Por Rolando Prudencio
Briancon:
¿Qué motivo más trascendente puede haber para que las
civilizaciones avancen? ¿Acaso los adelantos científicos y tecnológicos,
caracterizan a una sociedad civilizada? ¿Será tal vez los modelos de metódica
organización social las que las hacen perfectas? ¿O es en todo caso son las
pulsiones de los pueblos por el que la infamia de la injusticia sean superadas,
lo que hace más civilizada a una -valga la redundancia- una civilización?.
Desde Espartaco hasta el Che -quien decía que ser
revolucionario es la capacidad de sentir en lo más hondo de su ser cualquier
injusticia que se cometa contra cualquiera en cualquier parte del mundo- han
sido las injusticias las que más ha avivado la llama de las civilizaciones por
construir un mundo mejor.
Es verdad que dentro una visión estrictamente materialista
se puede considerar que los ciclos
civilizatorios se han dado, y se dan a partir del desarrollo científico
tecnológico para el bienestar de los pueblos, pero no menos cierto es que
cuando los valores de Justicia Social son los que marcan esos históricos hitos;
ni todo el vasto bagaje de conocimientos alcanzan a superar como históricos
hitos lo que logran marcar como un signo de la civilización, aquellas acciones
humanas por lograr mayor justicia, como lograron las Revoluciones; ya sea la
francesa, o la rusa, por citar tan sólo dos ejemplos. O el caso de los procesos
independistas, como el norteamericano.
Hoy estos ciclos civilizatorios, por la siniestra situación
que cruelmente vive Palestina, es que una nueva lucha por acabar con; ya no
sólo la ocupación ilegal, que al margen del derecho internacional, el estado
sionista de Israel ha consolidado en territorios palestinos; sino por toda la
barbarie genocida, que es hora de ya permitirse que contramano de curso
civilizatorio se vaya a consumar este contra ciclo civilizatorio.
Israel apadrinado por el imperialismo estadounidense están
consolidando una afrenta contra no sólo Palestina, al declarar a Jerusalén como
capital de Israel; sino que están echando un manto de indignante impunidad a
los crímenes de cometidos contra el pueblo bueno, pueblo noble -a decir del
comandante Hugo Chávez- palestino, pues hasta el día de hoy no ha habido poder
alguno que pueda llevar ante la Corte penal Internacional a Israel a que
responda por sus crímenes.
Así que es a la humanidad la que no puede ser cómplice de
infamia histórica que Israel impunemente pretende que la historia deje pasar
por alto.
¡Justicia para el pueblo palestino! ¡Condena mundial contra
el cinismo sionista de ser impunes ante la historia!
prudenprusiano@gmail.com
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