Por Jorge Antonio Hernández García:
La República Dominicana fue donde pisó Colón en su viaje
interventor de nuestros pueblos y la llamó Hispaniola. Aquí fundaron la primera
ciudad de América, llamada La Isabela. Nuestros aborígenes, que se calculan
eran unos 3 millones, que vivían en tranquila paz, en la isla que ellos
llamaban Babeque, dividida en 5 cacicazgos, recibieron a los invasores
españoles como hermanos y pronto éstos, con un cura por delante llevando la
cruz en alto, comenzaron lo que sería la matanza más cruel que se haya
conocido, así como el contagio de enfermedades nunca vistas en esta paradisíaca
isla.
En solo 60 años exterminaron a casi todos nuestros
aborígenes taínos (en el censo de 1655 solo quedaban 50), ya sea porque lo
picaban con el hacha o el machete para echar sus cuerpos destrozados a los
perros amaestrados para atacar personas que trajeron, ya sea porque los taínos
decidieron morir agachado debajo de un árbol por la tristeza de aquella
invasión tan cruel, ya sea porque los embarcaron como esclavos a la España
invasora.
Desde ese momento parece que la desgracia nos hechizó y nos
trajo toda clase de calamidades en los siglos XVI; XVII y XVIII. Ya, al final
de la primera parte del siglo XIX, había una clase pensante, descendientes de
españoles y esclavos, o españoles solo o esclavos solos, que comenzaron a darse
cuenta de que no tenían Patria propia, como había sucedido con Haití, en 1804,
primera nación negra y de toda América que se independizó de Francia y por
tanto del esclavismo cruel a que los tenían sometidos, el ejemplo de Bolívar en
Sur América y otros países que ya, para la década de 1840, de ese siglo, se
habían independizado.
Fue así como los que hoy son nuestros Padres de la Patria,
formaron la agrupación filantrópica LA TRINITARIA en 1838, obra de nuestro
Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, para difundir los ideales de
independencia en toda la isla, principalmente en la ciudad de Santo Domingo,
capital de la República y en 1844, con el trabucazo, como se le conoce en la
historia, tirado por Matías Ramón Mella, en La Puerta del Conde, terminó la
dominación haitiana que nos habían invadido en 1822.
El tercer Padre de la Patria, Francisco del Rosario Sánchez,
el más joven de los tres, murió fusilado entrando por Haití, el 4 de julio de
1861, dejando a la posteridad su famosa frase:
"Para enarbolar el pabellón dominicano fue necesario
derramar la sangre de los Sánchez, para arriarlo se necesita también la de los
Sánchez" y esta otra en su ingreso por el país invasor, Haití, como
para disipar las dudas:
“Entro por Haití, porque no puedo hacerlo por otra parte,
pero si alguien preguntase por mi nombre, decidle que yo soy la Bandera
Nacional”.
El líder principal, quien hasta vendió su casa para poner el
dinero a favor de la Trinitaria, lo fue, como ya dijimos, Juan Pablo Duarte,
quien murió en Caracas, Venezuela, en 1876. De un hombre que hasta en Europa
estudió, de donde se insufló de las nuevas ideas libertarias de Francia e
Italia, culminó sus días en un barrio de Caracas, en la más cruel de las
miserias, vendiendo velones y velas, en una casita que creo aún está en pie.
En 1863, nuevamente, un hasta esa fecha héroe militar de la
independencia, Pedro Santana, quien había ganado varias batallas a las tropas
haitianas, anexó la isla a España y ese hecho produjo otro episodio glorioso de
los que ya usaban el gentilicio de dominicanos, por la proclamación de la
República el 27 de febrero de 1844: la guerra de la Restauración, comandada por
el egregio militar puertoplateño, Gregorio Luperón, expulsando a los españoles
justo para la fecha de la muerte de nuestro Patricio en Venezuela.
Finalizada la guerra
de la Restauración, vivimos una corta época de tranquilidad con varios
gobiernos, pero luego, de pronto surgió una dictadura que concluyó en 1899, en
la ciudad de Moca, con la muerte en una emboscada, de Ulises Hereaux (Lilí),
quien cayó fulminado por una bala disparada por un patriota en la ciudad de
Moca, en 1899.
En 1916 nos invaden los EEUU, con la excusa de cobrarse una
deuda a través de las aduanas y solo abandonan la isla en 1924, dejando formado
un represivo Ejército Dominicano, de donde saldría la próxima dictadura, a
través de unas elecciones amañadas por el personaje que comenzó a gobernar el
país.
