Por Omar Aguilar M:
A pesar de que el país ha ido volviendo a la normalidad,
todavía hay grupos de derecha que insisten en su lucha desestabilizadora, en
aras de crear un clima de zozobra y hacer aparecer a Nicaragua como un estado
enfrascado en una especie de guerra civil o con un clima social inestable. El
frustrado golpe de estado, es sin duda una derrota para el imperialismo, la
ultraderecha norteamericana y la derecha apátrida nacional. Se niegan a aceptar
que al igual que en Cuba y Venezuela, en Nicaragua existe un gobierno que
cuenta con el respaldo de una amplia mayoría, que está presta a defender todas
las conquistas alcanzadas en estos últimos 11 años de gobierno.
Desde la OEA se han creado mecanismos e instrumentos
inquisidores, parcializados, unilaterales y desprovistos de toda vergüenza, que
inventan informes de una supuesta represión del gobierno sandinista y las
autoridades de orden público; llegando a la desfachatez no solo de inflar el número
de muertes, sino achacándole al sandinismo los asesinatos de sus propios
partidarios, los que han sido perpetrados con saña y atrocidad por los grupos
terroristas del golpismo. Todo en aras de justificar el intervencionismo en
Nicaragua y tratar de imponer por la fuerza un gobierno de derecha pro
imperialista y vende patria, en clara violación a la soberanía nacional y al
derecho internacional; como lo hicieron en Brasil, Argentina, Honduras y Chile.
Las minúsculas marchas que cada semana organiza el golpismo,
se van diluyendo en sí mismas y se han convertido en marchas por la vergüenza,
y para no dejar de gastar y justificar los dólares manchados de sangre
recibidos de los amos del norte. La llamada lucha de calles es ya solo una
mueca grotesca y un reducto de “niños malcriados” que se niegan a aceptar la
derrota infringida por un pueblo heroico, indoblegable, sandinista hasta los
tuétanos y que respira paz hasta por los poros. Las mentiras de los medios de comunicación, de
los autodenominados defensores de los derechos humanos, de las ONG, la cúpula
eclesiástica y la derecha pro imperialista han venido cayendo una a una y han
perdido su eficacia a nivel interno y externo.
Durante el frustrado de golpe de estado, se han suscitado
graves violaciones a los derechos humanos
y en la que han habido múltiples culpables y no solo los que están en
las cárceles. Hay una cuádruple culpabilidad: la culpabilidad de los que
organizaron la lucha criminal y financiaron a los criminales; la culpabilidad
de los que ejecutaron los crímenes sin piedad y con inexplicable saña; la
culpabilidad de los que mintieron, apañaron los crímenes y los justificaron en
sus medios de comunicación y desde sus púlpitos; y la culpabilidad de los que
se prestan a la mentira, defienden a los criminales y los hacen aparecer como
víctimas.
Por todos estos crímenes, ninguno de los actualmente
encarcelados y sus cómplices merecen estar libre, se hayan arrepentido o no, sino por la saña y la
crueldad con que actuaron en contra de su propio pueblo; aunque los mal
llamados “organismos defensores de derechos humanos”, los líderes del golpismo,
algunos líderes religiosos y la derecha contra-revolucionaria pidan clemencia,
cuando no solo se hicieron de la vista gorda ante los crímenes y vejaciones de
los que hoy defienden; sino que actuaron en abierta complicidad.
En esta lucha contra el terrorismo, el sandinismo se ha
fortalecido, a partir de entender que solo juntos lograremos vencer
definitivamente al golpismo y sus defensores. De la adversidad surge la verdad,
se forja el carácter y se fortalece el liderazgo. Por muy amarga, cruel y dura
que sea la adversidad, por muy fuertes que sean los golpes que nos da; siempre
da momentos para el aprendizaje, para extraer lecciones de vida y para encontrarnos
los unos a los otros. En estos meses, el sandinismo ha salido a las calles como
una gran familia, bajo una misma consigna, con los mismos intereses y con una
mística jamás vista. Hoy por hoy, el sandinismo es unos de los movimientos más
fuertes y la mayor reserva moral de la izquierda latinoamericana y mundial, un
ejemplo de dignidad, de lucha y convicciones inquebrantables; a prueba de
fuego, de balas y de golpes sean estos suaves o duros.
Pero es temprano aún para entonar cantos de sirena, la
batalla contra el “golpe suave” no ha terminado y hoy más que nunca el pueblo
sandinista tiene que mantenerse unido y cohesionado, en este nuevo escenario de luchas de clases en el que la burguesía y el
imperialismo pretenden arrebatarnos el poder. Debemos continuar nuestra lucha
en las calles, denunciando los atropellos del golpismo y exigiendo justicia
para las víctimas de las violaciones a los derechos humanos, de los torturados,
de los muertos.
A nivel internacional, es imperante que la izquierda mundial
y sobre todo la izquierda latinoamericana se cohesione, fortalezca la
solidaridad y la lucha conjunta ante las amenazas que se ciernen sobre los
gobiernos de izquierda. En tal sentido,
es clave que todo el liderazgo de los partidos de izquierda, los comités de
solidaridad, dirigentes políticos de movimientos obreros, campesinos y
estudiantiles; asuman la lucha de los pueblos de Venezuela, Nicaragua, Cuba y
otros pueblos revolucionarios como propia, elevando las voces de solidaridad,
condenando las acciones golpistas desestabilizadoras, la agresión del
imperialismo y sus instrumentos injerencistas como la OEA, CIDH, Medios de
comunicación, entre otros. La lucha es de todos, la izquierda debe funcionar
como un solo movimiento, amplio, fuerte y cohesionado alrededor de cada uno de
los pueblos que hoy sufren las agresión del imperialismo.
Para preservar nuestras conquistas y consolidar el gobierno
revolucionario, debemos continuar abrazando el pensamiento de Sandino como base
de nuestra ideología, el socialismo como filosofía y los principios cristianos
y solidarios como parte de nuestra actitud ante la vida. El trabajo de hormiga
en nuestras familias, en nuestros barrios y comunidades, en nuestras instituciones;
debe partir de mejores estrategias de formación y educación política, del
rescate de la autocrítica como práctica para el crecimiento, de la renovación
del liderazgo como un principio evolutivo y de la humildad revolucionaria como
una actitud y forma de actuación.
#NiUnPasoAtrás
#JusticiaParaLasVíctimas
#CarcelParaLosTerroristas
#NicaraguaQuierePaz.
oaguimar28@yahoo.com
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