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miércoles, 1 de julio de 2020

EE.UU del encierro detrás del Muro a la desconexión total



Por Rolando Prudencio Briancon

La llegada de Trump al poder trajo consigo una nueva visión, una nueva lógica a lo que hasta antes de su ingreso a la Casa Blanca eran la mentalidad de la mayoría de los norteamericanos, basada sobre todo en la seguridad y bienestar. Aunque tal vez sea más preciso referirse a que la llegada de Trump lo que trajo no fue precisamente un nuevo Orden, sino un desorden para crear uno nuevo.



Esa es la razón por la que este cambio en el viejo Orden ha tenido repercusiones a nivel de las relaciones internacionales, por cuanto la Globalización fue el globo de ensayo con el que la hegemonía estadounidense fue el eje en el que giraron las demás naciones, en torno a la supremacía de la potencia del norte, por más de dos décadas.

Pero al poco tiempo de que Trump asumiera el gobierno fue a contracorriente de aquella concepción globalizadora, cuando anunció la construcción de un Muro en la frontera con México para contener la migración de quienes buscaban la "tierra prometida" para realizar el "Américan Dream" (sueño americano), pero fue a quienes el nuevo inquilino de la Casa Blanca, los vio como una amenaza para subvertir el sueño de "volver hacer grande América otra vez", que es su onírica obsesión hasta hoy.

Así fue como Trump consideró a los migrantes una amenaza, y a quienes los llamó despectivamente como la "peor gente", cuando se refirió a los mexicanos que cruzan la frontera. O cuando sin el menor empacho ordenó que a los migrantes centroamericanos -sobre todo hondureños- fuesen separados los padres de sus hijos pequeños, a quienes los mandó a encerrar en jaulas.

Esa onírica obsesión de Trump de: "volver hacer grande América otra vez", es la que hoy ha llevado a Trump a anunciar una "desconexión completa", con el gobierno chino y que ha sido rechazada esta medida, por parte del portavoz de relaciones internacionales del gobierno chino Zhao Lijian, señalando que es una "medida arbitraria". Es más, el representante de comercio internacional de los EE.UU., Robert Lightizer ha criticado este anuncio advirtiendo de Trump que: "no es una opción política razonable".

Pero este anuncio de una “desconexión total", es un as bajo la manga del intervencionismo norteamericano, tal como ha advertido la cancillería China respecto a: "los intentos de los EE.UU., de utilizar cuestiones relacionadas con Xinjiang para interferir en asuntos internos de China, y frenar su desarrollo, que están destinados al fracaso".

Vale decir que los EE.UU., pese al giro geopolítico que Trump quiere dar al nuevo papel de los EE.UU., sigue manteniendo ese doble discurso con el que maneja su política intervencionista en asuntos internos de otro país, como ahora es con la China, de la que anuncia una "desconexión total", pero por el otro anuncia la aplicación de un paquete de sanciones como es la: "Ley Política de Derechos Humanos de Uigures 2020", contra las políticas del gobierno de XI Jingping, como son las medidas: antiterrorista, anti secesionista y de desradicalización contra Xinjiang, que como región autónoma al extremo noreste de China, y que influenciada por EE.UU., se ha enfrentado al gobierno de Pekín.

Desde luego que EE.UU., es libre de tomar la decisión de desconectarse totalmente de China; siempre y cuando no interfiera en asuntos internos; pero que, para desconectarse, primero honre su deuda que tiene de 1mil 59 billones de dólares según la revista Forbes.

Así que después de pagar ese deudo puede desconectarse de China, y del mundo entero si quiere, y mandarse a jalar donde más guste

prudenprusiano@gmail.com


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