Por SERGIO ORTIZ:
Necesitamos esas cuatro cosas. Según la capa o clase social
a la que pertenezcamos, una será prioritaria. Para vivir dignamente se precisan
todas: las tres primeras tienen que ver con la democracia y la otra con
ingresos.
Aunque la pandemia haya bajado algunos puntos su furia
homicida, sigue causando dolor y muerte en Argentina. Les comenté que estaba
internado y entubado un querido camarada, Jorge Watts, sobreviviente de El
Vesubio, fundador de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos e integrante
de Memoria Abierta. Guardaba esperanzas que sobreviviera como a la patota
criminal de “El Francés” Cajibío. No fue así. Raúl Watts, su hijo, me informó
el miércoles 3 que su padre había muerto ese mediodía.
Me invadió una tristeza total y pude comprender mejor la angustia de los compatriotas que han perdido a uno de los suyos a manos del coronavirus.
Si bien el frente de la pandemia no es el único, es el
sanitario más importante. Y estamos mejor para enfrentarlo con Carla Vizzotti
al frente de un ministerio que con Adolfo Rubinstein en otro degradado a
secretaría. Ya se contabilizan 4 millones de vacunas arribadas a Ezeiza desde
Rusia, China e India, esta última a cuenta de AstraZeneca; y hay un millón de
vacunados.
¿Qué no es suficiente? Sí. Y esto supone una crítica a los
errores y demoras en la vacunación, más el caso de gente cercana al gobierno
nacional y gobernadores variopintos que se salteó turnos. Se reanudaron las
clases presenciales y no todos los docentes y auxiliares estaban vacunados. Ni
siquiera todo el personal de Salud había recibido su dosis, como reveló la
muerte de dos médicos en la Ciudad de Buenos Aires, algo que los medios
hegemónicos no destacaron por el blindaje que hacen de su precandidato Horacio
Rodríguez Larreta. Si hubiera sido en los pagos de Axel Kicillof, era un
escándalo…
Salud no se agota en las vacunas. Comprende la vuelta a
clases presenciales que pareció imprudente del modo como fue resuelto, en un
error inducido por CABA, pero adoptado por Nación. También este capítulo
requiere una mejora sensible de los salarios de médicos y personal sanitario.
Siguen percibiendo haberes básicos por debajo de la Canasta Básica Total para
una familia tipo, de 55.000 pesos, y creen compensarlos con unos bonos o
“curitas”.
Y también supone que la policía no reprima como en la
Formosa feudalidad de Gildo Infra, hábil en presentar los horrores propios como
inventos de caciques alquilados por el macrismo, tipo Félix Díaz, o movidas de
la oposición, que por supuesto existen. Allí hay violencia institucional y
represiones policiales que deben ser repudiadas, más en vísperas del 24 de
marzo, Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia.
Justicia inexistente
El discurso presidencial del 1 de marzo tuvo un capítulo
referido a la “Justicia”. Alberto Fernández abandonó en ese lapso su tipología
de tibio “profesor de Derecho Penal, hijo de juez” para asumir la primera
magistratura, y hablar alto y claro sobre irregularidades de ese poder.
La Corte Suprema recibió su piña, como el fiscal Stornelli,
la doctrina Irurzún, los per saltum y otras inequidades de quienes se sienten
monarcas habitando los Palacios. Fueron acusaciones políticas muy graves, como
que la Corte habita en los márgenes de la República, parecido a decirle que
vive en una República bananera, en este caso sojera.
El viernes 5 vino el golpe de gracia a ese poder injusto,
con la requisitoria que prestó la vicepresidenta en la causa “dólar futuro”. De
lo que menos habló Cristina fue del dólar. El núcleo fue recriminar a esos
camaristas, personificados en el titular de la Sala 1 de esa Cámara de
Casación, Antonio Petrone, fabricar estas causas mediante la guerra jurídica o
lawfare. Con ese mecanismo, dijo la acusada que acusaba, se favoreció al
gobierno de Mauricio Macri. Fueron cómplices de la política de entrega y feroz
endeudamiento externo entre 2015-2019, castigó.
Lo más probable es que Cristina, Kicillof y Miguel Pesce
sean absueltos en esta causa tan floja de papeles que hasta mediáticos de la
oposición, como Carlos Pagni, dijeron que fue un error haberla generado con
denuncias de Mario Negri y Federico Pinedo.
Cristina tiene muchas causas, al punto que el finado Bonadío
la había citado en ocho un mismo día, en Comodoro Py. Y es un riesgo objetivo
que ese poder tan poco judicial quiera tomarse revancha con ella y sus hijos,
por las “deudas” viejas y también por la forma impecable con que les arrancó
las caretas el 5 de marzo.
