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domingo, 23 de abril de 2017

Las invasiones del siglo XXI

Por Norma Estela Ferreyra: 
                   
Antiguamente, cuando Roma tenía el poder bélico sobre los demás países, extendió sus dominios, mediante ejércitos mercenarios que podían enriquecerse saqueando los tesoros de los pueblos vencidos. Los sobrevivientes eran convertidos en esclavos y dominados por el látigo.


Más tarde, fueron los mal llamados conquistadores españoles, ingleses, franceses, etc. quienes cruzaban los océanos con propósitos sanguinarios y crueles,  logrando someter con el hierro de sus espadas, nada menos que a tres grandes imperios en estas tierras, provocando la muerte de noventa millones de nativos originarios, que vivían en un paraíso natural llamado Abia Yala y que los invasores cambiaron por otro nombre, que es América.

Nuestros pueblos jamás se rindieron, de allí que fueron casi exterminados. No defendían su tierra, ya que para ellos, no tenía dueños y no era de su propiedad, pero sí defendieron su honor y su libertad. Durante cuatro siglos, lucharon por su dignidad y sus tradiciones. Nunca otro pueblo del planeta, resistió tanto tiempo una invasión tan poderosa y criminal, sin rendirse. Estamos orgullosos de nuestros pueblos originarios, que prefirieron el holocausto más largo y doloroso, sin entregarse. Los invasores, debieron traer al continente, a la raza negra esclava, para que hiciera los trabajos más duros, ya que los indígenas, como ellos los llamaban, no se sometían por ninguna causa.

Luego de cuatro siglos, cuando ya quedaban pocos originarios, que eligieron las montañas y los lugares alejados, para vivir, ya no tuvimos un continente sino partes del mismo, ocupadas ´por los invasores ingleses, portugueses, españoles y otros menores. El Norte de América, sometió económicamente, con el tiempo, a los todos los otros países americanos y del mundo, para que una Elite reducida, disfrute de los placeres de la riqueza.

En el siglo XX, los invasores esclavistas desataron guerras mundiales de exterminio, planificadas en su deseo de dominio  globalizado. Se usaron armas poderosas, como la bomba atómica. No obstante, los países sobrevivieron contrayendo deudas económicas, con sus propios vencedores, para reconstruir sus ciudades. Y así, la esclavitud cambia el látigo y el trabajo forzado, por deudas que los gobiernos nunca podrán pagar, transfiriendo la explotación del hombre a los propios gobernantes de esos países deudores, que se vieron obligados a reducir los gastos del Estado, para intentar cumplir con deudas contraídas, tras esa dos guerras infames y despiadadas. Las enfermedades y la miseria generalizada, hicieron el resto.

Y llegamos al siglo XXI, creyéndonos algunos, civilizados y libres. Sin embargo, eso no es cierto, porque desde el Norte de nuestro continente, hoy siguen tratando de esclavizar al resto de América y del mundo. Allí se instaló  el Poder económico de Wall Street y por si fuera poco,  tomaron el Congreso de EEUU como Sede de decisiones del Orden mundial, junto a Londres e Israel, los que tratan de someter, juntos con la Unión Europea, a otros pueblos, que no necesitan claudicar favores económicos, porque poseen riquezas y dignidad, como Corea del Norte, Irán, Siria, etc. y que también están dispuestos a morir, antes de ser esclavos y  lucharán hasta su último hombre.

Pero el planeta ya no resiste. Sus aguas, su energía, sus productos alimentarios, no dan abasto ante la ambición desmedida de esos invasores que cambiaron de tácticas y  de armas, pero no de ideas. El poder en este siglo, se basa en producir sofisticadas armas para la guerra, en el endeudamiento económico de los países que ellos llaman del subdesarrollo y donde existe la necesidad de contraer deudas para subsistir. Pero no sólo eso, existe la necesidad de un exterminio mundial y general de la humanidad, ante las pocas reservas del Planeta y frente a la superpoblación. Y quieren lograrlo a través de la industria farmacéutica y alimenticia, preparada con químicos para matar en masa, con  productos vegetales fumigados con glifosato, con aguas contaminadas con arsénico, entre otros venenos, gaseosas zero, con aspartamo, pastillas para mosquitos, lámparas bajo consumo con aluminio, etc, etc.

