Por Eduardo Andrade Bone:
Desde su implantación en Chile a sangre y fuego del modelo
económico neoliberal de la dictadura pasando por los gobiernos de la ex
Concertación, además del primer gobierno del pinochetismo y la derecha
empresarial, junto al actual y hasta nuestros días, han sido incapaces de
resolver los problemas derivados de la pobreza extrema, la pobreza en sí y la
pobreza disfrazada de los estratos socioeconómicos medios.
Después de 45 años entre dictadura militar y gobiernos seudo
democráticos, la autodenominada clase política chilena y esencialmente los
grupos políticos de extrema derecha (UDI), defensores además del legado
criminal y genocida de la dictadura, junto a la derecha empresarial,
representada por Renovación Nacional (RN), más la Democracia Cristiana y los neoliberales
del PPD y más de algún socialista renovado que abraza el neoliberalismo
económico, solo han aplicado políticas de parche y cambios cosméticos que no
han contribuido a mejorar de forma integral las condiciones de vida de los
sectores sociales con menor poder adquisitivo y que constituyen la gran mayoría
del país.
Dicha realidad se puede percibir claramente a raíz de lo que
son los ingresos de la mayor parte de la población chilena. Al respecto los
medios de prensa chilenos y algunas fundaciones entregan cifras que nos
clarifican acerca de los resultados del modelo económico neoliberal vigente en
Chile y que nos pretenden vender o mostrar como exitoso.
Las cifras nos señalan que alrededor del 70% de los chilenos
tienen un salario menor a 550 mil pesos chilenos (832 dólares), para la
supervivencia de una familia promedio de 4 personas.
La información de la prensa además, nos muestra que solo el
15,3 por ciento de los trabajadores en Chile recibe un ingreso superior a 850
mil pesos mensuales (1286 dólares), mientras que el 50,6 por ciento percibe 380
mil pesos o menos (575 dólares), lo que nos advierte claramente que el
neoliberalismo chileno, se caracteriza por un considerable atraso salarial, que
ni siquiera se ubica en la media de los países más desarrollados de la OCDE.
Esto nos sugiere además que los apóstoles del neoliberalismo
chileno, solo se han preocupado de engordar más y más las billeteras del 3% más
rico del país, demostrando además la profundización de la brecha entre unos
pocos ricos y la gran mayoría que percibe salarios de sobrevivencia y altamente
endeudados con créditos de consumo, por los cuales además se pagan altos
intereses.
Recordemos que el 1% más rico del país, ya controla
alrededor del 50% de la riqueza nacional (PIB), sin que eso haya significado un
mejoramiento real de los salarios de los sectores sociales más golpeados por el
esquema económico neoliberal, generando así una gran precariedad salarial y de
vida, además de una gran desigualdad social.
Por ejemplo, en su último reporte, la Fundación Sol, nos
informa que “si tú ganas sobre un millón de pesos en tu trabajo, estás dentro
del diez por ciento más rico. Dentro de este 10 por ciento, el uno por ciento
acumula el 33 por ciento de los ingresos anuales, Chile tiene uno de los
récords a nivel mundial por la alta concentración de ingresos, estamos hablando
de una acumulación extrema en un grupo muy reducido de personas. Estas
personas, al vivir en un mundo separado dentro del mismo país, al vivir una
realidad completamente ajena, tenemos una indolencia moral tremenda. Eso es lo
que se observa”, se afirma desde la fundación Sol.
En el Chile actual decíamos, una familia promedio compuesta
por cuatro personas percibe unos ingresos de 417.348 pesos (632 dólares)
mensuales, los que nos muestra que las medidas macroeconómicas del
neoliberalismo chileno no contribuyen a que la mitad de la clase trabajadora
pueda sacar de la pobreza a su familia. Todo esto avalado por el parlamento
chileno y los gobierno de turno, que en su mayor parte, han estado al servicio
del poder del dinero.
Lo que destaca además en la prensa chilena, es que también
se produce una diferencia significativa en el salario que perciben las mujeres,
que es un 29,3% menor que el de los hombres. Ahora los trabajadores que viven
en regiones y no en la capital chilena, tienden a percibir salario inferior a
500 mil pesos (756 dólares) y en muchos casos, menor que eso.