Es así como a partir de 1930 surge esa dictadura cruel, que hacía
pagar a toda una familia, si alguno de ellos manifestaba su desacuerdo con la
dictadura. Ese hombre que ocupó la presidencia de la República Dominicana con
mano de hierro fue el General del Ejército, Rafael Leónidas Trujillo Molina,
llamado el JEFE, quien convirtió a la isla en su finca personal y que murió,
camino a su casa, en otra emboscada cuando se trasladaba en su automóvil, a su
casa de San Cristóbal, un 30 de mayo de 1961, de manos de militares que
tuvieron el coraje, por los abusos que contra ellos cometió el JEFE, matando
inclusive a un hermano de uno de los complotados, de salir de esa cruel
dictadura.
En 1963 gana las primeras elecciones democráticas el Prof.
Juan Bosch y por haber descubierto que el gobierno de John Fitzgerald Kennedy
había ordenado a un grupo de militares prepararse en campamentos del lado de
nuestro país para invadir Haití, fue derrocado a los 7 meses de gobierno y este
hecho nos trajo, como consecuencia, un gobierno represor llamado el
Triunvirato, a la cabeza del cual estaba un personaje muy oscuro, perteneciente
a los empresarios, llamado Donald Reid Cabral, quién terminó gobernando solo y
fue sacado del poder por una revuelta cívico militar el 24 de abril de 1965,
derivando aquella revuelta en lo que hoy conocemos como la Guerra Patria.
El 28 del mismo mes y año nos invaden las tropas yanquis,
con la excusa de que los que participaron en esa revuelta, estaban dirigidos
por comunistas entrenados en Cuba y con el beneplácito, como siempre, de la
Organización de Estados Americanos (OEA), enviadas por el entonces presidente
de los EEUU, Lindon B. Jhonson y solo salen de nuestro lar sagrado, en
septiembre del mismo año mediante un armisticio firmado con los Patriotas
comandados por el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.
De esta intervención militar derivó el gobierno del Dr.
Joaquín Balaguer en 1966, quien duró en la presidencia 12 años, siguiéndole un
gobierno del PRD (Partido Revolucionario Dominicano), al cual el pueblo le hizo
una poblada, por ajustes a los precios de todos los alimentos, aprovechando una
semana santa, dejando como saldo más de 300 muertos en nuestras calles.
Volvió Balaguer a gobernar en 1984 hasta 1996, cuando tuvo
que recortar su mandato en dos años, por la presión popular, decidiendo este
gobernante apoyar al candidato señalado por el Partido de la Liberación
Dominicana (PLD), fundado en 1973 por el Prof. Juan Bosch. Leonel Fernández
Reyna gobernó hasta el año 2000, en el cual volvió a la presidencia el PRD y
por su gobierno desastroso de cuatro años, donde la tasa del dólar se disparó
desde los 16 pesos dominicanos que costaba, hasta los 55 pesos dominicanos,
aumento que disparó, en cuestión de días todo cuanto se usara en mi país, sea
que se comprara con dólares o no, como lo vemos en Venezuela en la actualidad.
Volvió al poder Leonel Fernández, que gobernó desde el 2004
hasta el 2012, período donde hubo un acomodo de la economía, bajando
considerablemente esa tasa del dólar perniciosa, que a tantos comerciantes
afectó, llevando a muchos (es mi caso) a la quiebra.
A partir del 2012 asciende al poder otro peledeísta, el Lic.
Danilo Medina que gobernará hasta 2020, fecha en la cual vaticino, sin lugar a
dudas, que volverá a gobernar la Patria de Duarte y Juan Bosch, el Dr. Leonel
Fernández Reyna, Presidente del Partido de la Liberación Dominicana.
Como ven hoy vivimos en el oscuro laberinto del
neoliberalismo capitalista y aún no asoma un líder de la talla del Profesor,
que nos haga volver a ver la luz en el túnel de la política. Lo que, si sé, por
lo que me dice la historia, que, en algún momento, surgirá un Manolo Tavárez
Justo, líder del Movimiento Revolucionario 14 de junio (1J4), muerto fusilado
en las montañas de Quisqueya o un Caamaño, líder de la Guerra Patria, fusilado
también en nuestras montañas, donde ambos, el primero en 1963 y el segundo en
1973, trataron de iniciar la liberación de la Patria que tantos dominicanos
anhelamos. De que surgirá un líder que retome la bandera de estos héroes,
incluyendo al Profesor Juan Bosch, estoy convencido como estudioso de las
fuerzas que mueven los acontecimientos sociales.
jorgehernandez4508@gmil.com
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