Thierry Meyssan acaba de publicar un documento interno de la
ONU que demuestra que actúa en contra de sus objetivos para la cuales fue
creada. La situación es tan grave que Serguei Lavrov le ha exigido una
explicación al secretario general, Antonio Guterres. A falta de esa
explicación, los Estados miembros podrían poner en tela de juicio la viabilidad
de la ONU. En octubre de 2017, el subsecretario general de la ONU a cargo de
los Asuntos Políticos, el estadounidense Jeffrey Feltman, redactaba en secreto
una serie de instrucciones dirigidas a todos los órganos de la ONU sobre la
actitud que debían adoptar en relación con el conflicto en Siria.
La Red Voltaire acaba de obtener una copia de esas
instrucciones. El contenido de ese documento está en contradicción flagrante
con los principios recogidos en la Carta de las Naciones Unidas, cuyas
prioridades invierte. Mientras que la Carta de las Naciones Unidas estipula que
el principal objetivo de la ONU es “mantener la paz y la seguridad
internacionales”, las instrucciones de Feltman anteponen a ese objetivo son
“respeto de los derechos humanos” pero esos derechos humanos se utilizado
siempre como instrumento contra la paz.
La Carta de ONU menciona 6 veces la expresión «derechos
humanos», pero no la convierte en un ideal en sí. Sólo la paz puede garantizar
el respeto de los derechos humanos. La guerra ¿acaso hace falta recordarlo? es
un periodo caótico que anula los derechos individuales. Es una situación
inhumana que sacrifica a todo un pueblo. Es precisamente por eso que existe una
diferencia entre la policía y el ejército. La policía protege los derechos
individuales mientras que el ejército protege los derechos colectivos. Parece
que sean ignoradas esas diferencias elementales.
Desde hace un siglo, su interpretación imperialista se
convirtió en la ideología que justifica la destrucción de las estructuras
mismas del Estado-nación. Tratan de convencernos de que, para que nuestros
derechos sean respetados, tenemos que ser “ciudadanos del mundo” y aceptar una
sociedad abierta, sin fronteras, bajo la administración de un “gobierno
mundial” dirigido por los EE.UU. En este nuevo documento de Jeffrey Feltman, los
“derechos humanos” aparecen otra vez como pretexto. Este personaje fue miembro
de la “Autoridad Provisional de la Coalición” una entidad que gobernó Irak
siendo en realidad una empresa privada concebida según el modelo de la Compañía
de Indias, mostrando así el poco respeto que sentía por los derechos de los
iraquíes.
En el caso de Siria, Feltman expresó su verdadero objetivo
en una serie de documentos conocidos como el «Plan Feltman» [5]. En ese «Plan»,
Feltman se plantea abrogar la soberanía del pueblo sirio e instaurar en Siria,
como se hizo en Irak, una administración extranjera. Ahora, Feltman escribe con
la mayor tranquilidad: «El Plan de Acción Humanitaria debe seguir siendo
humanitario para garantizar que la ONU pueda llevar a cabo las actividades humanitarias
esenciales para salvar vidas y garantizar las necesidades esenciales de los
pobladores.
Jordanos, libaneses, turcos y europeos se sorprenderán al
leer: «La ONU no favorecerá el regreso de los refugiados y personas desplazadas
pero apoyará a los repatriados para garantizar el carácter seguro, digno,
informado, voluntario y duradero del regreso y de la reintegración, así como el
derecho de los sirios a buscar asilo.» retomando la teoría del profesor Kelly
Greenhill [6], Feltman no desea ayudar a los exilados a regresar a su Patria
sino que pretende utilizar el éxodo para debilitarla. Eso no es el ideal
expresado en la Carta de las Naciones Unidas.
Notas: [Fuente:
http://www.voltairenet.org/article202711.html
germansaltronpersonal@gmail.com
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