Una omisión de la hábil declarante fue no haber traído a
colación la situación de su vicepresidente, Amado Boudou, preso político que
cayó bajo el fuego enemigo, sin fuero, o como Julio De Vido, que fue despojado
del mismo y detenido. Esas omisiones le quitaron algo de humanismo a la
presentación de CFK, enfrascada en defender lo suyo. No cuadra con aquello de que
la “Patria es el Otro”, estimada vicepresidenta.
Las injusticias urdidas en Tribunales afectan a millones de
argentinos. En Córdoba hay un caso testigo, de la campesina Ramona de
Bustamante, de 94 años. Con su hijo trabajó durante años un campo que les
pertenece, pero la jueza de Deán Funes, Emma del Valle Mercado, ordenó
desalojarla en aras del agrobusiness y los hermanos Scaramuzza. Ya lo dijo el
Martín Fierro: “hace té amigo del juez, no le des de qué quejarse”.
Este grave problema no se soluciona con una queja ni un
discurso. La democracia viene siendo concesiva frente a una Corte Suprema que
ya en 1930 justificó el golpe de Estado en aras de la continuidad jurídica del
Estado.
La cosa es mucho más profunda que la mera existencia de un
fiscal Stornelli, un camarista Irurzún o un cortesano Rosenkrantz. No se
arregla sacando una manzana podrida porque en ese Palacio hay muy pocas sanas.
Habría que tomar la reforma judicial de CFK de 2013 y partir
desde esa base hacia una reforma total, a tono con una nueva Constitución:
elección ciudadana de los magistrados, mandatos acotados, Consejo de la
Magistratura con participación de gremios y organismos de DD HH, feministas,
etc., sueldos razonables y pagando impuestos.
Parar la olla
Si hacía falta algún elemento más sobre la necesidad de una
nueva ley de servicios de comunicación audiovisuales, tras la castración que
Macri y el grupo Clarín practicaron en 2015, la proporcionó de sobra la
reacción de esos medios concentrados sobre hechos de la semana.
Clarinete y sus 237 licencias de TV y radios, sus
socios-competidores de América, Telefé, Desinfobae, “Gaceta Ganadera”, etc.,
presentaron los discursos de AF y la vicepresidenta como una “agresión a la
justicia”, una violación a la división de poderes para favorecer la corrupción,
etc.
Son los mismos que hablaron de “infecta dura” por el
necesario Aislamiento Preventivo, que incitaron a la resistencia a vacunarse
porque “la Sputnik V era veneno”, hicieron banderazos en defensa de la vaciada
Vicentín y en contra del Aporte Voluntario y Extraordinario de las grandes fortunas,
etc.
Por eso las críticas del gobierno a las mayores maniobras de
Comodoro Py-Tribunales de Talcahuano incluyen este recordatorio: hace falta una
ley de medios. No podemos conformarnos con menos, como tampoco nos conforma que
Fox Sports Premium y TNT Sports nos pasen gratis un partido menor el sábado y
otro el domingo. ¿Pedir Fútbol para Todos es un reclamo comunista?
Parar la olla es la principal dificultad para millones de
compatriotas, con los ingresos decaídos o retrasados respecto a la inflación que
en el primer trimestre andará cerca del 12 por ciento. Comer un asado parece un
lujo asiático, porque sólo en carne se gastan 2.000 pesos para una familia de
5.
No hay noticias que se hubieran concretado multas a los 11 grupos concentrados de la alimentación intimados por la Secretaría de Comercio por aumentos desmedidos de precios y disminución de producción y abastecimiento.
¿Ni siquiera una multita desde 500.000 pesos hasta 10
millones se atreve el gobierno a ponerles a Mastellone, Fargo, Molinos, Aceitera
General Deheza, Danone y otros monopolios? ¿No querían generar sus críticas
justo en la puesta en escena del Consejo Económico y Social, el viernes 5,
presidido por el amigo de la embajada norteamericana, Gustavo Béliz?
Parte de esos monopolios que desabastecen y aumentan precios
fueron invitados de lujo en ese CES, como la UIA y Aceitera General Deheza.
Hacen pingues negocios contra el bolsillo de la gente y en simultáneo son
actores en ese Consejo que trataría asuntos de mediano y largo plazo. Eso es
maquillaje, cháchara o dicho en criollo, verso.
CFK confesó que “no podemos aumentarle a los jubilados porque estamos endeudados hasta acá”. ¿Y si probamos a la inversa? Se aumenta a los trabajadores y jubilados y suspendemos pagos de esa deuda fraudulenta con el FMI. No deben pagarla los abuelos, nosotros, hijos y nietos. Que Macri, Dujovne, Sandleris, Prat Gay, Peña y Bullrich, más Lagarde y Lipton, sean llevados a juicio y garpen.
ortizserg@gmail.com
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