Por Prof. Pablo Salvatb:
Entre los medios y caminos que utilizan o
han utilizado algunas potencias para justificar intervenciones y sometimiento
de países y Estado soberanos, ha estado el bloqueo económico, de bienes,
activos, repuestos e insumos, necesarios para mantener un país en marcha. ¿Cuál
es el objetivo? Es lo que hoy estamos viendo en Venezuela. El objetivo es
introducir desde fuera una crisis en el consumo de ciertos bienes
fundamentales, lo cual, a través de los medios de comunicación se magnificará
después, como expresión de un pueblo que no puede ya acceder a esos bienes.
Entonces, se tomarán fotos o se harán videos premeditados, se subirán a las
benditas “redes sociales”, en los cuales aparecerá gente sacando cosas de la basura
de los containers (como si esto solo pasara en un país¡¡).
Luego, esos medios sacan su propia
conclusión: ah, pues allí se pasa hambre. Con ello mediáticamente se dan dos
pasos argumentales sin evidencia real:
el primero, es no dar justificación de por qué se produce una falta
relativa de ciertos bienes con lo cual, se ocultan factores como la guerra
económica. El segundo paso, imponer la
consigna que, de tanto repetirse, se convierte en aparente verdad: el único responsable es el gobierno de Maduro,
o, como lo dice un presidente ignorante, como el Sr. Trump, “el
socialismo”. Tenemos entonces el
perfecto ejercicio de la profecía autocumplida.
Se trata de una estrategia –la de la guerra
económica y el hambre- que tiene años de aplicarse. La resumió bien Nixon
cuando salió elegido S. Allende. Le ordenó, desde el primer día, a su servidor
Kissinger, que su tarea era “hacer chillar la economía chilena”. ¿Los
objetivos? Primero, caotizar la economía nacional y la vida social. Lo segundo,
culpar del supuesto “caos” y desabastecimiento al gobierno popular y sus
políticas. Con lo cual se anuncia desde el principio el fracaso de ese proyecto
de cambios, y a reglón seguido, el fracaso previsible de cualquier proyecto que
promueva de veras una sociedad justa, igualitaria, integrada y soberana.
Cualquier pueblo y gobierno que pretenda
seguir ese derrotero será tachado entonces de “socialista” (o, más fácil, de
“comunista”) y por tanto, pasible de serle aplicada todas las estrategias para
hacerlo fracasar y derrocarlo, sea –como dicen-, “por las buenas o por las
malas”. Usted conoce el resultado: a
los pocos días del Golpe de Estado del 73, aparecieron como por milagro los
productos que no estaban en las tiendas y escaparates ¡Existe hoy “crisis
humanitaria” en Yemen del Sur, atacada por Arabia Saudita con el apoyo de los
EEUU! Hemos visto videos terribles donde se aprecia cómo se van muriendo niños
pequeños de hambre¡¡
No hay un solo video –real o inventado- de
imágenes similares en Venezuela. Claro,
como no, faltan cosas importantes, en productos y medicinas. De eso se trata,
de bloquear el acceso de la población a bienes fundamentales, lo que junto con,
muy posiblemente, manejos burocráticos nada adecuados, se intenta que la
población se vuelva únicamente contra el gobierno establecido y, a partir de
allí, se ponga a Maduro como el factor culpable esencial de lo que sucede. Lo demás se oculta o tergiversa
tranquilamente. No olvide, lector/lectora que estaríamos en los tiempos de los
fake news y la posverdad.
Esta estrategia, como decíamos, viene de
lejos. Es parte de la actual cruzada por restablecer la supremacía blanca en el
continente. Los países y gobiernos que se atrevan a desafiar esa supremacía en
el orden internacional, a esos países, según T. Jefferson, -y hoy el Complejo
Militar-Industrial, la CIA y la Casa Blanca-, hay que aislarlos
diplomáticamente (lo que hoy el servidor Sr. Duque, llama el “cerco
diplomático”), y condenarlos al hambre. Por esta vía, con el ojo puesto en los
recursos naturales de ese país, se van creando condiciones para intentar
legitimar una intervención militar externa. Todo ello sin importar el número de
vidas humanas y de destrucción que esas operaciones puedan traer.
Esto lo corroboran las acciones reales del
poder estadounidense y las palabras de algunos de sus portavoces, como por
ejemplo el teniente coronel retirado del Ejército Ralph Peters, quién sostenía en un artículo
del año 97 (citado por el profesor A.A Borón): “no habrá paz. En cualquier
momento del resto de nuestras vidas habrá múltiples conflictos, bajo formas
mutantes en todo el globo (…) El rol de facto de las Fuerzas Armadas de los
USA, será hacer del mundo un lugar seguro para nuestra economía y abierto a
nuestro asalto cultural. Con esos objetivos, mataremos a una considerable
cantidad de gente”. Como reza el refrán, “a confesión de parte, relevo de
pruebas”.
pablosalvatb@gmail.com
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