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miércoles, 3 de mayo de 2017

“Un Poder Legislativo que no representa a la sociedad” Jorge Lara

Entrevista de Por Tomás Forster – Nodal

La Constitución paraguaya establece que el período presidencial sea de cinco años sin posibilidad de reelección. Frente a este impedimento legal, algunos sectores oficialistas y opositores impulsaron una enmienda para permitir la reelección, algo que habilitaría las candidaturas del actual mandatario Horacio Cartes y del expresidente Fernando Lugo. Días atrás, en medio de un caldeado escenario interno y luego de las señales de “preocupación” emitidas por el Vaticano y Washington, Cartes rechazó postularse para los comicios del próximo año. Sin embargo, el reverso de la moneda es que la enmienda sigue en pie y se espera que sea tratada por el Parlamento en los próximos días.


Quién es el entrevistado: abogado y sociólogo, experto en relaciones internacionales, exiliado en México como consecuencia de la dictadura stronista, embajador en la ONU a comienzos del 2000 y canciller de Fernando Lugo hasta el golpe parlamentario de junio del 2012, Jorge Lara Castro analiza el convulsionado momento político que vive Paraguay en este diálogo con Nodal.

¿Qué análisis hace de la decisión del presidente Cartes de renunciar a la reelección y cómo cree que se reconfigurará la situación política en Paraguay?
El proyecto de reelección de Cartes buscaba legitimar el estado de excepción en el que se encuentra el país. El Estado paraguayo es un Estado aparente porque garantiza una estructura oligárquica en donde menos del 3 por ciento controla el 85 por ciento de la tierra. La política de Cartes profundizó y profundiza este proceso de absoluta concentración del poder económico y de exclusión social. Su gobierno estimuló un nivel de transnacionalización y extranjerización de la economía, sobre todo con el avance de la soja, que supera todo límite. Esta serie de decisiones socio-económicas de Cartes vienen a profundizar la crisis política. Si uno hace un balance del modelo político paraguayo, después de 27 años desde que se inicia la transición democrática, se puede apreciar que sólo existió un recambio político en la élite del Partido Colorado, se mantuvo el modelo de democracia representativa-liberal pero no se modificó, e incluso se agravó, la estructura social tan desigual que sufre el país. La cuestión de la crisis política como consecuencia de la enmienda es un detonante de estos problemas estructurales.

¿Qué peso tuvo la presión internacional que recibió Cartes para dar marcha atrás con su intención?
Aparecieron dos factores internacionales que, en este caso, confluyeron en el mismo sentido. Uno: el Vaticano. Cuando el Papa Francisco expresa señales de preocupación por la situación política y social eso influye para bien sin dudas. El Papa no solamente es un Papa latinoamericano y argentino, sino que conoce mucho la realidad paraguaya y está muy identificado con el Paraguay. Es más y esto es contra fáctico: creo que si hubiera estado el Papa Francisco no se consumaba el golpe contra Lugo. Francisco tuvo y tiene contacto con las raíces profundas del pueblo paraguayo y sobre todo ha destacado el valor de las mujeres paraguayas por el rol que tuvieron en la recuperación del país después de la Guerra de la Triple Alianza que vino a interrumpir un proyecto de construcción soberano e independiente. Por el otro lado, aparece la embajada norteamericana que emite un comunicado en el que pide se respete el proceso constitucional. Eso se concreta con una llamada al dialogo promovida por la Iglesia Católica y por eso Cartes anuncia su dimisión en una carta al Arzobispo de Asunción. El problema es que Cartes no escucha las señales diplomáticas hasta que, finalmente, decide bajarse y envia la carta cuando el secretario de Estado Adjunto de Estados Unidos para Asuntos del Hemisferio Occidental, Francisco Palmieri, se presenta en persona.

¿Por qué cree que la enmienda generó protestas y rechazos de una parte importante de la sociedad paraguaya?
Hay una percepción de inestabilidad política en la sociedad porque esta discusión sobre la enmienda lleva siete meses, si bien explotó en las últimas semanas. Existe también la percepción en diversos sectores sociales de que se está violando la Constitución. La enmienda que promueven Cartes y Lugo, a través de sus representaciones parlamentarias, plantea la inclusión de la reelección pero en nuestra Constitución no está contemplada esta posibilidad. Frente a este problema jurídico-político, yo estoy en la línea de los que creen que la enmienda por la reelección es anticonstitucional. La única vía formal para incorporar la figura de la reelección es a través de una reforma de la Constitución tal como lo dice el artículo 289 de nuestra Carta Magna. Por eso, el mecanismo que promueve Cartes es inconstitucional. Aunque por razones diferentes, Lugo y Cartes coinciden en el objetivo de volver a presentarse. En el fondo lo que vivimos es una crisis del sistema político bipartidista. La gente que se manifiesta, como sucedió recientemente en el incendio y los incidentes en el Congreso, es auto convocada en su mayoría.

