Por Leandro Albani
“No puedo vivir en
Haifa por culpa del sionismo. No creo en una ideología que reprima a los
palestinos en nombre del holocausto. Necesitamos la descolonización de
Palestina”, resumió, de manera precisa y concreta, el historiador Ilan Pappe
durante la charla brindada ayer en el Centro Cultural Borges y auspiciada por
la Universidad de Tres de Febrero. Claro, seguro de sus argumentos, y sin
vacilar cuando explica y defiende sus posturas, Pappe es uno de los
intelectuales más lúcidos que en la actualidad puede deshilvanar el conflicto
palestino-israelí (como se conoce mediáticamente) o, como lo dice el propio
Pappe, el “genocidio progresivo” que el Estado de Israel comente contra el
pueblo palestino desde 1948.
La vida de este historiador nacido en 1954 en Haifa, ciudad
palestina anexada por Israel, muestra un recorrido pocas veces visto: formado
bajo los parámetros de la educación judía, sustentada en la ideología sionista,
Pappe fue rompiendo con la “historia oficial” construida por un Estado que
desde hace varias décadas se posiciona como gendarme de Medio Oriente. Eso tuvo
como consecuencia su expulsión de la Universidad de Haifa y su retiro a Gran
Bretaña, donde se desempeña como profesor en la Universidad de Exeter.
Su visión heterodoxa sobre los “orígenes” israelíes y sus
investigaciones rigurosas y documentadas, desarrolladas en más de una docena de
libros, intentan hacer caer el muro construido por el sionismo alrededor del
mito bíblico de un “pueblo sin tierra en una tierra sin pueblo”, justificación
para la implantación del Estado israelí y la permanente limpieza étnica contra
las palestinos y los palestinos.
“Pertenezco a la tercera generación de colonos judíos, pero
los palestinos son los habitantes nativos”, se sincera Pappe ante un auditorio
de 150 personas que lo escuchan con atención y aplauden no sólo sus palabras
certeras, sino también algunos chistes que deja escapar entre la audiencia, tal
vez para hacer más llevadero un tema cargado de dolor y muertes.
Durante la conferencia, -en la que estuvo acompañado por
Saad Chedid, director de la editorial Canaan-, Pappe deshizo, como lo viene
haciendo hace años, una historia plagada de mentiras y justificaciones
construida desde finales del siglo XIX por el sionismo, y que le permitió fundar
un Estado que no respeta los derechos humanos más básicos del pueblo palestino.
“La propaganda israelí se basa en que esta historia es
compleja y sólo los israelíes la entienden”, explica Pappe, para dejar en claro
que la resolución del conflicto es simple: respetar los “derechos igualitarios
para los palestinos” y una concepción de “vida natural”, que el pueblo de
Palestina tiene desde sus orígenes.
Pappe cuestionó duramente al mundo académico que, en muchos
casos, tiene posturas morales progresistas, pero a la hora de abordar la
cuestión palestina se pliega a los mandatos de la historia oficial israelí.
“Después de setenta años de limpieza étnica, las políticas criminales de Israel
ya no puede ser escondidas. Pero todavía hay un ‘escudo de excepción’ que
permite que la gente no pueda ver lo que sucede”, denunció. “Es increíble que
se repitan falacias y mentiras sobre el pasado y el presente, que ya fueron
rebeladas por académicos israelíes”, agregó.
A Pappe se lo ubica en la camada de académicos denominados
los “nuevos historiadores israelíes”, que a finales de 1980 comenzaron a
cuestionar los lineamientos sostenidos por el sionismo. El caso de Pappe es
diferente, ya que fue más allá de esa corriente y hasta hoy no dejó de
investigar y cuestionar el “mito” de Israel.
El historiador alertó sobre una política sistemática llevada
adelante por el lobby judío a nivel mundial y que “acusa de antisemitismo a
quienes investigan la otra historia de Palestina”. A su vez, criticó la
posición de Estados Unidos y las potencias europeas que permitieron la creación
de Israel en base a la limpieza étnica del pueblo palestino. En 1948, “hubo
periodistas, miembros de la Cruz Roja y diplomáticos que reportaron lo que
sucedía”, cuando las fuerzas israelíes comenzaron a desalojar pueblos y
ciudades de Palestina, pero “sus jefes no publicaron las evidencias”.
Pappe también apuntó contra el supuesto “proceso de paz”
entre Israel y Palestina, y sostuvo que esa instancia sólo le conviene al
sionismo, porque mientras tanto el Estado israelí puede seguir cometiendo
asesinatos, desplazamientos forzados de personas y sostener su política de
implantación de colonos judíos en territorios palestinos. Y esto sucede, según
el historiador, con el beneplácito de Estados Unidos y Europa que justifican
que cuando ese “proceso de paz” concluya, se podrán resolver todos los
problemas y terminar los “abusos”.
“Por eso Israel sostiene la teoría del proceso de paz,
porque le permite completar la colonización”, aseveró el historiador, que
sentenció: “Nunca hubo un esfuerzo israelí hacia la paz”.
leandroalbani@gmail.com
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