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miércoles, 13 de marzo de 2019

Huawei y la disputa por el mercado internacional de las telecomunicaciones

Por Bruno Lima Rocha:


En el caso de las mujeres, El caso: prisión y represalia 

A pesar de la detención de la directora financiera e hija del fundador del gigante de telecomunicaciones chino Huawei, Meng Wanzhou, pasada casi desapercibida por la prensa brasileña, la disputa ganó los titulares de los periódicos de los medios de comunicación occidentales. Se notó que los medios hegemónicos acabaron por reproducir los intereses de Washington, alegando que la prisión era consecuencia del incumplimiento de las sanciones unilaterales hechas por ese país a Irán, que impiden el comercio con el país medio-oriental. Sin embargo, lo que está en juego es un proceso mucho más complejo y que se relaciona con la actual fase de la política internacional de transición sistémica, así como con la disputa de mercados y con el control de tecnologías disruptivas que pueden representar un cambio en la estructura de poder global. En este ensayo pretendemos discutir los principales intereses detrás de la prisión de uno de los líderes de Huawei, además el actual proceso de disputa por el mercado de las telecomunicaciones global y los efectos en el área de seguridad.


Como ya se mencionó, el 1 de diciembre de 2018, las autoridades canadienses arrestaron a Meng Wanzhou tras petición oficial de las autoridades norteamericanas. La alegación emitida por las instancias judiciales competentes fue que Meng habría sido presa por no respetar el embargo económico aplicado por EEUU a Irán. Inmediatamente Beijing respondió demandando que las autoridades norteamericanas y canadienses liberaran a Meng acusándolos de violar la libertad de la acusada y de no son las autoridades competentes para juzgar el caso por no tratarse de una empresa de los dos países.

Días después, China detuvo a dos ciudadanos canadienses, el empresario Michael Spavor y el ex diplomático Michael Kovrig por estar involucrados en actividades que "ponen en riesgo la seguridad nacional", lo que ha sido visto por muchos analistas como una fuerte respuesta de China a prisión de Meng. Hay que destacar que la prisión llegó luego de que China y EEUU anunciaran una tregua en la Guerra Comercial, lo que llevó a muchos observadores a destacar que podría ser una estrategia del Gobierno norteamericano de romper con el acuerdo anunciado por Trump durante una reunión del G20 en la Argentina.

Los grandes medios acabaron reproduciendo principalmente los discursos de las autoridades norteamericanas y canadienses, pero, en contraposición, consideramos aquí que ese caso representa en realidad la disputa global por el mercado de tecnología en medio del acrecimiento de la competencia hegemónica entre la actual superpotencia, EEUU, y la potencia ascendente, China.

Recientemente Huawei se convirtió en la segunda empresa de teléfonos inteligentes del mundo, pasando a Apple y quedando atrás sólo de la surcoreana Samsung. Además, la empresa anunció proyectos como el desarrollo de la tecnología 5g y su propio sistema operativo, Kirin OS, capaces de poner en jaque la hegemonía de las telecomunicaciones ejercida por las empresas norteamericanas como Google y Apple. En la búsqueda por el mantenimiento del status quo, EEUU infló el discurso que implica a Huawei en sospechas de espionaje y robo de propiedad intelectual, impactando la presencia y expansión de la empresa, por ejemplo, en el continente europeo.

Además, como observamos en la última década con los casos Snowden y el más reciente de Cambridge Analytica, las nuevas tecnologías traen consigo una amenaza securitaria real a las naciones, y la reestructuración de la red actualmente centrada en Estados Unidos debilitar el dominio de ese país en ese campo.

Cabe destacar que Meng fue considerada por parte de los medios chinos como un liderazgo natural para asumir el cargo máximo de la empresa en el futuro. Además, por el hecho de que la empresa es china es evidente que las autoridades norteamericanas no son competentes para juzgar a Meng, además las sanciones unilaterales de EEUU a Irán no forman parte de la ley internacional, lo que no impone ninguna obligación a China. Para sustentar nuestra hipótesis que lo que está en juego no es un caso de respeto a la ley, sino una disputa por el mercado de tecnología, en la próxima parte se busca comprender el desarrollo de Huawei y su inserción internacional, tal como la participación de China en el mercado global de las telecomunicaciones.

