Por Norma Estela Ferreyra:
Antiguamente, cuando Roma tenía el poder bélico sobre los
demás países, extendió sus dominios, mediante ejércitos mercenarios que podían
enriquecerse saqueando los tesoros de los pueblos vencidos. Los sobrevivientes
eran convertidos en esclavos y dominados por el látigo.
Más tarde, fueron los mal llamados conquistadores españoles,
ingleses, franceses, etc. quienes cruzaban los océanos con propósitos
sanguinarios y crueles, logrando someter
con el hierro de sus espadas, nada menos que a tres grandes imperios en estas
tierras, provocando la muerte de noventa millones de nativos originarios, que
vivían en un paraíso natural llamado Abia Yala y que los invasores cambiaron
por otro nombre, que es América.
Nuestros pueblos jamás se rindieron, de allí que fueron casi
exterminados. No defendían su tierra, ya que para ellos, no tenía dueños y no
era de su propiedad, pero sí defendieron su honor y su libertad. Durante cuatro
siglos, lucharon por su dignidad y sus tradiciones. Nunca otro pueblo del
planeta, resistió tanto tiempo una invasión tan poderosa y criminal, sin
rendirse. Estamos orgullosos de nuestros pueblos originarios, que prefirieron
el holocausto más largo y doloroso, sin entregarse. Los invasores, debieron
traer al continente, a la raza negra esclava, para que hiciera los trabajos más
duros, ya que los indígenas, como ellos los llamaban, no se sometían por
ninguna causa.
Luego de cuatro siglos, cuando ya quedaban pocos
originarios, que eligieron las montañas y los lugares alejados, para vivir, ya
no tuvimos un continente sino partes del mismo, ocupadas ´por los invasores
ingleses, portugueses, españoles y otros menores. El Norte de América, sometió
económicamente, con el tiempo, a los todos los otros países americanos y del
mundo, para que una Elite reducida, disfrute de los placeres de la riqueza.
En el siglo XX, los invasores esclavistas desataron guerras
mundiales de exterminio, planificadas en su deseo de dominio globalizado. Se usaron armas poderosas, como
la bomba atómica. No obstante, los países sobrevivieron contrayendo deudas
económicas, con sus propios vencedores, para reconstruir sus ciudades. Y así,
la esclavitud cambia el látigo y el trabajo forzado, por deudas que los
gobiernos nunca podrán pagar, transfiriendo la explotación del hombre a los propios
gobernantes de esos países deudores, que se vieron obligados a reducir los
gastos del Estado, para intentar cumplir con deudas contraídas, tras esa dos
guerras infames y despiadadas. Las enfermedades y la miseria generalizada,
hicieron el resto.
Y llegamos al siglo XXI, creyéndonos algunos, civilizados y
libres. Sin embargo, eso no es cierto, porque desde el Norte de nuestro
continente, hoy siguen tratando de esclavizar al resto de América y del mundo.
Allí se instaló el Poder económico de
Wall Street y por si fuera poco, tomaron
el Congreso de EEUU como Sede de decisiones del Orden mundial, junto a Londres
e Israel, los que tratan de someter, juntos con la Unión Europea, a otros
pueblos, que no necesitan claudicar favores económicos, porque poseen riquezas
y dignidad, como Corea del Norte, Irán, Siria, etc. y que también están
dispuestos a morir, antes de ser esclavos y
lucharán hasta su último hombre.
Pero el planeta ya no resiste. Sus aguas, su energía, sus
productos alimentarios, no dan abasto ante la ambición desmedida de esos
invasores que cambiaron de tácticas y de
armas, pero no de ideas. El poder en este siglo, se basa en producir
sofisticadas armas para la guerra, en el endeudamiento económico de los países
que ellos llaman del subdesarrollo y donde existe la necesidad de contraer
deudas para subsistir. Pero no sólo eso, existe la necesidad de un exterminio
mundial y general de la humanidad, ante las pocas reservas del Planeta y frente
a la superpoblación. Y quieren lograrlo a través de la industria farmacéutica y
alimenticia, preparada con químicos para matar en masa, con productos vegetales fumigados con glifosato,
con aguas contaminadas con arsénico, entre otros venenos, gaseosas zero, con
aspartamo, pastillas para mosquitos, lámparas bajo consumo con aluminio, etc,
etc.
