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viernes, 31 de julio de 2020

Un ajuste salarial digno ya no espera por más tiempo…



 Por Iván Oliver Rugeles:
 Hay que apartar de las instancias de gobierno, a aquellos "asesores" que reiteradamente se han venido oponiendo a esa necesidad que el pueblo la reclama ya, como algo que no puede seguir siendo postergada, como lo es un ajuste salarial justo y suficiente.

Esa es nuestra definitiva conclusión sobre el tema. Es un clamor que es imposible que pueda ser rebatido en ninguna instancia del pueblo, que, en su inmensa mayoría, padece hoy, y ya desde hace por los menos cinco años, unas mil penurias, por la muy baja paga que percibe por los servicios que presta en las entidades públicas, o que, por su condición de ser anciano o anciana, es lo que recibe como pensión por parte del SSO. Es en, definitiva, una inmensa verdad que la soltamos, porque, como decía Artigas, con ella, "no ofendo ni temo".


Hace unos pocos días dimos algunas vueltas para ver si podíamos encontrar un sitio donde adquirir limones a precios no especulativos, y , finalmente, luego de algo más de media hora de búsqueda, terminamos comprando cuatro, más o menos grandes, que pesaron en conjunto 435 gramos (imposible saber si la balanza estaba alterada o no), y debimos pagar por ello 195 mil bolívares, que es una cantidad, léase bien, que equivale a casi el 50% de lo que percibimos por concepto de pensión, que -como sabemos-, es de solamente 400 mil bolívares, cantidad en la que el Estado fijó en abril último, el salario mínimo nacional.
¡¡¡Confesamos que la compra de esos limones, nos dejó horrorizados…!!! Pero bueno, esta es una sola de los cientos de experiencias aterradoras que hemos tenido que vivir en estos tiempos, cuando cada quien tiene las suyas propias, y que, sin duda, serán parecidas o más asombrosas…

Hemos estado muy atentos leyendo a quienes suponemos bien entendidos en el tema salarial, y advertimos allí que, del lado de la Revolución, circulan dos corrientes, de personajes que son los únicos de quienes nos interesa saber cómo piensan y qué proponen, que en nada coinciden, y que son diametralmente opuestas. Una, muy reacia al reajuste salarial al ritmo de la inflación, que es la que ha venido adoptando nuestro gobierno y, la otra, no sólo que plantea ese ajuste como una salida obvia, sino que afirma que es, por lo demás, obligante, constitucionalmente, como, -efectivamente-, vemos, que en su artículo 91, nuestra Ley Mayor, la Constitución Bolivariana, estipula lo siguiente: "Todo trabajador o trabajadora tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales."

Observamos que no es una discusión que podamos entenderla los que percibimos ingresos en función a ese salario mínimo y que logramos mantenernos con el agua al cuello y a duras penas, a flote, porque recibimos la caja Clap y, adicionalmente, los bonos que determina el Presidente Maduro, de tanto en tanto, pero que, en conjunto, hay que decirlo en voz alta, y sin temor alguno, pues la verdad no debemos jamás ocultarla y menos aderezarla, sigue siendo una miseria…!!!

Decidimos abordar el tema porque, más allá del respeto que nos merecen camaradas como Jesús Farías, dirigente del PSUV, tanto más porque es hijo de quien fue un inigualable batallador histórico en defensa de los derechos de los trabajadores, militante comunista a tiempo completo y que en ese puesto de combate estuvo por más 50 años y quien decía, una y otra vez, que el revolucionario auténtico "no puede dejar de ser enemigo de los explotadores y opresores de sus hermanos de clase. Esto está claro para mí"... no podemos ocultar que deploramos que su posición sea contraria a la necesidad del ajuste salarial, pero que gracias a su formación política como militante que fue del PCV, a sus orígenes y ahora en las filas del PSUV, partido que fundó Chávez, no descartamos que más pronto que tarde, rectifique en su terca percepción y se coloque del lado de dirigentes muy valiosos, como lo son aquellos que, muy activos como él en el campo de nuestro proceso Revolucionario, claman por el ajuste salarial al ritmo de la atroz inflación, en lo inmediato, sin más dilación, cuyas voces nos dicen y nos escriben esto que copiamos seguidamente:

