Por José Garcés:
Psicólogo.
Los peligros para el Alma del venezolano por parte de del
programa de recuperación y prosperidad económica
Todos estamos esperanzados en que este programa funcione.
Las expectativas son halagadoras y si tiene éxito Venezuela va a volver a ser el país pujante al que todos
quieren ir. Creo que logré escuchar al Dr. Emilio Hernández que dijo que de
producirse el anclaje del Bolívar al Petro, y de venderse el petróleo en
Petros, los compradores de petróleo debían comprar Bolívares para poder comprar
Petros, y con el sustento en petróleo del Petro se podía comprar toda la masa
monetaria del país. Eso significaría una revalorización importante de la moneda
tan importante y descomunal que, tal vez estemos a las puertas de un
resurgimiento de la Venezuela saudita. He aquí el origen de los problemas para
el alma del venezolano.
He sostenido en diferentes foros y conferencias que las
crisis son una oportunidad para crecer espiritualmente. Los venezolanos somos
considerados en el mundo como “Botarates”, fuimos bautizados como los indios
“tabaratos”, ¿Recuerdan aquello de: ’ta barato, dame dos? Martí, con su alma de
poeta decía: “Los venezolanos son gente hermosa, no saben contar”. He señalado que lo venezolanos tenemos
patrones de consumo rígido e hipertrofiado. Es decir, compramos mucho más de lo
que necesitamos. La guerra económica no solamente ha golpeado el estómago de
los venezolanos, ha golpeado el Ego. Por eso es común escuchar la frase:
“Cuando éramos felices y no lo sabíamos”.
Pues bien, nosotros no hemos superado este patrón de
consumo, todavía no hemos aprendido a “Contar”, todavía creemos que la
felicidad es comer mucho y acompañado con una botella familiar de Pepsicola. La
guerra económica no ha sido lo suficientemente cruda como para enseñarnos el
valor de las cosas, no hemos aprendido la mesura ni la temperancia.
Por otro lado las
estructuras de corrupción dentro del Estado, que incluye: Administración
pública, Empresa privada, Iglesia, Mafias delincuenciales enquistadas en
organismos de seguridad están intactas. Si no hemos aprendido a contar, tampoco
hemos aprendido a cuidar. Todavía tenemos la mentalidad de botarates que
legitimaba un diputado adeco diciendo que la corrupción era “una forma de
redistribución de la riqueza”.
La producción
nacional no existe como valor cultural. Si algo fue rescatable de esta crisis
es el hecho de que hacer cultivos en las escuelas y enseñarles a los niños que
para poder comer los alimentos había que sembrarlos y ESPERAR para cosecharlos.
Antes de esta crisis se tenía la idea errónea de que los alimentos “vienen del
supermercado”. El sustrato de esto es la idea infantil de la felicidad
inmediata, por eso la corrupción (en la empresa privada y pública) porque la
riqueza debe ser inmediata. Nosotros queremos la riqueza y la felicidad para
YA! Por eso ni siquiera respetamos los tiempos de un semáforo.
Como vemos hay tres
elementos que no hemos superado y que pueden representar un verdadero peligro
para la construcción de un alma nacional adulta y próspera. Estos peligros son:
1 Los patrones de
consumo rígido e hipertrofiado. Mentalidad de botarates, “Tabarato dame 2”
2. La mentalidad de corrupción.
3. La idea de la felicidad instantánea, que desestima el
cultivo y la producción nacional porque no sabemos esperar.
enelrespiramos@gmail.com
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