Por Ernesto Wong Maestre (*)
Los pueblos del mundo, latinoamericanos y caribeños sobre
todo, están siendo sometidos por el imperialismo yanqui y sus redes de medios
de información a la más brutal campaña de descrédito en contra de los avances
logrados por el pueblo venezolano y su Revolución Bolivariana. La llevan cabo
para que estos grandes logros no se extiendan y se fijen en las conciencias
populares como jalones y como esperanzas en sus proyecciones electorales.
Fijémonos que toda la
agitación de la OEA con su malogrado secretario general, violando el derecho internacional y las
propias normas interinstitucionales, en su agresividad hacia Venezuela, está
prevista para antes de la 2da vuelta de las elecciones de Ecuador del próximo
domingo 2 de abril de manera que la matriz contrarrevolucionaria de la
inexistente "crisis humanitaria" en Venezuela, lanzada desde hace
meses, alcance mayor pretensión de validez entre los segmentos sociales de
indecisos votantes que son quienes están decidiendo la inclinación de la
balanza para uno u otro lado, dada la polarización que viene dándose en las
elecciones latinoamericanas. Ya esa matriz dio cierto resultado a la derecha
contra Podemos en España y en la primera vuelta contra Lenin Moreno. En ambos
casos los candidatos de la derecha explotaron la imagen de Venezuela dañada por
ellos mismos con sus transnacionales de la noticia y de la opinión.
Para la OEA y quienes la gobiernan como un
"ministerio", los procedimientos y plazos estatuidos para tratar un
asunto internacional que necesitan poner en la palestra informativa no valen
nada y mucho menos la crisis social mexicana, ni la corrupción en Odebrecht o
la carne adulterada en Brasil, ni los crímenes de periodistas y de líderes
populares en Colombia, o la crisis política de Honduras y Guatemala. Solo les
interesa propagar falsedades sobre Venezuela, ahorita, ya, y es por la segunda
vuelta en Ecuador, ante todo. Veremos varios show mediáticos de los lacayos del
imperio ante la comparecencia de la digna Canciller Delcy Rodríguez en la OEA.
Esa calaña oligárquica será hasta capaz de llevar a la esposa del criminal
Leopoldo López, LilianTintori, y a otros operadores políticos, e incluso al burgués Mario Vargas Llosa o al
mercenario Carlos Alberto Montaner con el fin de neutralizar las palabras del
canciller venezolano.
Las fuerzas de izquierda preparan su artillería de voceros
amigos internacionales que conocen a fondo, no tan solo las maniobras enemigas
sino la verdad de todo lo que ha hecho y sigue haciendo el Gobierno de
Venezuela por la sociedad residente en el país, incluidos los más de cinco
millones de inmigrantes. Las transformaciones sociales y los servicios de salud
y educación gratuitos, el desarrollo de la infraestructura de carreteras,
autopistas, comunicaciones, satélites, y los avances en la democracia
participativa y protagónica del pueblo son ejemplos fuertes para todas las
sociedades. Todo hay que resaltarlo con estrategias comunicativas eficaces en
el discurso oral, radial, televisivo e impreso. Saber argumentar lo propio es
contrarrestar las faltas ajenas, sin mencionar países ni pueblos. Ellos sabrán
sacar cuentas y hacer balances de sus gobernantes hipócritas y demagogos que
ahora intentan confabularse contra Venezuela.
Después de obtenido su objetivo antivenezolano, el imperio
seguirá con más fuerza si logra derrocar la Revolución Ciudadana en las urnas,
aún con amenazas, terrorismo psicológico y mentiras. Así ha venido pasando
desde que el imperio inició su contraofensiva
con el golpe de Estado al hondureño
Manuel Zelaya en 2008 y la intensificó con nuevas técnicas de manipulación al
dar un golpe de Estado parlamentario a la brasileña Dilma Rousseff y conspirar
a diestra y siniestra para vencer en elecciones a Cristina Fernández de
Kirchner en Argentina, hasta lograr desgajar al poder legislativo venezolano
del ámbito bolivariano, aún cuando sea uno de los cinco poderes estadales de
Venezuela, para desde allí operar como lo han venido haciendo en los dos últimos
años. La historia de América Latina ya está bien clara para los pueblos en
cuanto a intervenciones, invasiones y golpes de Estado llevados a cabo bajo las
normas de la Escuela de las Américas y del Pentágono yanqui. Y los pueblos
sabrán –tarde o temprano- ajustar las cuentas a sus apátridas.
El poder mediático lo exprimen al máximo, y al imperio no le
importa si es con mentiras y falsedades. Se aprovecha de las oligarquías para
juntos enmascarar, con la "crisis humanitaria" en Venezuela, las
crisis del capitalismo en esos países. Así se aprecia en el extenso
centimetraje de escritos sobre Venezuela, en la prensa internacional
monopólica, de articulistas especializados en inducir rechazos al
bolivarianismo, con sofismas y con encadenamientos de hechos, construidos con
operaciones encubiertas y acciones subversivas antipatriotas de la burguesía
parásita y de sus mercenarios o paramilitares importados de Colombia.
Es muy lamentable observar como las guerras de Irak,
Afganistán, Libia y Siria que han destruido a esos países, es una opción
política para la burguesía apátrida venezolana que incita al complejo
militar-financiero-comunicacional a invadir la Patria de Simón Bolívar y Hugo
Chávez. La ambición y el egoísmo le llevará al repudio histórico y los apellidos
de quienes patrocinan la guerra
económica, las campañas mediáticas y buscan sumir al pueblo en una guerra
destructiva quedarán inscritos para la historia en la lápida de traidores y
vendepatrias.
Esta semana es la más crucial para la Revolución Ciudadana
en Ecuador y para todo el proyecto ALBA y por ello para Venezuela, e incluso
para las relaciones con Rusia y China. Pensar en eso y actuar en consecuencia con mucho
talento y audacia en la OEA y en cuanto espacio sea necesario es el deber de
todas las personas honestas de Nuestra América.
wongmaestre@gmail.com
(*) Politólogo e Internacionalista. Editor, analista y
profesor universitario.
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