La historia de Huawei y el crecimiento chino en el mercado de las telecomunicaciones

A diferencia de lo que se ha difundido en el mainstream, la estrategia de liberalización económica controlada por el Estado chino debe ser vista como una estrategia de desarrollo a largo plazo, atrayendo capital y tecnología extranjeros, con la que Pekín busca reconstituir el sistema sino céntrico característico del período anterior al anterior Siglo de Humillaciones (1839-1949). Tal estrategia acompañada de los incentivos públicos a los grandes campeones nacionales, empresas elegidas para la entrada en el mercado internacional, y al desarrollo de tecnología avanzada que garanticen los intereses de la seguridad nacional, pueden ser considerados los factores cruciales en la consolidación de Huawei entre las mayores empresas de telecomunicación del mundo. Las repercusiones geopolíticas del actual caso involucrando la prisión de la directora financiera de la empresa tienen en las relaciones entre el Estado Chino y el desarrollo de Huawei, ambos ascendiendo en sus posiciones de poder, las raíces primordiales.

En 1988, final del período de liderazgo de Deng Xiaoping, Huawei Technologies Co. fue fundada por el ex oficial del Ejército Popular de la Liberación y miembro del PCC, Ren ZhengFei, en Shenzhen como una empresa colectiva. Su cercanía con la alta cúpula del Partido Comunista permitió mayor acceso a créditos públicos ya contratos con las grandes estatales de la estructura de telecomunicaciones china China Telecom, China Mobile y China Unicom para el suministro de equipos. Es importante destacar esta relación cercana entre la empresa al gobierno chino, ya que éste viene sirviendo como principal argumento para la identificación de Huawei como una amenaza a la seguridad nacional de otros países.

De inicio el diferencial de la empresa se caracterizaba por la producción y reventa de equipos de bajo costo, conquistando el interior del mercado chino y los mercados internacionales de países en desarrollo, primero en el Sudeste Asiático y Asia Central, llegando a América Latina y Oriente Medio. Con su crecimiento, aliado a las estrategias de contratar mano de obra calificada de otras empresas de tecnología y de promover alianzas con empresas de telecomunicación con más know-how, Huawei pasó cada vez más a invertir en Investigación y Desarrollo, creando centros de investigación Investigaciones en diversos países, incluso en los Estados Unidos, y agregando así más innovación y tecnología de punta a sus productos.

A partir de la década de los 90, el Gobierno chino pasó a entender el peso de las nuevas tecnologías para el mantenimiento de un desarrollo económico a largo plazo, ampliando sus incentivos al sector y permitiendo la entrada de empresas extranjeras, incluso norteamericanas. Sin embargo, siempre lo consideró sensible a la seguridad nacional y por eso mismo lo mantuvo bajo el rígido control del Ministerio de Información e Industria. Es en ese período que se formula la estrategia Going Global que busca crear los llamados campeones nacionales para internacionalizarse, cambiando así la imagen de las industrias chinas de meras productoras de bienes de poco valor agregado y baja calidad. Esta estrategia sigue siendo activa y se relaciona con la consolidación de Huawei en suelo europeo que, además de los precios bajos y de la gran calidad de los últimos smartphones, utilizó una política de softpower haciendo donaciones a escuelas de elite, a líderes políticos y la caridad, medidas que han abierto los mercados de países como Alemania e Inglaterra. Además de ella, se beneficiaron de la estrategia las empresas de telecomunicación y productos electrónicos TCL, Lenovo, Xiaomi, Boe Technology a Galanz, ampliando la presencia china en el mercado internacional de tecnología.

