Por Tony López R (*):
Severas críticas han recibido el gobierno de Colombia y su
presidente Iván Duque Márquez, de diversos sectores políticos y sociales y de
la opinión pública nacional e internacional por la próxima llegada al país de
una brigada élite de la 82 División Aerotransportada del ejército de los
Estados Unidos, conformada por 800 marines, y con esta llegada la evidente
pérdida de soberanía porque fue la embajada de los Estados Unidos en Bogotá la
que anunció, a los colombianos, tal noticia.
El anuncio no lo hizo la cancillería que es a quien le
corresponde, obviamente, luego de cumplimentar los trámites constitucionales
con el Senado de la República, como establece la ley, pero no lo hicieron y
desconocieron la Constitución, no es al Ministerio de Defensa, que para colmo
aparece firmando un comunicado conjunto
con la embajada de Estados Unidos, en la práctica, recibiendo una orden de una
potencia extranjera.
Esta unidad militar estadounidense cuyo nombre es “Security
Forces Assistance Brigade”, en opinión del analista colombiano Felipe A Priast
: “es una fuerza nueva creada en el 2018 y está encargada de entrenar y asistir
a naciones aliadas de Estados Unidos que tienen problemas al interior de sus
ejércitos, ya bien sea que esos estados ven a esos ejércitos como una amenaza o
bien porque los quieren usar como fuerza
de choque contra otro estado que
considera enemigo”.
No es descartable que los marines vengan a verificar si hay
o no crisis interna en las FF.MM colombiana, el argumento del combate al
narcotráfico es poco creativo y nada
diferente de los que fue el Plan Colombia, un plan contrainsurgente y es claro
que vienen a preparar condiciones para una, no desechable, acción militar
contra Venezuela.
Por la ubicación de esta fuerza en los departamentos de
Santander del Norte y Arauca, su accionar apunta a explorar el terreno, realizar
actos hostiles utilizando a los paramilitares y mercenarios con vistas a
provocar una respuesta venezolana y le brinde el argumento a Estados Unidos,
para iniciar un conflicto militar contra Venezuela invocando al TIAR y la
desprestigiada OEA.
Esta zona durante los gobiernos de Álvaro Uribe Vélez, Juan
Manuel Santos e Iván Duque, fueron territorios ocupados por los
narco-paramilitares, que operaban y operan actualmente con la plena complicidad
de sectores de las Fuerzas Militares colombianas, precisamente, uno de los
temas del conflicto al interior de las fuerzas castrenses, pero esas bandas
paramilitares pueden ser utilizadas para promover la provocación.
Existe una importante corriente interna dentro de la
oficialidad del ejército que están en contra de esos vínculos con los
narco-paramilitares que tanto daño les ha causado al prestigio del ejército,
entre otras razones, porque la narco-política aplicada por el ex presidente y
actual senador Álvaro Uribe Vélez, desde su época de gobernador de Antioquia,
los llevó a corromper a una parte de la alta oficialidad y a muchos de ellos
los enriqueció con dinero del
narcotráfico y los indujo a una demencial política con criminales asesinatos a
inocentes jóvenes que tratan de encubrir
bajo el nombre de “falsos-positivos”. Esos asesinatos deben ser llamado
como lo que son, crímenes de guerra.
Los escándalos públicos que se han venido conociendo en los
últimos tiempos, vienen de lejos, no olvidar que fue durante la gobernación del
departamento de Antioquia de Uribe Vélez y en pleno maridaje con el ministro de
Defensa Fernando Botero Zea, promovieron una ley y se aprobó en el
Congreso, la creación de las
Cooperativas de Seguridad Rural Privadas, conocidas como Convivir, estas
cooperativas están consideradas la madre
del narco-paramilitarismo, respaldadas
por sectores importante del estamento militar.
Como lo señala el mayor Bermúdez Rossi “fue la legalización
y apoyo a los capos al narcotráfico, las Cooperativas de Vigilancia Rural
(Convivir) no fue más que insertar a la población civil en la guerra y
contradictorio con el protocolo II de Ginebra, para seguridad de
terratenientes, ganaderos, casas tenientes, y narcotraficantes, el conflicto
interno se degrada hacia una guerra civil no declarada”. Los grupos de justicia
privada, según el decreto 356 de 1994, articulo 39, buscan insertarse a todo
trance, legalmente, en tales “Cooperativas” (1).
Fue en ese período que se dieron varios escándalos de
algunos altos mandos militares vinculados al narco-paramilitarismos, como lo
fue el del Comandante en Jefe de las Fuerzas Militares Camilo Zúñiga, los
generales Rito Alejo del Rio, Yanine Díaz, varios coroneles, algunos
encarcelados y otros fuera de servicio.
