Por Pedro Echeverría V.:
1. Todos los gobiernos
yanquis, por lo menos desde las bombas atómicas que arrojaron criminalmente
contra dos pueblos de Japón, al finalizar la segunda guerra mundial, se han
creído los amos del mundo, el policía mundial, al que todos los países deben
respetar. Para que se recuperaran algunos países brutalmente destruidos, EEUU
no ofreció ayuda; enganchó préstamos del Plan Marshall –como hoy sucede con el
FMI, el BM- hipotecando la economía para luego someterlos con el lesivo pago de
grandes intereses. Desde entonces ha crecido gigantescamente la deuda mundial y
con ello EEUU “ha matado dos pájaros de un tiro”: a) Vive saqueando a países
endeudados y b) los mantiene en un severo régimen de sometimiento.
2. México nunca ha
sido un país independiente: estuvimos sometidos unos 300 años a España y
después de lograr nuestra independencia en 1821, fuimos víctimas de asechanzas
intimidatorias de países europeos como Inglaterra, Francia y EEUU. Incluso
Porfirio Díaz buscaba mayor intervención europea para contraponerla a la
desesperada intervención de los EEUU. Este país no solo nos robó la mitad de
nuestro territorio de 1836 a 1848, sino que todo el siglo XX y lo que va del
XXI, nos ha impuesto su política y economía como ha querido. El último asalto
fue lo que conocimos como el Tratado de Libre Comercio (TLC) que se inició en
1994 en beneficio de los grandes empresarios; hoy AEUMC o USMCA, en México creo
que el TMEX.
3. Lo importante es
–como dijimos antes que se firmara el TLC en 1993: Este tratado entre EEUU,
Canadá y México sólo sería para beneficio de las grandes empresas de los tres
países mientras los pueblos –particularmente el de México- sólo recogería las
sobras del suculento banquete. Y eso que decíamos hace 27 años es lo que ha
resultado: México ha tenido crecimiento de grandes empresas, pero el 60 por
ciento de la población ha seguido en la pobreza y la miseria. Pero en la
modernidad lo que siempre aparece son los números que falsean la realidad.
Ejemplo: si México ganó 100 millones de pesos y sus habitantes son 100 millones,
pues le tocó a un millón de pesos por cabeza. Nada más justo y equitativo.
4. El problema es que
el presidente AMLO –en su próximo viaje a EEUU- no tiene más salida que
portarse bien. No puede olvidarse que todos los presidentes de los países
dependientes, como México, con gigantescas deudas y con millones de
trabajadores que laboran en el país de Trump y envían su dinero a sus
familiares del país, no pueden ofenderlo ni con el pétalo de una rosa. ¿Podrá
López Obrador repetir frente a Trump el famoso apotegma de Benito Juárez:
“autodeterminación y no intervención” en Venezuela y en Irán porque “el respeto
al derecho ajeno es la paz”? México,
como casi todos los países del mundo, respeta a todas las naciones, no interviene
en ninguna para evitar que otras lo hagan en México. Con suerte Trump se educa y agradece a
México. (26/VI/20)
alterar26@gmail.com
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