Por Julio Yao:
Ningún país está siendo sometido a tanta destrucción,
genocidio y crímenes de guerra ni se viola tan salvajemente el Derecho
Internacional como en Siria desde 2011.
Cuba fue invadida en 1961, bloqueada, sancionada y enviada
al ostracismo desde entonces, y a su presidente intentaron asesinarlo.
Sin embargo, a Cuba no le arrasaron ciudades ni
instalaciones de petróleo, como tampoco sus habitantes fueron tomados como
rehenes, decapitados fríamente bajo los cómplices reflectores de Occidente como
tampoco sus mujeres fueron violadas y esclavizadas, tal como sí lo han hecho en
Siria.
Venezuela ha sido bloqueada, expropiada y sancionada,
sometida a una avanzada guerra tecnológica; amenazada de intervención militar
aunque nunca invadida, y su presidente fue víctima de atentado con drones.
A Venezuela, EEUU le robó la empresa de petróleo CITGO, así
como (con el Reino Unido) miles de millones en oro, en tanto que las sanciones
han ocasionado la muerte de miles por el bloqueo a medicamentos y un daño
estimado en 20 mil millones de dólares en un año.
Con desparpajo y sin ruborizarse, Donald Trump ha hecho esta
confesión que lo desnuda: “Nos vamos a quedar con el petróleo (de Siria),
recuérdenlo. Queremos quedarnos con el petróleo. US$45 millones por mes".
¡Y se lo quedaron!
Están extrayéndolo de los pozos de Siria, que no puede comprarlo en
dólares porque está bloqueada. Pero como
Trump no admite límites a su gula, sanciona tanto a los barcos iraníes que
trasiegan petróleo a Siria como a la empresa rusa Rosnef que acarrea petróleo
de Venezuela.
Tanto Cuba como Venezuela han sido sometidas a una
satanización, pero a ninguna, como en Siria, la han acusado de asesinar a sus
habitantes con armas químicas por denuncias de los Cascos Blancos (inteligencia
británica) jamás sustentadas y siempre desmentidas.
En ninguna otra parte, los invasores han tomado a sus
pobladores como escudos humanos. Habría
que remontarse ochenta años, pero incluso Vietnam y la RPD de Corea no
sufrieron tales vejámenes ni fueron víctimas como Siria de la falsa “guerra
contra el terrorismo”.
Pero si en Vietnam EEUU actuó solo, en Siria EEUU llegó acompañado por potencias
europeas, del Medio Oriente y de hordas
de la peor calaña, salidas de los guetos de sus decadentes ciudades y depauperados pueblos, llámense EU, Reino Unido, Francia, Alemania, Turquía,
Arabia Saudita, Israel, Estado Islámico, Frente Al Nusra o Al Qaeda.
Desde su invasión en el 2011, Siria ha sido arrasada por
ejércitos mercenarios, piratas y forajidos con corbata, hienas sin
nacionalidad, sicarios disfrazados de contratistas y científicos, terroristas
de toda laya y espías de las más importantes capitales de Occidente. Es como si sobre Siria se hubiese volcado el
estiércol, la basura más inmunda de la historia.
¿Qué se le perdió a Erdogan en Siria, aparte de su identidad
histórica? El presidente de Turquía delira en sueños de opio, y sus ilusiones
de grandeza le hacen revivir al Imperio Otomano y a Kemal Ataturk, pero es
preciso despertarlo: la Hermandad
Musulmana a la que responde no puede administrar ningún país desde una óptica
fanática y violenta. Lo más importante,
empero, es que, ¡Turquía no tiene derecho a ocupar un milímetro de territorio
sirio!
Ciertamente no para protegerse de ataques desde la frontera
o eliminar a supuestos terroristas, salvar a desplazados de la guerra o impedir
que extraños se adueñen de territorio sirio.
Es justamente la ambición territorial y la violación de los Acuerdos de
Sochi por parte de Turquía lo que ha provocado el caos y la desestabilización
en Siria.
Con una población de unos 22 millones de habitantes, Siria
ha sufrido más de 500,000 muertos, 1.9
millones de heridos y 5 millones de refugiados por la destrucción, el hambre y
el terror que se han volcado sobre este hermoso país que, no obstante, lucha
con la bandera enhiesta de su patriotismo ejemplar.
En cambio, EEUU tuvo únicamente 50,000 muertos en la Segunda
Guerra Mundial y 58,159 en la Guerra de Vietnam, lo cual significa que Siria
tuvo cinco veces más muertos en nueve años que EU en las dos guerras
juntas. ¡Un verdadero holocausto!
Se calcula que a Siria le tomará 30 años reconstruir el
país. Pero en 1950-53, cuando EU arrasó
completamente a Piongyang, capital de Corea, también sus generales aseguraron
que les tomaría 7,000 años reconstruirla, pero los coreanos lo lograron en 7.
Sin embargo, el martirologio y la lucha del pueblo sirio
bajo la conducción valerosa de su presidente Bashar al-Assad han sido silenciados
en Occidente.
Con ayuda solidaria y legítima de Rusia, Irán, Irak y el
Hezbollah libanés, Siria está librando batallas decisivas para liberar su
territorio de la ocupación extranjera.
Sin alardes de ninguna especie y con una humildad digna de
toda alabanza, el pueblo sirio libra una batalla por la libertad, lo que en
esta etapa de la Historia significa la verdadera defensa de la humanidad.
Analista internacional y ex asesor de Política Exterior
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