Por: Tony López R.:
El pasado martes 26 de junio, el vicepresidente de Estados
Unidos inició, por Brasil, una gira, que
lo llevó, a Ecuador y Guatemala. En este último país sostendrá, hoy jueves 28, conversaciones con el presidente Jimmy
Morales y con el mandatario hondureño, Orlando Hernández. Qué esconde la
visita de Pence, según un despacho de la agencia Reuters, “EE.UU.está armando todo un escenario de guerra en
Latinoamérica". Mientras que
diversos analistas coinciden sobre la posibilidad real de un ataque
militar a Venezuela.
Desde hace varios meses vengo denunciando, al igual que otros colegas, que Estados Unidos está
preparando un Plan de intervención en Venezuela bajo la conducción del Comando
Sur y cuya operación es conocida como “El Plan Maestro”, denunciado hace dos
meses por la periodista argentina Stella Calloni. Es un viejo Plan, al cual me referiré más
abajo, pues los escenarios no surgen de la nada y la historia, aunque
brevemente, es muy importante contarla para explicarnos lo que hoy está
sucediendo. Luego que el presidente y líder revolucionario Hugo Chávez
Frías, se declarara bolivariano y socialista y junto al Comandante Fidel Castro
Ruz, propusieron la integración latinoamericana, iniciándose con el ALBA y más
tarde la integración de países caribeños mediante el TPC, Estados Unidos y sus políticos, comenzaron a
preocuparse de lo que estaba sucediendo en esta parte de Latinoamérica y el
Caribe. A partir de este momento, la gran potencia del norte comienza a
conspirar contra Chávez y la Revolución Bolivariana, desde su misión diplomática en Caracas.
El resultados de esa conspiración fue el Plan del
derrocamiento de Chávez iniciado el 11 de abril del 2002, golpe de estado que fracasó y tuvo, entre
otros países, el apoyo de Estados Unidos, España, Perú y Colombia. La Revolución bolivariana fortaleció sus
posiciones e incluso fue tan generosa que individuos que participaron en él
fueron liberados y el gobierno de Pastrana le concedió asilo político a Pedro Carmona
en Bogotá, mientras otros se
mantuvieron radicados en el país, esos son hoy, los elementos que forman parte de la vanguardia
contrarrevolucionaria al servicio de Estado Unidos, liderada por Julio Borges y
otros connotados opositores venezolanos.
Mucho más tarde se logra la integración de Latinoamérica y
el Caribe con la conformación de CELAC, dejando por fuera el panamericanismo de
la doctrina Monroe. Esa integración se logró gracias al triunfo de diversas
fuerzas progresistas, democráticas y revolucionarias que ganaron por la vía
electoral el poder en sus países muy importantes como Brasil, Ecuador, Bolivia,
Argentina, los que junto a Venezuela,
Nicaragua y el Caribe, forman un frente muy importante que desafía el
poder imperial. Pero Venezuela tiene una
importante razón para ser asediada es la mayor reserva mundial de petróleo, y
de minerales altamente codiciados por las transnacionales, y ha sido generosa y
solidaria con los países pobres del caribe y Centroamérica. Ese es su pecado.
La CELAC es una piedra en el zapato, más cuando la
desprestigiada OEA está en un punto real de desaparecer. Su acentuada división interna y donde Estados Unidos ya no tiene mayoría. También se aprecia con mucha preocupación, por Estados
Unidos, como sus grandes rivales como Rusia, Irán y China, van ganando espacio
económico y comercial, ello acentúa la
política injerencista de la Casa Blanca en la región.
Con todos estos antecedentes, el fracaso del presidente
Busch en su propuesta del ALCA en Mar de Plata, cuando el presidente Néstor
Kishner, con el apoyo del presidente Hugo Chávez, hacen fracasar los intentos
imperiales de subordinación económica, el imperio dinamiza su estrategia y
comienza un trabajo paciente y sutil en estos países del sur, dándole un nuevo
carácter el Plan Colombia y lo transforma en la Iniciativa Regional Andina, que
le ha resultado exitoso, con apoyo de la derecha regional y global.
Un trabajo muy fuerte en Brasil contra los gobierno de Lula
y Dilma, hasta lograr el Golpe Parlamentario, una cruzada de desprestigio
contra la presidenta Cristina Fernández de Kishner y la promoción con una
campaña mentirosa del Cambio, que llevó al magnate Mauricio Macri a la presidencia y a la
Argentina al desastre económico y la vuelta de los militares. La Revolución Ciudadana y los avances
sociales se ven amenazados hoy en Ecuador, al asumir un traidor la presidencia
de la República. Un asedio al gobierno de Evo Morales desde la
Universidad del Alto, en La Paz y la aplicación del Plan de desestabilización
violenta en Nicaragua, mientras también contra Cuba están enfilando sus
cañones. Este es a grandes rasgo el
escenario creado y su objetivo inmediato y militar es Venezuela.
Resumen Latinoamericano, revelo el pasado 24 de junio, que
el Vice-presidente Mike Pence, conversó con el presidente electo de Colombia
Iván Duque, sobre esa conversación Pence declaró: ”Discutimos la crisis
humanitaria y las condiciones autoritarias en Venezuela y nos comprometimos a
continuar presionando la restauración de la democracia”. Mientras que Duque afirmó que compartieron opiniones sobre el
“desarrollo de una agenda importante”. Es cada día más evidente que desde territorio neogranadino y no descartable
del brasileño, comenzaran acciones provocadoras contra Venezuela.