Hay 144 países reconocidos por la ONU contando con el Estado
del Vaticano, pero sólo 9 países son soberanos y no dependen de los bancos
Internacionales de Préstamos, que esclavizan al mundo, produciendo bajas de
salarios, carencias de alimentos, en la
salud, la educación y en los recursos necesarios para vivir con
dignidad. Precisamente, en esos 9 países, quiere poner sus garras el Poder
Mundial, neoliberal, sionista y criminal, del cual hablamos antes. Esto es
fácil de probar, no bien sepamos sus nombres: Rusia, China, Iceland, Cuba,
Siria, Irán, Venezuela, Corea del Norte y Hungría. Pero tan sólo son 3 los
países sin ningún tipo de vínculo con la dinastía; Corea del Norte, Irán y
Cuba. Por eso, todos los medios informativos,
arremeten con mentiras programadas para
dar aval a sus guerras contra esos 9
países soberanos e incluso, lograr que participen otros países aliados o
dominados, en esas infamias, a cambio de recibir apoyo en el mantenimiento de
sus pseudo democracias. Algunos, como el Presidente Mauricio Macri les entrega
todo lo que ese Poder Sionista pida, con tal de que lo mantengan en la
presidencia, a como dé lugar, para acrecentar sus negocios. Su docilidad frente
a los poderosos lo lleva a desautorizar y a criticar al hermano país de
Venezuela, con todo el énfasis que puede sacar a relucir dentro de su
indiferencia de tipo inglesa, que lo caracteriza. Un cero en la nada, ni
siquiera a la izquierda, es nuestro presidente, que no intenta entender lo que
el pueblo necesita, porque está ocupado en acrecentar sus riquezas, utilizando
el cargo que le prestaron por 4 años.
Tampoco se puede
negar que el plan de ataque contra Venezuela, está finamente diseñado y
estratégicamente aplicado. Empezaron por
la economía y manipulando el signo monetario, hicieron que los sueldos se
diluyan como la sal en el agua. Al mismo
tiempo, fueron sacando del mercado los alimentos básicos y los van soltando en
dosis, procurando desesperar a los hombres y mujeres que se angustian por
adquirirlos, distorsionando la psiquis colectiva. No existe ningún rubro, o
actividad económica que no haya sido afectada. Hay que destacar que el efecto
creado en la sociedad venezolana es cuidadosamente manipulado y magnificado.
Por ejemplo: la mayonesa (Solo por nombrar un producto) es desterrada de los
estantes del comercio, pero aparece ofrecido por los mercenarios del comercio
bachaquero, con un sobre precio grotesco.
Y para impedir que el pueblo pueda
hacer su propia mayonesa casera, aplican el mismo plan con los huevos y
el aceite de comer y todos se convierten
en rehén de las mafias estafadoras de los pseudos empresarios parásitos Y no es
que hacen eso tan sólo para obtener el poder. Una vez logrado el objetivo de
estrangular la economía van a los más íntimo del hogar. Por ejemplo: el gas
domestico, para afectar el último detalle luego de la odisea para obtener los
alimentos. Las empresas de servicio de
venta de los cilindros de gas, tanto privadas, como oficiales, inventan excusas para no despachar el servicio al
domicilio en el tiempo prudente. Se tardan hasta tres meses. Debo decir que hay
parte de culpa en el gobierno venezolano, cuando permite la impunidad de los actores
empresariales y de la embajada del
crimen organizado residente en USA.
Pero, son necesarias duras decisiones, contra los culpables.
Ya es
público y notorio, que desde Estados Unidos, se diseñaron estos ataques en
contra del país y su pueblo. Pero lo
único que se hace es denunciar y pedir respeto al enemigo. Pero todo tiene un
límite, la paciencia, la dignidad y el coraje, también. Si sabemos que el
centro de la actividad contra Venezuela está en la embajada de estados Unidos,
es tiempo de cerrarla. Así los acusen de
dictadura, o de lo que sea. Sólo se deben aplicar la ley y la justicia.
Cuando logren debilitarlos, será muy tarde. Hay que entender que no es asunto
de un hombre o de un equipo, sino de las mayorías del pueblo, que quieren más
energía y acción. No les pidamos sacrificios
mientras el enemigo queda impune.
El enemigo ataca y vierte la sangre de sus líderes. Quedarse en
retóricas no es suficiente, porque el
respeto se gana, no se implora. Confío en el presidente Maduro, en que
comprenda que el imperio no juega y que
no cejará en su intención de robarse todo. Confío en que entenderá que a ese enemigo no le
importan sus vidas. Por lo tanto hay que actuar, con un pueblo armado,
organizado y fuerte. No cometer el error de Salvador Allende, que tratando de
evitar que su pueblo sufriera, lo dejó
sin armas para defenderse y los encontraron débiles e indefensos frente
a sus verdugos…
normaef10@hotmail.com
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