para administrar la crisis sin atinar a medidas que realmente la afronten.

Hay una izquierda que nos propone resistir –y está bien-, pero no alcanza, es necesario unir a lo mejor de la humanidad en un programa que hoy pasa por dos herramientas centrales: la moneda única universal y un sistema impositivo basado en la circulación del dinero, dando muerte a los paraísos fiscales y a los sistema impositivos basados en los impuestos al trabajo y a las pensiones.

 (*) EE.UU. tiene bases militares por todos lados y es utilizado como el gendarme universal del modo de producción capitalista, pero tiene en su estructura estadual un terrible endeudamiento que hace que ya no sea un Estado soberano, esto confunde a una izquierda que sigue hablando de Imperialismo si entender lo que Lenin analizaba en su momento.

sipagola@adinet.com.uy



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