Pascualina Curcio (Economista, docente e investigadora de la USB, con alta experiencia en el tema):
"Si bien el gobierno bolivariano, como respuesta a la guerra económica ha buscado proteger al pueblo venezolano, en particular a la clase asalariada, a través de bonos de la plataforma Patria; sistemas de salud y educación universales y gratuitos y subsidio de alimentos a través de las bolsas de comida CLAP, la brecha entre los salarios y los precios no solo se hace cada vez más grande manifestándose en un deterioro del poder adquisitivo, sino que al mismo tiempo y en la medida en que el salario real se hace cada vez menor la ganancia de la burguesía, o sea el grado de explotación, aumenta en la misma proporción (..) Es muy probable que en el momento en que se decrete un aumento de salarios, el imperialismo arremeta con el ataque al bolívar induciendo un incremento de precios y viéndose nuevamente deteriorado el poder adquisitivo. Así ocurrió en agosto de 2018, así ha ocurrido siempre. Nos preguntamos: ¿no ajustamos entonces el salario, aunque sea la clase obrera la que se vea afectada? Haya o no aumento de salarios intensificarán el ataque al bolívar cuando a ellos mejor les parezca y, siguiendo su patrón de comportamiento, en vísperas de elecciones, muy probablemente lo harán (..) Estas propuestas pueden lucir, para algunos, simples reivindicaciones laborales. No obstante, mientras no superemos el modo de producción basado en la propiedad privada y concentrada de los medios, pero, además, mientras no acabemos con el arma más poderosa de esta guerra económica, el ataque al bolívar, es necesario garantizar a la clase obrera y a su prole las condiciones para seguir dando la pelea." (13 de julio, Últimas Noticias).

Luis Britto García (intelectual brillante, de amplia y muy conocida trayectoria como luchador incansable en defensa de la soberanía de la Patria y de los derechos de su pueblo a la libertad plena y a una vida digna):
"Desmoralizadores quebrantos sufre el pueblo cuando sus salarios permanecen fijos mientras la inflación se dispara sin que equilibrio del mercado, juego de oferta y demanda o mano invisible le pongan coto. Sería suicida esperar a que los capitalistas neoliberales nos saquen del abismo en que nos han sumido. La dictadura de los precios ejercida por la clase dominante capitalista es el más peligroso enemigo del proyecto bolivariano. Urge que la Asamblea Nacional Constituyente lo enfrente, con normas severas, contundentes, explícitas, oportunas y expeditas de control de precios y beneficios, tanto de rango legal como a ser incluidas en la Carta Magna.

Los nuevos sistemas informatizados permiten un seguimiento de los niveles de costos y beneficios de las unidades productivas, y posibilitan asimismo bloquear cualquier transacción económica que los vulnere. El bolívar, nuestro único signo monetario, debe ser anclado al valor de nuestras reservas de petróleo, oro y demás metales preciosos. Para defenderlo, debe ser restablecido el control de cambios que el 3 de febrero de 2003 estableció Hugo Chávez Frías alegando que "los saboteadores querían llevarse todas las reservas internacionales, comprar los dólares y llevárselos al exterior, de tal manera hubiese colapsado Venezuela". El sistema monetario es la sangre de la economía. Destruir el uno es aniquilar la otra; aceptar como circulante una divisa extranjera es entregarle todas nuestras riquezas al que la emite." (15 feb. 2020, Ensartaos).

María Alejandra Díaz (Constitucionalista, estudiosa e investigadora incansable del derecho en los ámbitos de los poderes públicos y la defensa de la soberanía nacional, así como defensora de los derechos humanos y luchadora muy firme al lado del pueblo, en la indeclinable decisión que ha tomado de construir el socialismo en nuestro país):

"El trabajo, hecho social, debe gozar de la protección del Estado. Los derechos laborales son irrenunciables. Toda acción que implique renuncia o menoscabo de estos derechos es nulo de nulidad absoluta. Según nuestra constitución el Estado debe garantizar un salario mínimo vital ajustado cada año (..) Si algún derecho ha sido afectado en esta guerra sin cuartel ha sido percibir un salario digno (..)

 El primer impulso para recuperar la revolución debe comenzar con la justicia salarial, aislar a los que asumen que el salario ajustado a la canasta básica es inadecuado para los "equilibrios macroeconómicos", receta con tufo neoliberal, así como garantizar niveles de consumo e intercambios con salarios adecuados y justos que nos protejan de la bomba de destrucción social de la hiperinflación (..) No podemos permitir que los poderes salvajes del capitalismo derroten nuestro modelo social ni seguir perdiendo tiempo en programas de ajustes inadecuados e inconstitucionales, actuemos a favor de quienes hoy son los más afectados en esta guerra criminal, y su derecho irrenunciable a un salario vital y justo (..) Evitar que el salario se siga convirtiendo en sal y agua es obligatorio para nuestro Estado democrático, Social de Derecho y de Justicia". (Ensartaos, julio 26, 2020).

La Patria hay que defenderla hasta con la vida si es necesario de los bárbaros ataques del imperialismo yanqui, que no descansa en su empeño de volver a ponerle la mano a nuestro país, como la tuvo por casi cien años hasta que llegó Hugo Chávez en febrero de 1999. Pero para que esa defensa sea inexpugnable, tenemos la obligación impostergable e irrestricta, de mantener, conservar y cuidar que nuestro pueblo, a todo evento, no solo viva en libertad plena, sino con la garantía absoluta y total de que sus derechos a una vida digna, estarán, por siempre, absolutamente garantizados y que cada día los sean, en muchas mejores escalas de satisfacción y felicidad…

ioliverrugeles@gmail.com

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