Hay 144 países reconocidos por la ONU contando con el Estado del Vaticano, pero sólo 9 países son soberanos y no dependen de los bancos Internacionales de Préstamos, que esclavizan al mundo, produciendo bajas de salarios, carencias de alimentos,  en la salud, la educación  y  en los recursos necesarios para vivir con dignidad. Precisamente, en esos 9 países, quiere poner sus garras el Poder Mundial, neoliberal, sionista y criminal, del cual hablamos antes. Esto es fácil de probar, no bien sepamos sus nombres: Rusia, China, Iceland, Cuba, Siria, Irán, Venezuela, Corea del Norte y Hungría. Pero tan sólo son 3 los países sin ningún tipo de vínculo con la dinastía; Corea del Norte, Irán y Cuba.  Por eso, todos los medios informativos, arremeten  con mentiras programadas para dar aval a sus guerras contra esos  9 países soberanos e incluso, lograr que participen otros países aliados o dominados, en esas infamias, a cambio de recibir apoyo en el mantenimiento de sus pseudo democracias. Algunos, como el Presidente Mauricio Macri les entrega todo lo que ese Poder Sionista pida, con tal de que lo mantengan en la presidencia, a como dé lugar, para acrecentar sus negocios. Su docilidad frente a los poderosos lo lleva a desautorizar y a criticar al hermano país de Venezuela, con todo el énfasis que puede sacar a relucir dentro de su indiferencia de tipo inglesa, que lo caracteriza. Un cero en la nada, ni siquiera a la izquierda, es nuestro presidente, que no intenta entender lo que el pueblo necesita, porque está ocupado en acrecentar sus riquezas, utilizando el cargo que le prestaron por 4 años.

 Tampoco se puede negar que el plan de ataque contra Venezuela, está finamente diseñado y estratégicamente aplicado.  Empezaron por la economía y manipulando el signo monetario, hicieron que los sueldos se diluyan  como la sal en el agua. Al mismo tiempo, fueron sacando del mercado los alimentos básicos y los van soltando en dosis, procurando desesperar a los hombres y mujeres que se angustian por adquirirlos, distorsionando la psiquis colectiva. No existe ningún rubro, o actividad económica que no haya sido afectada. Hay que destacar que el efecto creado en la sociedad venezolana es cuidadosamente manipulado y magnificado. Por ejemplo: la mayonesa (Solo por nombrar un producto) es desterrada de los estantes del comercio, pero aparece ofrecido por los mercenarios del comercio bachaquero, con un sobre precio grotesco.  Y para impedir que el pueblo pueda  hacer su propia mayonesa casera, aplican el mismo plan con los huevos y el aceite de comer  y todos se convierten en rehén de las mafias estafadoras de los pseudos empresarios parásitos Y no es que hacen eso tan sólo para obtener el poder. Una vez logrado el objetivo de estrangular la economía van a los más íntimo del hogar. Por ejemplo: el gas domestico, para afectar el último detalle luego de la odisea para obtener los alimentos.  Las empresas de servicio de venta de los cilindros de gas, tanto privadas, como oficiales, inventan  excusas para no despachar el servicio al domicilio en el tiempo prudente. Se tardan hasta tres meses. Debo decir que hay parte de culpa en el gobierno venezolano, cuando  permite la impunidad de los actores empresariales y de  la embajada del crimen organizado residente en USA.  Pero, son necesarias duras decisiones, contra los culpables. 

Ya es público y notorio, que desde Estados Unidos, se diseñaron estos ataques en contra del país y su pueblo.  Pero lo único que se hace es denunciar y pedir respeto al enemigo. Pero todo tiene un límite, la paciencia, la dignidad y el coraje, también. Si sabemos que el centro de la actividad contra Venezuela está en la embajada de estados Unidos, es tiempo de cerrarla. Así los acusen de  dictadura, o de lo que sea. Sólo se deben aplicar la ley y la justicia. Cuando logren debilitarlos, será muy tarde. Hay que entender que no es asunto de un hombre o de un equipo, sino de las mayorías del pueblo, que quieren más energía y acción. No les pidamos sacrificios  mientras el enemigo queda impune.  El enemigo ataca y vierte la sangre de sus líderes. Quedarse en retóricas no es suficiente, porque  el respeto se gana, no se implora. Confío en el presidente Maduro, en que comprenda que el  imperio no juega y que no cejará en su intención de robarse todo. Confío  en que entenderá que a ese enemigo no le importan sus vidas. Por lo tanto hay que actuar, con un pueblo armado, organizado y fuerte. No cometer el error de Salvador Allende, que tratando de evitar que su pueblo sufriera, lo dejó  sin armas para defenderse y los encontraron débiles e indefensos frente a sus verdugos…
normaef10@hotmail.com



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