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martes, 26 de junio de 2018

¿Por qué los gringos están tan apurados en tumbarnos?


Por  Juan Martorano:
En estos tiempos de Campeonato Mundial de Fútbol, el mismo ha constituido en una especie de distracción de una serie de eventos de impacto para nuestro país: La economía continúa moliendo cual trapiche el poder adquisitivo de la familia venezolana; Mike Pence despliega su tercera gira en menos de un año a la región suramericana, y en su despedida del mando, Juan Manuel Santos pretende generar todas las condiciones para que su sucesor en la Presidencia de la República de Colombia, Iván Duque, despliegue todo un conflicto bélico en contra de Venezuela, en su debut como nuevo miembro de la OTAN.

Evidentemente, ante el despliegue de toda esta andanada y de todas las agresiones que durante un poco más de cinco años hemos sufrido, de afectar de tal manera nuestra cotidianidad, pudiera a veces nublársenos la visión, y que perdamos la perspectiva de la luz que pueda encontrarse a final del túnel.

Necesariamente, y pese a estos escenarios de dificultades por el que nos ha tocado atravesar, por las que estamos pasando, y por las que sin duda y un buen tiempo debemos continuar atravesando y viviendo, debo citar las mismas palabras de aquel Hugo Chávez recién salido de la cárcel de la dignidad de Yare, y en plenos recorridos en las catacumbas de nuestro pueblo, y recogidas en ese extraordinario medio del Partido Comunista de Venezuela, como lo es Tribuna Popular, cuando éste, en 1996 señaló: “No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”.

Ciertamente estos últimos cinco años han sido verdaderamente complejos, duros y difíciles, y muy particularmente el año 2016, el cual pudiéramos catalogar como el año fiscal y económico más duro de la era post Chávez que le ha tocado dirigir a Nicolás Maduro. Pero luego de superada la tormenta, hay elementos del entorno que pueden actuar a nuestro favor, de manera de hacer que la situación por la que atraviesa la República Bolivariana de Venezuela sea menos gravosa.

Fue sin duda en ese complejo año 2016, cuando el mismo compañero y hoy Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Álvaro García Linera esbozó la tesis de la nueva oleada de gobiernos progresistas y revolucionarios que está a punto de regresar a nuestra Patria Grande. Ese elemento y ese “viento de cola” que se aproxima, debemos saberlo aprovechar.

Le ha tocado a la heroica Venezuela, patria de hombres y mujeres vergatarios, y la de Bolívar y Chávez, hombres probados en mil batallas y dificultades, resistir y continuar siendo faro de procesos emancipadores y de liberación nacional en buena parte del mundo. A veces luchando contra los  “molinos de viento”, cual quijote.
Y todo el nuevo desencadenante histórico de las nuevas victorias por obtener fueron gracias a esta heroica Patria, cuna de libertadores de América, y para muestra un botón.

Terribles errores de sectores fascistas, el terrible rechazo que sus acciones terroristas lograron granjearse la repulsa de su propia base social, y la primera campanada se le propinó con la elección de los 545 integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente. Evidentemente, este fue el disparador de las nuevas victorias por venir en lo sucesivo.

Posteriormente a ello, tres meses después, las fuerzas de la revolución obtenían un triunfo importante en las elecciones regionales para la elección de mandatarios y mandatarias en los diferentes estados. La Revolución obtuvo una victoria en buena lid, y constituyo un elemento rearticulador y reagrupador del chavismo como fuerza político- social- electoral del país, luego del traspié sufrido durante las parlamentarias del 6 de diciembre de 2015.

No conforme con ello, y luego del error político garrafal de que importantes sectores políticos vinculados con la oposición decidieron ceder espacios, se obtiene una importante victoria en las municipales de diciembre de 2017, donde el chavismo se alzó con 308 de 335 alcaldías en disputa.

Y recientemente, el 20 de mayo de 2018, Nicolás Maduro resultó ratificado como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela por el sexenio 2019-2025, además de lograr mayoría en los 23 Consejos Legislativos estadales que hay en nuestro país.

Pero, dos años antes, en Nicaragua, Daniel Ortega junto a su esposa y compañera a la vicepresidencia de la tierra de Sandino, Rosario Murillo, fue ratificado por cinco años más, y con más del 72% de los votos válidos emitidos por los que participaron en dicha contienda electoral. Por lo que los triunfos que a lo interno se han obtenido en Venezuela, forman parte de la disputa que a nivel continental se está dando en estos instantes.

