Por Ernesto Wong Maestre (*):
El ensayo de Eduardo Shmidt “Nuevas Tecnologías y Medios
Alternativos en América Latina” ha resultado un buen recorrido por algunos
significados sociales de las nuevas tecnologías y los medios de comunicación,
enfatizando el enfoque estructuralista
de naturaleza objetiva que lo anima y lo sostiene a lo largo de todo el ensayo
y que de cierta forma limita la comprensión para elaborar estrategias contra hegemónicas comunicacionales, algo indispensable para la
emancipación, sobre todo después de más de 300 años de dominación y explotación
capitalista y más de cien de hegemonía del pensamiento liberal, conservador,
neoliberal y neoconservador burgués que ahora gozan de nuevas tecnologías y
también de medios alternativos en mayor proporción de potencia, poder y capacidad de persuadir a grandes segmentos
sociales que lo que pueden los pueblos organizados “artesanalmente”,
parafraseando a Lenin.
Si no fuera así, no hubieran podido estar en la cima del
poder de los Estados, mediante procesos electorales y votaciones libres y
secretas (con toda la diversidad de problemas que conocemos) una diversidad
amplia de gobernantes en más del noventa por ciento de los países de ONU (195
en total) que responden a los intereses del capital y una cantidad
significativa a EEUU. Muchos de ellos o ellas han sido reelectos, como han sido
los casos de los demagogos capitalistas Mariano Rajoy en España, Sebastián Piñera o Michelle Bachelet en
Chile, Alan García en Perú, Andrés Pastrana o Alvaro Uribe en Colombia, todos
los presidentes de EEUU en particular el
actor de cine Ronald Reagan, el experto en inteligencia George Bush o el hijo
adicto al alcohol, y ahora el criminal de Donald Trump que pretende someter a
los pueblos libres al hambre y las penurias, encarcelando niños emigrantes,
robando riquezas ajenas y ejerciendo violaciones sistemáticas al derecho
internacional.
Todos esos gobernantes y la mayoría de ese 90% ganan elecciones
prometiendo y prometiendo sin cumplir o engañando ex profeso –de ahí las altas
cifras de fallecidos a causa de la Covid-19- mediante discursos propios o de
los medios de comunicación suyos o del imperio,
con argumentos aceptados por las mayorías de electores, y por ello -junto a operaciones de soborno o chantajes
masivos, y fraudes- es que ganan, unas veces de forma reñida en
los últimas décadas pero en muchas otras ocasiones con mayoría holgada.
COMPRENDER LOS CONTRASTES
Entonces, de lo que se trata quienes aspiramos a que todos
los pueblos sean libres y se emancipen de las garras del capital, es comprender
el por qué esos gobernantes que no cumplen con los prometidos en los discursos
o que después les importa un poco lo que prometieron y argumentaron, fueron
electos y algunos reelectos. Y también el por qué unos candidatos que son pocos
conocidos nacionalmente, frente a otros opositores de izquierda de mayor
popularidad en las encuestas, como fue el caso de Bolsonaro en Brasil o del
propio Trump en EEUU o del corrupto narcotraficante Juan Orlando Hernández en
Honduras o de Nayib Bukele en El Salvador, ganan elecciones. Y sin ir más lejos, comprender profundamente
el por qué en las elecciones en Venezuela, de los últimos quince años, a pesar
de todo lo transformado y logrado en política social, económica y reforzamiento
cultural, los resultados son tan reñidos o no son los esperados por la mayoría
que gana y continúa trazando nuevos derroteros y generando nuevas esperanzas
para los pueblos del mundo.
También, de lo que se trata es de comprender e interpretar
emancipatoria mente en qué consiste ese total desequilibrio estructural
objetivo (algo a lo cual se refiere
Shmidt) en su interacción con un
desequilibrio evidente estructural subjetivo (discursos de los diversos actores
en el campo político como lo define Dussel, con direccionalidades,
argumentaciones, condicionamientos y autorregulaciones, interactuando con los
segmentos sociales formados en una cultura individualista de naturaleza capitalista)
que al fundirse ambos en las campañas electorales sobre la base de los intereses de las clases
antagónicas, agónicas y no antagónicas han dado por resultado que por más de
cien años de la democracia participativa burguesa más del 90% de los países hayan
elegido gobernantes defensores o exaltadores del capitalismo que en esencia es
depredador , tal y como lo comprendieron los líderes transformadores
victoriosos, Vladimir Lenin, Mao Tse Tung, Fidel Castro y Hugo Chávez, o el
propio genio de la física nuclear, Albert Einstein y lo expuso así públicamente
desde 1947 en un medio de comunicación que no era hegemónico global y por ello fue enterrado por años, hasta que
en los 80 fue desenterrado por las revoluciones victoriosas y así y todo las
grandes mayorías siguen sin conocerlo y por ello sin aplicarlo en sus batallas
de ideas.