Como bien señala el colega venezolano Ernesto Salazar sobre
la crisis militar colombiana en la revista On Line Pueblo en Armas, “los altos
mandos de las Fuerzas Militares de Colombia no conocen hoy a Simón Bolívar, ni
lo estudian ni mucho menos lo hacen conocer a las tropas: el Pentágono prohíbe
su estudio en las escuelas militares latinoamericanas y en el documento Santa
Fe IV; lo declara su enemigo”. Una gran ofensa para nuestros pueblos
latinoamericanos y caribeños.
No es casual que quien fuera Comandante en Jefe de las
Fuerzas Militares durante el gobierno de Uribe Vélez, el general Carlos Alberto
Ospina, comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, en entrevista que
concedió a El Espectador…, “declare que no es “un especialista en Bolívar”,
pues “no tengo un conocimiento profundo de él” …; reconociendo, en cambio, que
“me gustan las películas de guerra. Por ejemplo, Las boinas verdes con John
Wayne”.
” El entrevistador, Libardo Cardona Martínez, le pregunta al
general Ospina: “¿Cuál es su ídolo?”, y éste le responde: “El mariscal Rommel,
un hombre noble, un buen soldado, valiente. Es un hombre muy parecido a
nosotros”. Aquí tienen nuestros amigos lectores el fiel retrato de nada menos
que el máximo jefe de las FF.MM colombianas cuyo ídolo no es Simón Bolívar, ni
tan siquiera Santander, sino el mariscal nazi fascista Erwin Rommel (1891-1944)
quien fue derrotado por el Mariscal británico Bernard L Montgomery (1887-1976)
en la batalla de El Alamein en 1942.
No es un secreto que dentro de las Fuerzas Militares
colombianas hay un sector importante que no está muy de acuerdo en ser
utilizado para iniciar una guerra contra Venezuela, no es una posición de este
momento sino de hace mucho tiempo. Hace
muchos años que dentro de las Fuerzas Militares hay una fuerte posición de importantes
sectores y mandos militares, incluso, en el alto mando, que no comparten la
idea de inmiscuirse en acciones que conduzcan a un enfrentamiento militar con
Venezuela. Los ex Comandantes en Jefe de las Fuerzas Militares, generales
Fernando Tapia y José M Bonnet, nunca fueron partidario de tal aventura.
No existe ningún argumento político, económico, ni
fronterizo, que se pueda utilizar para declarar una guerra con Venezuela, por
otra parte, las FF:MM colombianas son conscientes que militarmente en una
guerra convencional, los venezolanos están, no solo, mejor preparados, sino
mejor armados, y que los supera en poderoso armamento con tecnología muy
avanzada y además conscientes que defienden su país, mientras Colombia es el
agresor.
Desde hace años, las Fuerzas Armadas Bolivarianas Venezolanas
están preparadas en la lucha regular, que es el déficit del ejército
colombiano, que sí es numeroso y tienen
buena preparación, pero han sido preparados en lucha irregular y la estrategia
y táctica de lucha , así como los medios de combates son distintos y
diferentes.
Venezuela cuenta con 3 millones de milicianos, fuertemente
armados, y con algo que es muy importante, empuñan un fusil defendiendo su
patria, es el agredido y las víctimas son los venezolanos y venezolanas, y los
colombianos en qué se convierten, en puros mercenarios y carne de cañón al
servicio de una potencia extranjera para buscar sus beneficios imperiales, de
los cuales Colombia no recibirá nada a cambio, solo muerte y destrucción.
O se van a creer el cuento de que el teatro de operaciones
será solo en territorio venezolano, no, creo que, el ideólogo contra el
chavismo Álvaro Uribe y su pupilo Duque, se equivocan y lo han dicho altas
figuras del chavismo, si nos atacan e ingresan a Venezuela estamos en el
perfecto derecho de contraatacar y entrar en Colombia. Aunque también hay que
decir, que las relaciones, entre el presidente Duque y el ex presidente Uribe,
hoy no parecen andar muy bien, lo cual no se tiene un buen escenario interno.
Como explica Duque que llama al debate de control político y
es de ese debate que sale una nueva investigación de la Corte Suprema contra
Uribe Vélez, lo hizo consciente e interesadamente, la respuesta solo la tiene
él. El gran escándalo por el espionaje
de sectores de las FF:MM, cuya información iba a Uribe y no al presidente es un
hecho grave, no solo por el desconocimiento al Jefe de Estado, sino por el uso
de esa información le pueda dar Uribe que no es Jefe de Estado y las razones
que tuvo para compartimentarlo es sospechosa.