Otro aspecto que se destaca en la información de prensa es
que el 16,3 no cuentan con contrato de trabajo y perciben salarios menores a
420 mil pesos mensuales (635 dólares), lo que refleja además que muchos
empresarios no respetan las exigencias de la legalidad laboral.
Otro hecho significativo, es lo que ocurre con las
generaciones más jóvenes. Según el informe de la fundación Sol, 1,3 millones de
personas de entre 18 y 28 años de edad se encuentran ocupados, lo que
representa el 16,7 por ciento del total de ocupados en Chile. El 50 por ciento
de esta cifra gana menos de 316 mil pesos (478 dólares). Solo un 20 por ciento
recibe más de 500 mil pesos al mes. Ahora, si se es joven y mujer, las cifras
son aún inferiores, pues el 50 por ciento recibe menos de 300 mil pesos
mensuales (453 dólares). Ahora cuando en
Chile los neoliberales hacen gárgaras con el crecimiento económico y las
ofertas de puesto de trabajo, lo cierto es que los jóvenes y las mujeres están
expuestos a actividades laborales temporales, precarias y mal pagadas, todo por
obra y gracia de los Chicago Boys y los gobiernos post dictadura.
Ahora la iniciativa del gobierno de los empresarios y el
pinochetismo, con su estatuto laboral para jóvenes, aprobada por la Cámara de
Diputados del sector de centro derecha, viene a precarizar aún más las
condiciones salariales y de trabajo de los jóvenes, dejándolos sin perspectivas
de futuro.
En el marco de toda esta realidad salarial, en el parlamento
chileno se está dando la discusión acerca de los que debe ser un “salario
mínimo”, para lo cual la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) estima que
dicho ingreso debiera ser de 420 mil pesos (636 dólares) mensuales. Ahora el
gobierno de los empresarios con el apoyo de los neoliberales de la DC y otros
seudo parlamentarios neoliberales, ofrecen un aumento de alrededor de 286 mil
pesos (429 dólares) mensuales, lo que fue aprobado en primera instancia por el
Senado del parlamento chileno, pero que al momento de escribir esta nota, no
estaba resuelto completamente del todo, debiendo volver la discusión a la
cámara baja, por lo tanto el salario mínimo sigue siendo de 276 mil pesos (418
dólares) mensuales.
Ahora el actual mandatario y empresario, Sebastián Piñera,
que representa los intereses del gran empresariado y el legado del
pinochetismo, según su utopía ofreció en su campaña electoral para alcanzar la
presidencia y al mejor estilo Macri, que cuando termine su mandato, se habrá
erradicado la pobreza y Chile será un
país “desarrollado y moderno”.
Sin embargo, el neoliberalismo a la chilena no solo ha
generado una gran precariedad laboral, también existe una precariedad en las
pensiones, en los salarios, en el sistema de acceso a la vivienda, más de 40
mil familias chilenas aún viven hacinados en campamentos, gran precariedad
además en el acceso de un sistema de salud público con muchas carencias, un
sistema educacional chileno, que se caracteriza por su mercantilización y malos
resultados en el ámbito cualitativo de la educación. En definitiva, Chile sigue
siendo un país del “tercer mundo” y subdesarrollado, independientemente de que
los neoliberales y sus medios de comunicación, intenten mostrar otra realidad.
Lo cierto es que después de 45 años entre régimen militar y
gobiernos post dictadura, cabe acentuar que los neoliberales del sistema y sus
parlamentarios solo han ofrecido precariedad salarial y laboral, grandes desigualdades
sociales, una brecha cada vez mayor entre unos pocos ricos y la gran mayoría
que vive con salarios que no les permite vivir una vida justa, digna y donde se
garanticen sus derechos humanos fundamentales, es el Chile real, el Chile post
Pinochet.
Comunicador Social
Analista Político
Corresponsal de Prensa
Agencia Indoamericana de Prensa
aindoamericanap@gmail.com
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