¿Cómo se explica que el bipartidismo esté en crisis pero colorados y liberales sigan siendo los dos principales partidos de poder?
El Partido Colorado, con un breve paréntesis, gobierna el país desde 1941. En el 2008 se quiebra esa larga hegemonía histórica y aparece Fernando Lugo como un outsider, portador de una resistencia anti-dictatorial y galvanizador de una gran esperanza de cambio social. Pero, apenas nuestro gobierno empezó a iniciar algunas reformas, al día siguiente empezó la conspiración contra nosotros y se nos tiraron encima. Desde el Congreso, los dos partidos políticos nos hicieron la vida imposible hasta que nos tumbaron. En ese momento Federico Franco (vicepresidente de Lugo –del Partido Liberal Radical Auténtico- que asumió una vez consumada la destitución) le preparó el terreno a Horacio Cartes que a partir de ahí concentró cada vez más el poder. Antes de toda esta operación, Cartes nunca había sido afiliado del Partido Colorado ni participado en ninguna elección. Se sirvió del Partido Colorado para ser presidente. Él compró al Partido Colorado.
¿Y por qué el surgimiento de un ala disidente entre los Colorados?
Hay una división porque Cartes empezó a gobernar con su grupo empresarial, los mal llamados tecnócratas. Hay un poder formal que es el Estado y hay un poder paralelo que es el de Cartes y su entorno.

¿Cómo queda posicionado Fernando Lugo en esta coyuntura?
La Constitución nuestra también prevé que cuando el jefe del Estado pasa a ser expresidente se convierte automáticamente en senador vitalicio como un acto honorífico. El expresidente pasa a ser entonces un senador vitalicio, no electo. En el caso de Lugo esto no sucedió. Él se presentó como candidato a Senador porque correctamente tuvo en cuenta que su período presidencial fue interrumpido. En esta lógica, Lugo planteó que podría ser candidato a presidente y no estaría limitado constitucionalmente porque lo echaron del Ejecutivo antes de completar su mandato. Él impulsaba con criterio ese argumento -que debe juzgar la Corte que es difícil se expida a su favor-. Por eso, resultó un error inexplicable que Lugo acuerde con Cartes cuando sus condiciones eran y son totalmente diferentes: Lugo puede recurrir a la Corte Suprema de Justicia para que lo habilite como candidato a presidente a diferencia de Cartes que constitucionalmente no puede ser reelecto. Inexplicablemente, Lugo se sumó a este proyecto de reelección de Cartes en contra de lo que dice la propia Constitución. Y termina pegado a Cartes, al senador Blas Llano (que fue uno de los partícipes del golpe parlamentario contra nuestro gobierno). En fin, con aquellos que lideraron su destitución. Antes de esta crisis política, Fernando Lugo tenía un alto porcentaje de apoyo a su candidatura. Para una inmensa mayoría era una persona confiable, porque la sociedad fue descubriendo y valorando las políticas sociales que promovió nuestro gobierno. No sé qué va a pasar ahora con su candidatura pero sí se puede percibir la bronca de varios sectores.

¿Qué opina de la cobertura de los medios de comunicación paraguayos en todo este tema?
Los medios de comunicación son medios concentrados también aquí y juegan de acuerdo a sus intereses. El señor Horacio Cartes empezó a comprar todos los medios, radios, televisión, el periódico La Nación. Esto genera un conflicto soterrado entre el gobierno actual y los medios principales (principalmente ABC Color y Última Hora) que se pararon muy críticamente respecto de la enmienda. Igualmente, la bronca social es entendible porque hay una acumulación de frustraciones frente a una democracia formal-representativa que no da respuestas a la necesidad de las mayorías. Y esa bronca acumulada emergió el día en el que se iba a tratar la enmienda cuando es la gente auto-convocada, no los partidos políticos, sino la gente, espontáneamente, la que se congrega en la plaza. Y esto termina con el incendio del Congreso que es una expresión del rechazo a un Poder Legislativo que no representa a la sociedad.


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