Será que a Duque se le ha despertado la conciencia, porque
fue, precisamente, su padre, don Iván Duque Escobar, cuando era gobernador de
Antioquia, el que le pidió al presidente Turbay Ayala que sustituyera al joven
Álvaro Uribe Vélez como director de Aeronáutica Civil, por sus vínculos con el
Cartel de Medellín.
Por otra parte, sí creen que el gobierno de Trump va a
implicarse directamente en esa aventura, de invadir a Venezuela, se equivocan,
en Estados Unidos la cosa como dice el dicho “el horno no está para
galleticas”. La crisis que tiene con el
Covid-19 y los disturbios anti raciales por el asesinato de George Floyd y la
intención de usar al ejército contra los manifestantes enardeció más al pueblo
estadounidense, el Secretario de Defensa y el generalato le dijo no a Trump. No
parece que EE. UU se impliquen directamente en una agresión, aunque del
psicópata Trump puede esperarse cualquier cosa.
Y en la hipótesis de un ataque y una guerra desde Colombia
contra Venezuela, hay que preguntarse qué va a pasar con la guerrilla del ELN,
los frentes del EPL y de las FARC-EP, porque las propias Fuerzas Militares
colombianas, han reconocido públicamente, en cerca de 7000 combatiente hoy se
encuentra en la fila de las disidencias de las FARC y en los frentes formados
por FARC-EP Segunda Marquetalia que comanda Iván Márquez y que estos ya han
recuperado sus viejos territorios.
De acuerdo a los comunicados y objetivos de estas fuerzas
insurgentes es lograr la paz con justicia social, y acusan al gobierno de Duque
y Uribe de haber traicionado e incumplido los Acuerdos de Paz de la Habana, de
presionar a la JEP y tratar de modificar lo acordado sobre la Justicia
Transicional, así como la masacre que se está cometiendo contra sus ex combatientes
y con lideres sociales, afrocolombianos e indígenas que sobre pasan ya los 1300
asesinados.
Desde hace muchos años, las Fuerzas Militares colombianas,
han tenido sus problemas internos y sobre todo porque una oligarquía
liberal-conservadora los ha abusado y usado para sus fines políticos. Las
Fuerzas Militares, en todos los países, se crearon para la defensa de sus
fronteras y siempre para enfrentar cualquier acción que venga de otro país y en
defender la soberanía e independencia. Nunca por política de Estado usar esa
fuerza por razones política interna contra sus ciudadanos. Para esos hay otras
dependencias policiales o las llamadas Guardias Nacionales.
En Colombia el manejo interno e independiente Estado-FFMM
ha sido respaldado por la Constitución de 1886
y la oligarquía liberal y
conservadora la usaron distintamente en su beneficio, esas políticas se apreciaron
con la guerra de los Mil Días, el asesinato
del general Rafael Uribe, y se acentuaron aún más desde, él también asesinato del presidente Olaya
Herrera, pasando por Alfonso López Pumarejo en la década del 30 a quien
intentaron deponer en 1936 y luego en el 40 el desangre entre liberales y
conservadores, el magnicidio contra el líder revolucionario y popular Jorge
Eliecer Gaitán fue estremecedor, tal como él lo predijo, que su muerte podría
provocar graves conflictos en los próximos 50 años, esa guerra interna provocó 300,000 muertos de
1946 a 1958 (2), no se equivocó él carismático y preclaro líder.
Líder cuyo ejemplo y pensamiento tratan de ocultar, así como
su historia, hace unos años visité la casa museo Jorge Eliecer Gaitán estaba
muy bien atendida y hoy he tenido noticias de que la Casa Museo ha sido
prácticamente destruida, pese a las reclamaciones de su familia y de su hija Gloria
Gaitán.
Fue en el gobierno de Uribe Vélez, cuando la oligarquía
liberal-conservadora inició una política de arrasar con la Casa Museo y el
pensamiento e ideas de Jorge Eliecer Gaitán, abusando de su poder. Es el pueblo colombiano el que debe exigir
respeto al gobierno y la recuperación de la memoria histórica de sus líderes y
pueblos. Pueblo que no defiende su
historia termina esclavizado por los grandes señores del poder autoritario y
monárquico.
El tema de la crisis militar en Colombia y los diversos
problemas que han confrontado en los últimos años, serán reflejado en la
segunda parte de esta historia, que hoy es, además de la grave pandemia, un
tema muy serio, no solo para Venezuela y Colombia, sino para la región.
(*) Periodista, politólogo y analista internacional.
jorgarcia726@gmail.com
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