Pese al triunfo de Duque en Colombia, lo cual estaba dentro de los cálculos; las posibilidades de que Andrés Manuel López Obrados, y el Movimiento de Renovación Nacional (MORENA) obtengan un contundente triunfo en la elección presidencial en los Estados Unidos Mexicanos, hacen presagiar un cambio de aire y de la llegada de nuevos tiempos revolucionarios en la patria de Emiliano Zapata y Pancho Villa.

Tres meses después, y si todo sale bien, las posibilidades de que la clase obrera vuelva a ser inquilina en la casa de Planalto, en el Brasil de José Carlos Prestes y de la mano de Luis Inacio Lula Da Silva, hacen presagiar un nuevo cambio de fuerzas favorable para la izquierda y fuerzas progresistas en el continente.

Pese a que no está en nuestras latitudes y su gobierno no pueda ser considerado propiamente de izquierda, el triunfo de Recep Taiyip Erdogan, segundo país con potencia militar de la OTAN, y aliado de Venezuela, es otro elemento que puede favorecer al Gobierno Bolivariano que encabeza Nicolás Maduro.

Quedan de cara a estos cambios en esta correlación de fuerzas, las elecciones generales a celebrarse en Argentina y Bolivia. En el caso del primero, y si el paro en ese hermano país no echa primero a patadas al empresario que amenaza con matar de hambre con sus políticas neoliberales a la clase trabajadora de ese país, como lo es Mauricio Macri, todo indica que la compañera Cristina Fernández volverá a ser la inquilina de la Casa Rosada de Buenos Aires. En el caso de Bolivia, la reelección del compañero Evo Morales es prácticamente un hecho.
Se configuran, a mi parecer, todas las condiciones para unir verdaderamente a nuestros pueblos y de retomar el crecimiento social y económico obtenido durante la década pasada. Pero también esperando que se pueda aprender de los errores cometidos para que nuestro socialismo suramericano adopte la senda de la irreversibilidad y del no retorno.

Evidentemente, por ello los halcones del Departamento de Estado, del Pentágono y los energúmenos que representan la administración Trump, planifican, ejecutan y despliegan acciones desesperadas para tratar de truncar el proceso y el Gobierno Bolivariano. Evidentemente en la medida en que esta correlación de fuerzas de los pueblos se vaya concretando, las acciones desesperadas del imperio aumentarán y pudieran tornarse más peligrosas.

No podemos obviar el denunciado plan “Golpe Maestro” denunciado por la periodista argentina, Stella Calloni y el propio presidente Evo Morales, aunado con algunas denuncias de la denominada “Operación Armagedón”, donde se trata de captar algunos de oficiales y efectivos militares a fin de promover un Golpe Militar en contra de Nicolás Maduro. En caso de que esta fase del plan fracase (como hasta ahora ha sido) buscar y generar las condiciones para la conformación de una fuerza multinacional liderada por el gobierno de Estados Unidos, a fin de impulsar una acción armada e invadir Venezuela para saquear sus inmensas riquezas.

Es esa la principal contradicción a atender y parte del llamado que ha formulado el Presidente de la República y Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, Nicolás Maduro, durante los 197 años de la Conmemoración de la Batalla de Carabobo y día del Ejército Bolivariano.

Estos, pudieran constituir alguno de los indicios de las arremetidas, agresiones multidimensionales y multiformes que sufrimos, y del por qué en estos instantes los gringos aceleran los planes para tumbarnos.
Además de la resistencia que indudablemente debemos tener, también es muy importante que aprovechemos los momentos para pasar a la ofensiva y de aprovechar las condiciones que nos favorezcan y no desaprovechar las oportunidades. Como en el beisbol y el futbol, el que no aprovecha para hacer carreras y convertir goles, se lo hacen.

He ahí la cuestión
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡SOLO EL PUEBLO EJERCIENDO el PODER POLÍTICO REVOLUCIONARIO, SALVA EL PUEBLO! ¡Revolución Socialista o Nada! ¡El SOCIALISMO se Conquista Peleando Contra el CAPITALISTA Explotador!
¡Hasta la Victoria Siempre! ¡Venceremos!
jmartoranoster@gmail.com

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