Por Rolando Prudencio Briancon:
Ha sido un remesón revolucionario/electoral el que en México
haya ganado López Obrador; después del eterno enseñoramiento electoral del PRI
(Partido Revolucionario Institucional), y la alcahueta alternancia con el PAN y
el PDR, quienes no daban espacio a otra opción en el horizonte electoral que no
fuera al eterno partido que hizo y deshizo de la vida y hacienda de los mexicanos.
El resultado de ayer en México ha puesto “patas arriba” la
mentalidad mexicana, interpelándola de que Otro México Es Posible, al salir, al
dejar el oprobioso Orden impuesto por el PRI, que gobernó de espaldas al pueblo
y alternándose el aposento en el poder con el partido del saliente Enrique Peña
Nieto.
Se me viene a la cabeza un hecho que no puede pasar
desapercibido para comprender el resultado electoral que se ha producido ayer
en México; y éste ha sido el papel que ha jugado Trump en las elecciones
mexicanas, toda vez que toda la animadversión que mostró contra los mexicanos;
no sólo tratándolos de la forma más ofensiva, calificándola como la peor gente;
el acto más humillante fue haber dictado el decreto presidencia para la
construcción del Muro en la frontera con México. Vale decir es el más
descomunal desprecio que puedas sentir con un vecino con el que compartes,
kilómetros y kilómetros de frontera, sino que la migración de mexicanos hacia
los EE.UU., ha posibilitado hacer el “sueño” retrasado que tiene Trump de “Hacer Grande América”.
Es en ese sentido que se me viene a la cabeza lo que hace
poco más de 15 años atrás el ex embajador estadounidense Manuel Rocha cometió
contraproducentemente con el entonces candidato para las elecciones nacionales
del 2002, y hoy presidente Evo Morales, a quien aquel entonces llenó de
adjetivos, afirmado que. “Votar por Evo Morales era votar por el narcotráfico”.
Aquellas despectivas declaraciones fueron a la vez una
inaceptable intromisión para los bolivianos, acostumbrados -como adormecidos
han estado los mexicanos con el PRI, y compañía- a una insistente e injurioso
ataque del imperio yanqui, pero que tuvo como un respuesta electoral en los
bolivianos que dignidad al votar por Evo Morales era expresar su rechazo a las
injerencistas acciones y declaraciones del ex embajador estadounidense Manuel
Rocha.
Aquel entonces la sarcástica respuesta del candidato de
entonces Evo Morales -político nato- por los inesperados resultados, ya que
obtuvo casi la misma votación de los partidos de derecha, fue señala que: “El
mejor jefe de campaña de Evo fue el ex embajador Manuel Rocha”; hoy la elección
del izquierdista López Obrador, parece ser una respuesta que rechaza no sólo
los insultos de Trump, sino un muro que mancilla la buena vecindad de ambas
naciones.
prudenprusiano@gmail.com
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