Precisamente Shmidt se refiere a las Batallas de Ideas y es
interesante recordar que es un término que popularizó en Cuba y mundialmente
Fidel en el movimiento revolucionario desde la década de los 80 donde ya
advertía el sentido de los significados y del simbolismo en los imaginarios
revolucionarios del pueblo cubano y después de estudiar profundamente el por
qué fue derrotada la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) y la
Revolución Sandinista en los noventa pero también la Revolución de Granada en
1983 y la incipiente revolución allendista diez años atrás, advertida la
amenaza por él mismo Fidel en su discurso de 1971 en el estadio Nacional,
repleto con más de ocho mil chilenas y chilenos que lo escuchaban y a quien les
preguntó: ¿Quién ustedes creen que en estos meses en el gobierno de Allende ha
aprendido más?. Y del público le gritaban “el pueblo”, “los movimientos
sociales”, “la Unidad Popular”, y Fidel les dijo claro y preciso: “la
burguesía” y seguidamente les argumentó el por qué él apreciaba que era así
ante un imperio que a diario intentaba derrocar a Allende. Pero como esa argumentación no es replicada
consciente y masivamente –por diversas razones también políticas, psicosociales
u organizativas del movimiento popular en el poder- entonces no se hace lo
extensivamente necesaria para la actuación colectiva según el momento y la
coyuntura de fuerzas.
En ese sentido, no es casual entonces que, en su definición
de Revolución, Fidel en el año 2000 –después de las largas horas de intercambio
con el comandante Chávez y con todo el caudal de experiencias revolucionarias
en el mundo- haya dicho que “Revolución es sentido del momento histórico” y que
es “cambiar todo lo que debe ser cambiado” entre otros elementos de su
definición. Y tanto el “sentido” como el
acto de “cambiar” están mediados por el discurso y por su compleja estructura
de direccionalidad, argumentación, condicionamiento y autorregulación que he
mencionado en mi libro editado por el UBV “El discurso socialista del líder.
Macroestructura y razón transformadora”, así como he hecho nuevas reflexiones
en mi ponencia en COMSOTIL 2020, la cual estará próximamente a la disposición
en mi blog https://profewong.blogspot.com, donde coloco a tres tipos de
“intelectuales orgánicos” de la Revolución que tienen un significado especial
en la batalla de ideas como son los dirigentes civiles y militares, los
docentes y todos los tipos de los comunicadores sociales a todos los niveles,
desde el sector parroquial hasta el nacional, actuando comunicacionalmente –en
el sentido que da Buen Abad a la comunicación- en todos los componentes de la Red de
Articulación y Acción Sociopolítica (RAAS) que con tanto esmero ha dirigido en
su creación y desarrollo el camarada Presidente Nicolás Maduro. Para ampliar
sobre la RAAS puede ver el video https://youtu.be/73RZUNp1woU.
UNA RELACIÓN NECESARIA A CONSIDERAR
A la luz de esta reflexión, casualmente cuando hoy se
cumplen setenta y dos años de la decisión de separar al gobierno yugoslavo de
Joseph Broz Tito del llamado Kominform, donde se reunían los líderes de los
gobiernos de las llamadas democracias populares socialistas, considero como
necesario reto investigativo, estudiar esa problemática que conllevó a tal
decisión, liderada por el jefe de Estado de la URSS, Joseph Stalin, quien
urgido por las circunstancias (nacionales de la postguerra, las nuevas amenazas
del gobierno de EEUU que ya acababa de formar el TIAR con todos los países del
continente americano y se aprestaba a formar la OTAN) tuvo que consolidar la unidad del incipiente
campo socialista, en lo que las posiciones del gobierno de Tito (un poder
basado en el consenso entre varias nacionalidades y por ello de subjetividades,
aprovechadas algunas por fuerzas conservadoras) no contribuyeron a esa unión
necesaria entre esos recién gobiernos populares en el poder y la URSS.
No es nada casual que el gobierno de Reagan y después el de
Bush padre se hayan aprovechado de la diversidad étnico-social de Yugoslavia
(seis estados con cierta autonomía) para irla desestructurando objetiva y
también en las estructuras subjetivas, a raíz de la muerte de Tito en 1980, y
aplicando después la acción bélica de la OTAN bajo el principio de “divide y
vencerás” para darle el golpe de muerte a la unidad de los Balcanes y dar paso
a la formación de seis nuevos países y Kosovo en disputa (Bosnia-Herzegovina, Croacia, Eslovenia,
Macedonia del Norte, Montenegro y Serbia). Hoy, la mayoría de esos países,
están sometidos por el imperio.
Si se identifica claramente el significado de esta alusión a
Yugoslavia para la batalla emancipatoria que hoy lleva cabo la mayoría del
pueblo venezolano, se debe elevar el respaldo tecnológico y formativo en
comunicación para el debate de ideas transformadoras por los “intelectuales
orgánicos” antes citados, con mayor fuerza, y desde sus diferentes instancias
institucionales del poder popular, de
las filiales y aldeas universitarias y de los medios de comunicación,
los proyectos de desarrollo fronterizo, tanto en el frente amazónico como en el
andino y el caribeño.
REDUCIR LOS DESEQUILIBRIOS
En la fusión o macro estructuración de las estructuras
objetivas y subjetivas, en todas sus magnitudes y tipos, con las nuevas tecnologías y medios de
comunicación referidos por Shmidt, se ha
avanzado bastante, de lo contrario no hubiera Revolución Bolivariana en el
poder y enfocada al socialismo, pero es necesario seguir avanzando en su total
estructuración viable y pertinente, para poder sostenerla con mayor respaldo
popular, ya que el adversario
imperialista con todo su poder objetivo y subjetivo también actúa a diario para
desestructurar esa fusión o compleja estructuración necesaria, en que el tipo
de discurso transformador resulta decisivo para los resultados esperados en la
construcción del socialismo.
Profesor, Analista Político, Asesor y Consultor
wongmaestre@gmail.com
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