Al parecer la crisis presentada en la farsa jurídica contra Lula y la fuerza popular que ha tomado
la exigencia de la liberación del líder petista
y el apoyo militar brasileño a la intervención son puntos en la agenda
de Pence con Temer. Por fuentes bien informadas, se conoce, que antes de la
Cumbre de las América, el presidente Juan Manuel Santos, visitó al golpista Temer, en la
agenda se trató el punto del apoyo de los militares brasileños a la operación
“humanitaria” contra Venezuela y todo
hace indicar que Temer no estaba muy convencido de involucrar a las FF.MM en esta
aventura. Mientras que el gobierno de Estados Unidos está muy pendiente
del curso que tomará la libertad o no de Luis Ignacio Lula Da Silva.
La visita a Ecuador tiene objetivos muy claros, acabar de
definir las posiciones del presidente Lenin Moreno respecto a formar parte de
la cofradía anti-venezolana y de tener garantías en la fronteras
colombo-ecuatoriana, desde donde, se puede abrir un flanco contra Colombia, si
ese gobierno se embarca en un ataque o desarrolla acciones contra el gobierno
de Nicolás Maduro. El tema de la regresión a la base de Manta y el tema del
australiano Assange, exiliado en la
embajada ecuatoriana en Londres, estuvieron en la agenda de Pence.
Las conversaciones con los mandatarios guatemaltecos y
hondureño, se sabe que estuvieron marcados por el jalón de orejas a ambos para
que pongan fin a la migración de sus países hacia Estados Unidos. Según ha
trascendido otros temas estuvieron referidos a la crisis interna nicaragüense y
el alerta a las bases militares estadounidenses en territorio hondureño.
Después de la visita de Rex Tillerson por varios países de
América Latina, previo a la Cumbre de las Américas, el objetivo era logra
consenso, para aprobar un pronunciamiento contra Venezuela, apoyado por el
llamado Grupo de Lima, condena que no logró su aprobación, pese a las presiones
del vice-presidente Mike Pence y su claro fracaso en imponer sus políticas
injerencista. Una aprobación de dicha propuesta, hubiera sido el respaldo de la
región a la llamada Carta Democrática
para la “intervención humanitaria” en Venezuela.
Es significativo que luego de esta negativa, Estados Unidos
continua con su Plan y enviaron al
almirante Kurd W Tidd a reunirse con el presidente Juan Manuel
Santos y los altos mandos militares,
incluyendo al Vicepresidente, el general
Oscar Naranjo, especialista en operaciones de inteligencia, el Comandante en
Jefe de las FF.MM Alberto José Mejía y
al empresario devenido en ministro de Defensa Luis Carlos Villegas. Sobre esta
reunión se filtró que el objetivo
era establecer las correspondientes coordinaciones y planes
de apoyo a las acciones que contribuyan a la solución de la crisis migratorias
venezolanas hacia Colombia, la cual solo será posible con la “intervención
humanitaria”.
Resulta sospechoso que desde el mes de enero y hasta el mes de julio, hayan desembarcado en
Panamá un poco más de 400 miembros de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos,
para participar en los ejercicios
“Nuevos Horizontes” que se desarrollaran en las provincias Darién, Veraguas y Coclé, fronteras con
Colombia y Venezuela. Mientras que similares ejercicios se están desarrollando
entre la Fuerza Aérea colombiana y estadounidense en el Sur de Colombia.
Mientras que por otra parte Estados Unidos acaba de
instalar dos bases de acción rápida instaladas en las
comunidades de Vichada y Leticia, en el departamento colombiano de Amazonas,
limítrofe con Venezuela por el suroeste del país, que forman un arco con las de
Palanquero y Tolemaida en el interior, Malambo en la Costa Atlántica, Apiay y
Larandia en los Llanos Orientales y Saravena ubicada en la línea fronteriza
sobre el río Arauca, y la ubicada en la Bahía Málaga en la Costa Pacífica.
Según el Centro de Estudios Latinoamericano, (Celag)
documentos revelados por varios
think tanks en Estados Unido se están
registrando movimientos militares en
Panamá y Colombia; las bases militares
de EE.UU en Colombia, Perú y Honduras; los ejercicios
militares denominados AmazonLog, y, por si fuera poco, los acuerdos con las
fuerzas armadas argentinas suponen una "demostración de fuerza" para
el "cambio de régimen" en Caracas. El remate de esta política, con un
claro objetivo, Venezuela, es la incorporación -acordada por el presidente Santos a la OTAN.
Desde Colombia no les resultara difícil crear una
provocación. Durante el gobierno de
Álvaro Uribe Vélez y con su beneplácito, el paramilitarismo encabezado por
Salvatore Mancuso y Jorge 40, entrenaron a venezolanos y conformaron frentes
paramilitares, que les sirvieron para las rutas del narcotráfico y para
desarrollar acciones contra el gobierno de Hugo Chávez. Esos frentes aún están
vigentes en San Antonio del Tachira y en el Zulia.
El Catatumbo, el Norte de Santander y Saravena en Arauca,
más la Guajira, son territorios utilizados por estas fuerzas paramilitares que
ahora usan otros nombres. Ellas serán la
punta de vanguardia para crear eventos violentos en esas zonas y así justificar
la intervención “humanitaria”.
Los pueblos latinoamericanos deben denunciar desde ahora
toda esta estrategia de Estados Unidos, el Grupo de Lima, el Secretario General
de la OEA y la Unión Europea que se presta a esta política, y que al final les
resultara en una gran derrota.
(*) Periodista,
politólogo y analista internacional.
jorgarcia726@gmail.com
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