Por Pedro Echeverría V.:
1. Aunque Lenin, Mao,
o Fidel –los dirigentes de Rusia, China y Cuba- no hayan logrado poner las
bases para garantizar la construcción del socialismo en sus países, la realidad
es que, con luchar apasionadamente por ese objetivo igualitario, es laudable
por ser adelantados a su tiempo. La realidad es que cualquier transformación
socioeconómica resulta casi imposible cuando las condiciones no están maduras
para su cambio radical. Por ello –aunque soy un radical crítico del lópez
obradorismo- no dejaría de ser un tonto al no entender que no se puede
encarcelar a todos los grandes delincuentes, a veces ni a los principales,
porque “no por mucho madrugar amanece más temprano”. Estoy de acuerdo con AMLO
en que se desatarían gigantescas fuerzas contra él.
2. Sin embargo cuando el presidente Salinas (1988-94)
encarceló en 1989 al líder petrolero “La Quina”, destituyó al líder del SNTE
Jongitud Barrios (1989) y al dirigente de los músicos, lo hizo con la mano en
la cintura, nadie protestó (al contrario, el aplauso fue unánime). Lo mismo
sucedió cuando Peña encarceló a la profesora Gordillo. Lo que sucedió es que
ambos presidentes estaban decididos a actuar. El presidente López Obrador, que
puede llevar a la cárcel a los cinco expresidentes y a al menos a 100
cómplices, con el gran aplauso aprobador del pueblo, se niega a hacerlo. Por lo
que se ve las otras autoridades de justicia y los legisladores están siguiendo
la blandenguería del presidente. Aquellos estaban decididos, AMLO pierde la
oportunidad.
3. Si los presidentes ultra corruptos encarcelaron y
destituyeron a quienes consideraban más corruptos que ellos, AMLO –con toda la
“aureola de santo”- ¿no puede mandar a prisión a los 100 corruptos, ladrones y
asesinos muy señalados? Me decía mi amigo Adán: ¿Y qué tal si López Obrador
para triunfar con sus votos hizo la gran promesa en su iglesia que “no mentirá,
no robará, ni perjudicará a nadie”, a pesar del terrible daño que le hicieron
gobernantes y empresarios a más de 130 millones de mexicanos? Pienso que a AMLO
se le puede gastar el apoyo de sus seguidores y, si eso sucediera, habría
perdido la oportunidad para profundizar las transformaciones necesarias, tan
urgentes, para que el pueblo recupere algo que le corresponde.
4. Muchos piensan que si el presidente López Obrador cumple
con mucho de lo prometido, no existirá
ninguna traba para que sea reelecto abrumadoramente para otros seis años de
gobierno; otros plantean que no busca la reelección, sino el reconocimiento de
haber sido el mejor gobierno de México, por lo menos desde el tiempo de Juárez
(1857-72). Sin embargo, para otros como yo, lo importante, es que continúe
tomando medidas contra el neoliberalismo, que es el capitalismo de nuestro
tiempo, y que las masas tomen conciencia. Obvio, apoyamos con todos sus
discursos antineoliberales, pero pensamos que de nada sirven si no se ponen en
práctica medidas concretas para extirparlo. Esa es la relación teoría práctica
que diferencia la demagogia con la honestidad.
5. Mucho se ha discutido acerca de Hidalgo de la primera
transformación, que se acobardó cuando en la lucha tuvo la oportunidad de tomar
la ciudad de México; otros han hablado de que Morelos fue un delator al
acobardarse frente a sus torturadores. O que en la II Transformación, Juárez -a
pesar de su heroísmo frene al clero y los invasores extranjeros- persiguió a
las comunidades indígenas y que Madero en la Tercera Transformación, no se
decidió a reprimir a terratenientes y explotadores que terminaron por asesinarlo
mediante golpe de Estado de 1913. ¿Fracasaron los tres “Transformaciones” por
no ser consecuentes o, a pesar de todo, ¿triunfaron por ser un jalón de la
historia? En lo social no hay nada
definitivo; todo es reflexión.
6. ¿Qué gobernante honesto o líder honrado de los
trabajadores no ha sido calumniado por sus enemigos los explotadores? En
México, a pesar de sus defensores y apoyadores, el presidente López Obrador
sigue siendo víctima de los medios de información de derecha, que son la
inmensa mayoría. A pesar de la presencia de las llamadas “redes sociales” de
Internet, que hasta ahora lo han respaldado, la permanencia de los monopolios
de Televisa y TV Azteca, así como de Milenio y TV Fórmula –acusados de
tradicionalmente sobornados o “chayoteros”- siguen predominando en la
teleaudiencia mexicana. Si acaso el
capitalismo universal ha impuesto globalmente la ideología, sin los medios de
información, ésta no se difundiría con amplitud.
7. Yo, con mi pesimismo basado en muchas décadas de
derrotas, veo diariamente a los enemigos del lópezobradorismo en acecho,
buscando errores y pifias para hacerlos grandes, calumniarlo y desprestigiarlo.
AMLO es exactamente lo contrario al declarar a diario que su gobierno va muy
bien y que aunque sus enemigos busquen torpedearlo, no podrán. El pesimista
avanza poco o se estanca a planear porque ve la fortaleza de sus contrarios.
Por el contrario, los optimistas como AMLO por todos lados ven avances, aunque
las historias estén llenas de derrotas. ¿Qué hacer si entre victorias y
retrocesos camina el mundo; si las victorias nunca son definitivas y siempre
hay que estar preparado estudiando la historia pendular? (25/VII/19)
alterar26@gmail.com
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