La disputa por el mercado global de tecnología y los efectos en el área de seguridad La prisión de Meng, como alegamos, es otro episodio en el proceso de competencia internacional por los mercados de tecnología que tienen profundos efectos en el área de seguridad. Los recientes avances de China en tecnología, sobre todo de Huawei, ejemplifican el potencial de competición de la empresa con las gigantes norteamericanas. Actualmente, el país presenta la mayor población de usuarios de internet del mundo, casi tres veces mayor que la de Estados Unidos, con cerca de 800 mi. En los últimos tres años, la economía china ha producido un tercio del total de los unicornios globales, en gran parte debido al gran complejo de financiación estatal y apertura controlada a la inversión extranjera. Además, la economía digital china representa el 40% de las transacciones globales por Internet, una participación que hace una década era menos del 1%. Con toda esta transformación hacia la producción de tecnologías de punta, China se destaca entre las tres mayores economías que más invierte en BigData, Inteligencia Artificial, y compañías de Fintech.

En esa misma línea, Huawei acabó consolidándose como la segunda mayor empresa proveedora de teléfonos inteligentes del mundo, detrás de Samsung. En un informe anual de 2017, la empresa presenta un crecimiento del 15,7% de los ingresos en comparación con el año anterior, y un aumento de la inversión en Investigación del 17,4%. Por regiones, se observa que la única a tener un considerable retroceso de participaciones en los negocios de la empresa es la estadounidense (América del Norte y Latina) que se quedó con el 6,5% del total, mientras que China permanece como la principal región (50 , 5%), Europa, África y OM en segundo lugar (27,1%) y entonces Asia (12,3%). Su internacionalización, que empezó en mercados de la periferia global, al centrarse cada vez más en mercados desarrollados, encontró la resistencia de grandes empresas de tecnología norteamericanas y consecuentemente de las potencias occidentales amenazadas por la competencia china. Cabe resaltar que recientemente Apple presentó el desempeño financiero más bajo en 16 años y vulnerabilidad debido a la competencia internacional y la guerra comercial.

Además de las ganancias de mercado e innovación, el factor que más produce inquietud en Washington son las supuestas amenazas para las áreas de seguridad causadas por el avance de Huawei y, consecuentemente de China. Como bien se sabe, Estados Unidos tiene el control de la infraestructura internacional responsable de las telecomunicaciones, hecho que otorga al país un gran poder bajo otros estados, incluso aliados. Con la ascensión china en el mercado de telecomunicaciones y la difusión de su tecnología, el poder estadounidense está bajo amenaza.

Este proceso queda aún más claro en la carrera hacia el desarrollo de la tecnología 5g, actualmente liderada por Huawei, que además de permitir una conexión inalámbrica más rápida de carga casi instantánea, representa el avance tecnológico en diversas áreas de la vida humana, conectando en la misma red desde automóviles autónomos hasta el control de sistemas domésticos de iluminación y de ventilación. Esto significa una mayor cantidad de datos sobre la población que se reúnen, posibilitando un mejor direccionamiento de propagandas, mejores prospecciones de políticas públicas o un control social más apurado. . En una reciente nota, un miembro del Consejo Nacional de Estados Unidos, destacó el peligro para los norteamericanos representado por la posición en la delantera de China en el establecimiento mundial del 5g. Con esa ventaja estratégica, según el consejero, Estados Unidos perderá la posición hegemónica en el control del flujo de información. No es casual que los países miembros de los cinco ojos acordaron prohibir productos de Huawei para que así puedan mantener su posición de primacía en el espionaje mundial.

Así, queda claro que la prisión de Meng no está relacionada con el incumplimiento de las sanciones a Irán. Además de ese episodio, un síntoma de la disputa comercial entre China y EEUU, la cárcel tiene un contenido claramente político en la intención de bloquear el avance de la tecnología china sobre todo en un período de declive del poder estadounidense y ascenso chino. Desde una perspectiva más amplia, los EE.UU. a través de la guerra comercial y de otras estrategias buscan limitar el avance chino en la economía mundial. Los dirigentes de la Casa Blanca saben que con el consiguiente desplazamiento de la economía internacional hacia la esfera china dos posturas de política exterior son posibles: acomodación o disputa. Parece que ya han optado por la segunda.

blimarocha@gmail.com

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